¿Está el país balcánico listo para incorporarse a la Unión Europea?

 

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“Croacia se convertirá en la próxima Rumanía y Bulgaria de la Unión”

Quizá. Existe cierto temor entre algunos Estados Miembros que Croacia haga lo que Rumanía y Bulgaria: parar las reformas una vez dentro de la Unión. Los mecanismos de control de las reformas que se llevan a cabo por la UE tienen poco que hacer una vez dentro de la Unión debido a la ausencia de instrumentos sancionadores que obliguen a continuar con el proceso de reformas. Después del tremendo esfuerzo realizado para conseguir alcanzar los criterios de adhesión, estos países frenaron en seco su línea de reforma lo que se ha convertido en un problema recurrente en el seno de la UE. A Rumanía se le ha negado en reiteradas ocasiones el acceso a Schengen, la última debido al informe publicado por la Comisión el pasado mes de enero, dónde constaba el fracaso del país en el mantenimiento de la independencia del poder judicial dónde tanto jueces como fiscales anticorrupción estaban sometidos a fuertes presiones políticas. Este temor se une a la fuerte convicción de muchos de que las ampliaciones al Este no tenían que haberse producido con tanta premura, puesto que no todos estos países estaban preparados para ingresar en las instituciones europeas. Incluso algunos llegan a afirmar que parte de la crisis institucional en la que se encuentra sumida la UE tiene su origen en la ampliación.

A pesar de esto, Croacia no  tiene ni la extensión ni el peso demográfico de Rumanía y Bulgaria, ni los mismos problemas, por lo que su adhesión se plantea como la menos complicada de las últimas olas.

Sin embargo, es necesario plantear que quizás no sea este sólo un problema de Rumanía y Bulgaria, y las razones reales se encuentren en las cuestiones de movilidad y control de la movilidad subyacente en el espacio de libre circulación europeo. Los países que tradicionalmente se han opuesto a este proceso son los que siguen poniendo obstáculos al proceso de ampliación. Francia, Holanda y el Reino Unido han sido los más beligerantes con este proceso fundamentalmente por una razón: la amenaza que, según ellos, representa la libre circulación de personas procedentes de estos países y de sus Estados vecinos. Así, la ausencia de un control eficaz en frontera es parte del problema que tiene Rumanía para acceder al espacio Schengen, debido al acceso a pasaportes europeos por parte de ciudadanos de la República de Moldavia.

Pero también Croacia y todos los estados balcánicos despiertan estos fantasmas. Así, Croacia ha sido advertida por parte de la Comisión acerca de la necesidad de realizar mayores esfuerzos en el control de fronteras para evitar ser una fácil vía de acceso a territorio europeo por parte de traficantes e inmigración irregular. Asimismo, la Comisión ha insistido en la necesidad de reforzar los controles en materia de persecución y condena de los traficantes de personas y de las víctimas de la trata. En un debate reciente en el Reino Unido el diputado conservador dijo “Me gustaría señalar los 2.000 millas de frontera de Croacia. Mi principal preocupación en este sentido no es sobre los cuatro millones de habitantes croatas, sino la cantidad de personas que podrían entrar a través de esa frontera, como hemos visto en el caso de Grecia… la extensión de la Unión Europea ha debilitado nuestros controles fronterizos”.

 

“Los problemas con los países vecinos están resueltos”

Sí y no. Eslovenia ha planteado diversos problemas con Croacia durante el proceso de negociación. Así en 2008 las conversaciones entre la Bruselas y Zagreb quedaron paralizadas debido a un problema por la definición de la frontera marítima entre ambos Estados. Esto provocó un retraso en las negociaciones de cerca de un año, hasta septiembre de 2009, cuando Liubliana decidió levantar el veto y tratar este conflicto fronterizo en un dossier separado.

La siguiente piedra en el camino de Croacia, apareció de nuevo desde Eslovenia con la reclamación de 172 millones de euros debido a una disputa bancaria cuyo origen se encontraba en la desintegración de Yugoslavia. En declaraciones del Primer Ministro esloveno, Jozef Horvat, su país sólo ratificaría el procedimiento de adhesión de Croacia si esta disputa se resolvía de acuerdo al derecho internacional, y ponía un plazo, si esta cuestión no quedaba resuelta para el fin de 2012 significaría que no habría posibilidad de una  solución bilateral. El problema concernía a la hoy desaparecida Ljublijanska Banka y la disolución de Yugoslavia. Cuando en 1990 este banco quebró los 172 millones de euros que pertenecían a unos 130.000 ahorradores croatas se incorporó a la deuda nacional eslovena. Dos bancos croatas abrieron procedimientos contra los herederos de Ljublijanska Banka, Nova Ljublijanska Banka para conseguir recuperar el dinero. La posición eslovena se basa en que esta causa sea tratada como una parte más amplia en la que está involucrado el Banco Internacional de Inversiones (Basilea, Suiza) desde la desintegración yugoslava. Es necesario mencionar que en junio de 2012 el Estado esloveno rescató a Nova Ljublijanska Banka con 382 millones de euros.

Finalmente, tras la llegada a la presidencia eslovena de la socialdemócrata Bratusek en marzo, el pasado 2 de abril el Parlamento esloveno ratificó la adhesión de Croacia a la UE, sólo después de la renuncia de Zagreb a la reclamación de la deuda y a que esta cuestión fuera tratada bajo los auspicios del Banco Internacional de Inversiones.

Si bien las disputas bilaterales con Eslovenia ya no entorpecen la marcha de Croacia hacia la Unión, también es verdad que ambos conflictos siguen abiertos, bien porque se haya decidido solucionar de manera bilateral, bien porque se vaya a resolver gracias a un tercero.

 

“La corrupción en el país se ha atajado”

No. El año pasado el impulsor de las negociaciones con la Unión Europea y primer ministro croata Ivo Sanader fue condenado a 10 años de cárcel por haber gastado en sobornos más de cinco millones de euros de una compañía húngara de energía y banco austríaco. Todo ello tras ser arrestado en Austria y posteriormente extraditado a Croacia. También fue detenida la cúpula de la farmacéutica Farmal por sobornar a médicos por recetar sus productos y se desarticuló una banda en el Banco NKBM que había concedido préstamos sospechosos a empresas en el exterior.

Sin embargo, tanto las instituciones internacionales, como las ONG mantienen que la corrupción sigue muy presente en el seno de la sociedad croata. Así, Transparencia Internacional sitúa a Croacia en peores posiciones que Bulgaria, Grecia, Italia y Rumanía y empatada con Eslovenia (el otro Estado ex yugoslavo en la UE). Quizás parte de la culpa recaiga en la celeridad con la que las autoridades croatas se han apresurado en aprobar las leyes que debían completar el acquis para poder llegar a tiempo a la fecha estipulada para su adhesión. El fin justifica los medios podríamos decir. Así, entre 2008 y 2010 se han llegado a aprobar hasta tres leyes al día, lo que ha incrementado el riesgo de abuso de autoridad y el descenso en la calidad del proceso legislativo. En el último informe de la Comisión (del 26 de marzo) además de aprobar la ampliación, se afirmaba que era preocupante el bajo número de sentencias condenatorias en casos de crimen organizado y el número de bienes confiscados continúa siendo muy limitado. Asimismo, se afirmaba que no existían suficientes controles relacionados con el porqué algunos fiscales abandonaban muchos de casos. En definitiva se solicitaba por parte de la Comisión la adopción de nuevas medidas que protegieran la acción de los poderes públicos, que terminara con los abusos de las empresas públicas, que protegiera a los denunciantes y que previniera el conflicto de intereses en los servicios públicos.

 

“La colaboración con TPIY ha sido determinante para la adhesión”

Definitivamente. Sin ningún género de dudas la adhesión a la Unión Europea nunca hubiera sido posible sin la colaboración con el Tribunal de La Haya. Las autoridades croatas siempre habían sido más que reticentes a colaborar con el TPIY, ya en 2001 el Gobierno se había negado a elevar acta de acusación contra algunos generales por miedo a la reacción popular, e incluso la jerarquía de la Iglesia católica croata había criticado duramente al Tribunal por criminalizar lo que denominaban una “guerra de liberación”. El ex general croata Ante Gotovina, acusado de matar a civiles serbios en la Krajina en 1995, fue apartado del Ejército, aunque continúo siendo un problema para Croacia en sus negociaciones con la UE. Ya en 2003 Gotovina exigió ser interrogado antes por un tribunal en Zagreb que por el TPIY, y fue apoyado por el Presidente Mesic. La petición del tribunal era muy clara, la entrega debía ser incondicional. Desde ese momento, Gotovina desapareció.

De nuevo en 2005 las conversaciones de adhesión quedaron pospuestas siete meses durante los que Croacia trató de manera infructuosa de convencer a la UE de que hacía todo lo posible por encontrar a Ante Gotovina. El general Gotovina sería arrestado en las Islas Canarias en diciembre de ese año.

En abril de 2011 el Tribunal de La Haya sentenciaba a Gotovina a 24 años de cárcel y al general Markac, otro héroe de guerra y ministro adjunto del Interior de la época, a 18 años de prisión por cometer crímenes “contra la Humanidad y violaciones de las leyes de la guerra” contra los serbios. En ese momento tuvo lugar una gran movilización en Croacia contra sus autoridades por permitir que un Tribunal extranjero hubiera condenado a sus héroes nacionales a dicha pena. Sin embargo, un año más tarde, en noviembre de 2012, la Sala de Apelación resolvió su absolución debido a la ausencia de pruebas concluyentes en relación a los crímenes de los que se les acusaba. A su regreso a Croacia serían aclamados como héroes. Sin la presión de la UE en primera instancia ningún de estos militares habría sido enviado a La Haya.

“Está muy comprometida con Europa y lo que ello representa”

Más o menos. El pasado 14 de abril tuvieron lugar en Croacia las primeras elecciones al Parlamento Europeo, justo dos meses y medio antes de su adhesión a la UE. Sin embargo, el nivel de desafección ciudadana se ha mostrado evidente. Tan sólo en torno al 21% de los votantes acudió a las urnas. Prácticamente, la mitad de los que lo habían hecho en enero de 2012 en el referéndum de adhesión (43,5%). Se trata de la participación más baja en unas elecciones al Parlamento Europeo sólo superada por Eslovaquia en 2009 con un 19,63%.

El sí en el referéndum de adhesión fue vendido como un gran triunfo del europeísmo en Croacia, sin embargo sólo 1.955,326 croatas votaron y sólo dos terceras partes de ellos (651.775) dijeron sí. Apenas una sexta parte accedieron de manera activa a la adhesión. A pesar de lo anterior la mayoría de ciudadanos consideran que es mejor estar dentro de la UE que fuera, puesto que esto cambiaría su situación en relación con sus vecinos Serbia y Bosnia, en principio recibirían más fondos por parte de la Unión, pero también incrementarían las tarifas de sus exportaciones al resto de la antigua Yugoslavia.

Sin embargo, el número de euroescépticos ha ido aumentando de manera progresiva (las últimas encuestas daban un 50% de apoyo a la entrada en la UE), al ver que sus expectativas se iban reduciendo sistemáticamente al comprobar que Europa no sólo no ha sido la solución para sus vecinos Bulgaria, Rumanía o Eslovenia, sino que además la salida de la crisis de la eurozona es absolutamente incierta.

 

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