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Este año, el mundo ha seguido con atención la contienda entre Tokio y Pekín por una serie de islotes pequeños y deshabitados en el Mar Oriental de China. Sin embargo, a miles de kilómetros más al oeste hay otras islas en torno a las que se está gestándo otro conflicto.

Irán y los Emiratos Árabes Unidos (EAU) reclaman la soberanía de la isla de Abu Musa, situada en el Golfo Pérsico y poblada por unas 2.000 personas, y otras dos islas deshabitadas cercanas. La disputa se remonta a 1971, cuando éstas pertenecían al emirato de Sharjah. El Sha iraní, aprovechando el vacío de poder creado por la retirada de los británicos de la región, envió al Ejército a que se apoderara de Abu Musa y sus pequeñas vecinas. Al final se logró un acuerdo según el cual Sharjah, que hoy forma parte de los EAU, mantendría su soberanía, pero Teherán tendría derecho a estacionar tropas allí. Ahora, los EAU aseguran que el régimen de los ayatolás ha infringido el acuerdo porque ha incrementado su presencia militar y está construyendo infraestructuras, entre ellas un aeropuerto, en Abu Musa.

No es una lucha territorial meramente simbólica. Las islas están situadas cerca del inmenso yacimiento de petróleo de Mubarek y en un lugar de enorme importancia estratégica, en la entrada del Estrecho de Ormuz, por el que circula el 20% del suministro mundial de petróleo.

La larga disputa alcanzó su punto de ebullición en abril, cuando el presidente iraní Mahmud Ahmadineyad, como provocación, decidió visitar Abu Musa para celebrar el Día Nacional del Golfo Pérsico. Mientras estaba en la isla, Ahmadineyad afirmó poseer documentos históricos que demostraban que “el Golfo Pérsico es persa”. El Gobierno de los Emiratos se apresuró a retirar a su embajador en Teherán, llamó al embajador iraní en Abu Dhabi para entregarle una carta formal de protesta y presentó una queja ante Naciones Unidas. Además, los EAU han solicitado que la Corte Internacional de Justicia dicte un fallo al respecto.

El conflicto se produce en un momento de tensiones renovadas entre Irán y sus vecinos del Golfo. Los EAU, con la vista puesta en Teherán, son ya el noveno comprador mundial de armas, con una operación de 3.500 millones de dólares en armas adquiridas a Estados Unidos en 2011. Para el Gobierno iraní, agitar los sentimientos nacionalistas a propósito de las islas es una forma conveniente de desviar la atención de los problemas económicos. Igual que ocurre en el este de Asia, las islas son pequeñas, pero lo que está en juego es muchísimo.