Aunque la visión actual sobre Pekín y Washington es fatalista, diversas obras han explorado perspectivas de esta relación que ofrecen un cuadro mucho más complejo y abierto, en el que caben tanto porvenires pesimistas como positivos.

La relación entre Estados Unidos y China, actualmente, está marcada por dos grandes tendencias. Una es la guerra comercial, más ligada a la actualidad y que acapara titulares cada dos por tres. La otra es más sutil, y es el cambio en la manera de percibir a China que ha sufrido el establishment de Estados Unidos, que ha pasado de una visión teleológica-idealista -China va a acabar siendo como nosotros irremediablemente- a una teleológica-catastrofista -China va a ser más dictatorial y agresiva, también irremediablemente-.

Tanto la guerra comercial como la actual manera de percibir a China no han aparecido de la nada. Detrás de ellas hay un contexto histórico e intelectual. También hay multitud de facetas, como la sociedad, la educación o la economía que han contribuido a conformar la situación actual. Una situación con problemas -eso es lo que nos llega habitualmente por los medios de comunicación-, pero también con logros espectaculares. La relación entre China y Estados Unidos es fruto de un proceso complejo. Y, por ello, necesitamos una aproximación compleja para entenderlo.

Esta lista de diez libros y documentales sobre la relación bilateral más importante del mundo es una manera de ofrecer (y demostrar) al lector de esglobal que, para entender a China y a Estados Unidos, necesitamos poner el foco desde ángulos variados. Es la única manera de no perdernos en el relato simplista:

 

Libro. Interesting Times, de Charles W. Freeman (2013)

Freeman es, probablemente, el estadounidense que más sabe sobre China. Diplomático en multitud de países, su primer contacto llegó a través de Taiwán. Allí aprendió el idioma y, posteriormente, fue seleccionado para ser el traductor de la famosa visita de Nixon a China en 1972. Fue el encargado de abrir la oficina de enlace de Estados Unidos en el gigante asiático -lo que después sería la embajada, cuando ambos países restablecieron definitivamente relaciones diplomáticas- y también tuvo un papel decisivo en las nuevas relaciones de Washington con Taiwán. En el libro Interesting Times, Freeman hace gala de su erudición y de su fino análisis diplomático, que combina una posición realista y a la vez empática hacia China. El libro incluye análisis sobre el modelo de desarrollo chino, el problemático triángulo que plantea la relación Estados Unidos-Taiwán-China continental, la estrategia estadounidense debe seguir (más bien continuista con el llamado engagement) o cómo reforzar las comunicaciones diplomáticas y militares entre ambas potencias.

 

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Un estadounidense trabajando en una fábrica en Portland , EE UU. (Shawn Patrick Ouellette/Portland Portland Press Herald)

Documental. American Factory, de Steven Bognar y Julia Reichert (2019)

Este documental tiene dos ejes principales para entender la relación entre China y Estados Unidos: la economía y la cultura. Por un lado, nos muestra la entrada económica china en EE UU -a pesar de que ha bajado por la guerra comercial, la inversión china en el país norteamericano llegó a los 46.000 millones de dólares en 2016-. A través de la apertura de una fábrica china en Ohio, uno de los núcleos manufactureros estadounidenses más importantes, este documental nos explica el papel que estos negocios han jugado en estas zonas fabriles. Al alivio que sienten los trabajadores estadounidenses de esta nueva fábrica, que habían perdido su empleo durante la crisis, le seguirá una serie de choques culturales provocados por la manera en que los empresarios y los trabajadores chinos ven el mundo del trabajo. Es un excelente documental que ha conseguido evitar las visiones simplistas que suelen proliferar sobre China y su mundo laboral. Además, plantea un elemento de su sector profesional que será determinante tanto en Pekín como en Washington: la robotización, un elemento que afectará a ambos mercados más allá de sus diferencias culturales.

 

Libro. The tragedy of great power politics, de John J. Mearsheimer (2014)

La obra magna de la llamada escuela del “realismo ofensivo” es clave para entender la visión pesimista que se ha ido cocinando en la intelectualidad estadounidense. A través de diversos casos históricos, Mearsheimer argumenta que el ascenso de China como potencia regional no será pacífico, sino que chocará con Estados Unidos -quien todavía tiene una fuerte presencia en Asia- y con varios de sus suspicaces vecinos asiáticos, que se arrimarán a Washington para defenderse de Pekín. Mearsheimer considera que el gigante asiático está haciendo algo parecido a la “doctrina Monroe” que los estadounidenses promovieron en el siglo XIX: es decir, que Pekín busca expulsar a las potencias no asiáticas de la zona, tal y como EE UU hizo con algunos Estados europeos en América. Una visión opuesta e interesante a la de Mearsheimer es la de David C. Kang, reseñada en esglobal.

 

Documental. Better Angels, de Malcolm Clarke (2018)

Este documental tiene la intención de buscar puntos de conexión y de colaboración entre Estados Unidos y China en tiempos de alta tensión, especialmente por la guerra comercial y tecnológica entre ambas potencias. Algunas de estas conexiones positivas son los lazos comerciales y la riqueza que han generado en ambos países, los intercambios educativos y científicos que han proliferado, la paz que ha generado el hecho de tener unas relaciones diplomáticas estables o la necesidad de confrontar de manera conjunta retos globales como el cambio climático. Aunque ha sido tachado de excesivamente optimista, el documental sirve para ofrecer un contraste frente al catastrofismo que se ha impuesto en la intelectualidad americana. Las entrevistas que incluye con personalidades como Henry Kissinger, Madeleine Albright, James Baker o Evan Osnos suman interés a esta producción.

 

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Un submarino militar de la Armada China en Qingdao, China. (MARK SCHIEFELBEIN/AFP via Getty Images)

Libro. Destined for war, de Graham Allison (2017)

La repetición (o no) de la historia es la base para juzgar esta obra de Graham Allison, de la que se cita constantemente su concepto clave: la “trampa de Tucídides”. En ella, Allison expone varios casos históricos -empezando por Atenas y Esparta- en el que el ascenso de una potencia que pone en duda la hegemonía de la dominante suele conllevar un conflicto militar. El caso actual sería el de la China en auge ante el Estados Unidos dominante. Aunque Allison no ofrece una perspectiva determinista, su alerta ha generado debates intelectuales sobre cómo escapar de esta “trampa”. Eso no ha sucedido sólo en los think tanks o universidades estadounidenses, sino que el concepto también ha calado en el gigante asiático y es citado habitualmente tanto desde posiciones más pesimistas como más optimistas.

 

Libro. River Town, de Peter Hessler (2001)

Aunque suele parecernos que la relación entre China y Estados Unidos casi sólo está en mano de las altas esferas, los individuos corrientes y sus sociedades también juegan un papel esencial. Los ciudadanos de ambos países que deciden migrar al otro son los principales puentes de conexión entre las dos poblaciones -en Estados Unidos, actualmente, hay unos 5 millones de ciudadanos de origen chino; en el caso de estadounidenses en China el número no está claro, pero la tendencia ha sido claramente ascendente desde los 90-. En este sentido, los libros del periodista del New Yorker Peter Hessler son la mejor muestra (narrativa) de este proceso. Su primera obra, River Town, por ejemplo, nos permiten ver cómo son las interacciones entre un profesor estadounidense (Hessler) con alumnos de la China rural. Cuáles son las diferencias culturales pero también las similitudes humanas. Los libros de Hessler son una cumbre de empatía entre las poblaciones de ambos países.

 

Libro. Leadership and the rise of great powers, de Yan Xuetong (2019)

Aunque los libros sobre la relación entre China y Estados Unidos que más repercusión suelen tener son los escritos por occidentales, en China existe un movimiento académico que también ha estudiado en detalle esta relación. Eso sí, usando lentes basadas en su tradición local. Un ejemplo es esta obra de Yan Xuetong, que trata temas como el ascenso de las potencias -como los anteriormente citados Mearsheimer y Allison-, pero con una aproximación fuertemente basada en la tradición y en la literatura académica china de relaciones internacionales. Casos como el libro de Yan, traducido al inglés, son de agradecer, ya que muchas obras de los académicos chinos no llegan al público occidental por barreras lingüísticas, lo que limita nuestra comprensión sobre cómo ven los chinos el mundo actual.

 

Libro. The beautiful country and the middle kingdom, de John Pomfret (2016)

Este extenso libro de Pomfret nos recuerda que las relaciones entre China y Estados Unidos no empezaron ni en los 70, con el encuentro de Nixon y Mao, ni a principios del siglo XX, sino que se remontan al siglo XVIII. Esta obra propone un recorrido desde los inicios de esta relación -en la figura de, por ejemplo, misioneros cristianos estadounidenses en China, o inmigrantes chinos en EE UU- pasando por los diferentes eventos acaecidos en el gigante asiático (guerra de los bóxers, caída de los Qing, guerra sino-japonesa, maoísmo) hasta la actualidad. Un recorrido histórico que demuestra que las relaciones entre ambos países no son fatalmente inalterables, sino que se han ido moldeando a lo largo de la historia.

 

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Un estudiente chino en el campus de la University of Southern California, Estados Unidos. FREDERIC J. BROWN/AFP via Getty Images

Documental. Maineland, de Miao Wang (2017)

Este documental aborda un campo clave en la conexiones entre Pekín y Washington: los estudiantes chinos que aterrizan en Estados Unidos. No se trata de un número menor: en el ámbito universitario, más del 30% de los estudiantes internacionales en EE UU son de esta nacionalidad. A partir de la figura de dos estudiantes chinos, el documental intenta mostrar cómo se mezclan, por un lado, los sentimientos de adaptación a la nueva cultura -por ejemplo, al individualismo estadounidense o a la cultura popular de sus centros educativos- y, por otro, cómo a la vez también se reafirma una identidad china diferenciada. En el documental se conjugan tanto los choques culturales como las aspiraciones y experiencias humanas comunes.

 

Libro. On China, de Henry Kissinger (2011)

Esta obra canónica de Kissinger compila, por un lado, una revisión de la historia china desde la original perspectiva de su autor y, por el otro, las interesantes vivencias de Kissinger durante sus viajes a China, en los que desbloqueó las relaciones diplomáticas entre ambos países. Además de su perspectiva realista y erudición, cabe destacar la parte final del libro, en la que Kissinger alerta que la interdependencia económica debe ser una red que evite el conflicto entre Pekín y Washington. Una red que, con la guerra comercial actual, cada vez se está deshilando más. Se trata de una obra esencial para tener en cuenta las consecuencias que podría tener el “decoupling” que está promoviendo Trump y que parece tener un apoyo bipartito en Estados Unidos. De hecho, Kissinger ha criticado recientemente este distanciamiento entre ambos, alertando de que la desconfianza y desconocimiento mutuo hacen aumentar peligrosamente las probabilidades de conflicto.