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La brecha digital influye en gran medida en la capacidad de las personas de tener una buena calidad de vida, con un efecto casi directo en la brecha salarial, ya sea por edad, género o procedencia.

La sociedad de clases diferencia a las personas jerárquicamente en función de los ingresos, la riqueza y el acceso a los recursos. Este concepto tiene necesariamente que evolucionar en un mundo en el que, dentro de un mismo hogar, cada una de las personas puede pertenecer a una clase social diferente según la definición de Karl Marx. ¿Pertenecen a la misma clase social Elena, 70 años que siempre ha trabajado en casa y cuidado de sus dos hijos; Juan, marido de Elena, que ha sido arquitecto hasta su jubilación a los 75; su hija Mónica, community manager en una Pyme; David, el marido de Mónica, data scientist (analista de datos) en una multinacional y el pequeño Borja que ni estudia ni trabaja a sus 28 años? Antes de dar una respuesta, abordemos la brecha digital desde distintos ángulos:

 

“Los nativos digitales son mucho más hábiles al implementar soluciones tecnológicas”

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Depende. Fue en 2001 cuando se acuñó el término de “nativos digitales” para aquellas personas nacidas en una cultura donde la tecnología manda y lo digital lo impregna todo, desde la comunicación, el aprendizaje, el entorno laboral y el ocio. Sin embargo, son “inmigrantes digitales” todos aquellos que nacieron en un mundo analógico, en el cual la tecnología no empañaba todos y cada uno de los aspectos del día a día. Los nativos digitales tienen aparatos de alta tecnología a su alrededor desde su nacimiento, mientras que los inmigrantes digitales han tenido que aprender a utilizarlos de forma consciente y han conocido de primera mano su evolución.

De forma intuitiva, pensamos que la accesibilidad a un elemento ya conlleva la comprensión del funcionamiento de éste. Por ejemplo, si sabemos lo que es un coche desde que nacemos y lo utilizamos desde siempre, podemos decir que sabemos cómo funciona un coche o cómo conducirlo de forma habilidosa y eficiente. Sabemos que el aprendizaje y comprensión profunda necesarios para implementar soluciones no funciona de esta forma, es decir, conocer una herramienta no implica el saber cómo utilizarla para solucionar problemas, por ejemplo, en el entorno laboral.

Esta forma de pensar intuitiva sobre las competencias técnicas que podrían tener todos los nativos digitales ha sido llevada al mercado laboral. En muchas profesiones relacionadas con la transformación digital, los candidatos de mayor edad son descartados de forma directa porque se infiere que no dominan la tecnología. Por el contrario, se contrata de forma habitual a los milenial para puestos relacionados con marketing digital (como community manager, por ejemplo) infiriendo que, si una persona domina una red social en su tiempo de ocio, será capaz de utilizarla de forma profesional y eficiente en un entorno laboral.

Realmente la implementación de soluciones tecnológicas implica no sólo un conocimiento como usuario de la herramienta, sino también ...