
He aquí las claves para entender el futuro del coche autónomo.
Cuando Henry Ford vio salir renqueando por la puerta de su fábrica el primer modelo de Ford T en octubre de 1908 poco se podía imaginar que la senda tecnológica iniciada llevaría, más de cien años más tarde, hasta el desarrollo de los coches inteligentes que pueden circular sin intervención humana. Los soñadores posteriores del siglo XX predecían un mundo futuro de carreteras surcadas por automóviles dirigidos por un ordenador de a bordo que transportan de forma rápida y segura a pasajeros felizmente despreocupados leyendo o viendo una película durante el viaje. Entonces, una utopía; hoy, una realidad, por lo menos en lo que a la tecnología se refiere.
Los automóviles han ido perfeccionándose década a década desde su nacimiento, al principio en términos mecánicos y, posteriormente, desde finales del siglo pasado incorporando la electrónica y, finalmente, la informática. En el coche de hoy la arquitectura mecánica está cubierta por una capa de inteligencia artificial que apoya y facilita las necesidades de la circulación, lo que hace cada vez más innecesarias las funciones que realiza el conductor. La automatización ya asoma en los vehículos convencionales en funciones como el autoaparcado del vehículo o las luces automáticas, que se encienden y apagan solas en función del grado de iluminación de la vía.
La industria del automóvil está tomando posiciones en todo el mundo en torno a la conducción autónoma. Aparte de los gigantes americanos, como Ford o General Motors, y de los nuevos agentes del sector, como Uber, Tesla o Google, los fabricantes europeos y asiáticos trabajan contrarreloj para no quedarse fuera de ese mercado. Volvo está fuertemente comprometido con el coche autónomo y su alianza con Uber afianza dicho compromiso; BMW trabaja con las tecnológicas Intel y Mobileye para lanzar un coche totalmente autónomo en 2021; el grupo Volkswagen ha hecho grandes avances en este campo en Estados Unidos con Audi, que colabora con la empresa informática NVIDIA; el gigante francés PSA (que integra Peugeot, Citroën y Opel) también planea tener un coche autónomo en el mercado en 2020.
En el continente asiático, la empresa coreana Hyundai anuncia un conjunto de funciones autónomas en sus vehículos en 2020, pero no espera poder tener un automóvil autónomo hasta por lo menos 2030. El gigante informático chino Baidu anunció en 2017 la creación de Apollo, un servicio que incluye hardware y software para los vehículos autónomos, así como plataformas de datos en la nube, que pondrá a disposición de la industria del automóvil. Las japonesas Honda y Toyota muestran una aproximación más conservadora, trabajando por aumentar de manera progresiva las funciones autónomas de sus vehículos antes de acometer de forma directa la fabricación de un coche totalmente autónomo.
Ahora bien, a pesar de los avances técnicos que contemplamos a diario, el futuro de la automoción no es tan previsible como aparenta. Por una parte, aunque la tecnología que convierte a los coches en autónomos ya está prácticamente disponible, ...
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