El Consejo de Seguridad de la ONU ha aprobado una misión política que verificará la implementación de un acuerdo de paz en Colombia. Quedan menos de dos meses para que se cumpla el plazo que se dieron las partes para lograr un acuerdo (el 23 de marzo), y las últimas noticias indican que estamos ante un proceso sin retorno. Colombia podría alcanzar la paz después de 50 años de conflicto. Es un buen momento para recapitular.

Un graffiti en Bogotá que hace referencia al proceso de paz entre el Gobierno colombiano y las FARC. Raúl Arboleda/AFP/Getty Images
Un graffiti en Bogotá que hace referencia al proceso de paz entre el Gobierno colombiano y las FARC. Raúl Arboleda/AFP/Getty Images

Las negociaciones formales comenzaron en 2012. El Gobierno y las FARC conducen y lideran la negociación en La Habana con apoyo de Noruega, Cuba, Venezuela y Chile. El proceso es muy innovador en varios aspectos. Víctimas de todas las partes del conflicto viajaron a Cuba en varias delegaciones en 2015 para presentar sus puntos de vista y reclamaciones de cara a un acuerdo. Y volvieron para estar presentes en el anuncio del acuerdo sobre justicia y anunciar que serán los “embajadores” de la paz. Que las víctimas se dirijan a las partes es inédito en procesos de paz. Al mismo tiempo, una innovadora Subcomisión de Género supervisa las negociaciones y acuerdos, escucha a expertos de otros países, y asesora para que esta dimensión se visibilice y reconozca en el acuerdo final y su aplicación.

 

¿En qué se ha avanzado?

Paradójicamente, las partes avanzaron más rápido en los primeros puntos de la agenda, que abordan los temas sustantivos o causas profundas del conflicto. Así, se lograron acuerdos sobre desarrollo rural y agrario, participación política y cultivos ilícitos y narcotráfico. Más difícil fue lograr el acuerdo sobre víctimas y justicia que se dio a conocer en diciembre de 2015, tras más de año y medio de negociación.

Cómo hacer justicia después de una guerra es un asunto complejo. A veces, la victoria de una de las partes ha dado lugar a lo que Danilo Zolo y otros han llamado justicia de los vencedores (Núremberg, Bagdad), aunque en otros casos se ha facilitado la reintegración total o parcial del bando perdedor (Sri Lanka, Angola), pasando por alto los crímenes cometidos en ambos bandos. Las amnistías totales existen (El Salvador) pero no son frecuentes y, cuando se producen, suelen excluir los crímenes más graves y estar condicionadas al cumplimiento de otros requisitos (Bosnia, Guatemala). Desde los 90, se han creado tribunales internacionales como el encargado de juzgar sobre el genocidio de Ruanda (que acaba de terminar sus operaciones con 61 condenas) o los de la ex Yugoslavia.

En la actualidad, las partes tienen menos discrecionalidad ya que están condicionadas por el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, que establece que los crímenes de guerra y contra la humanidad no pueden beneficiarse de amnistías. La Corte ha advertido de que está pendiente de lo que se resuelva en Colombia y lista para intervenir si no se hace justicia. Por tanto, el acuerdo debía ...