Manifestantes en Berlín frente a la Cancillería durante una manifestación a favor de la adhesión de Ucrania a la Unión Europea en Mayo de 2022. Foto: Christophe Gateau/dpa (Foto de Christophe Gateau/picture alliance vía Getty Images)

La Unión Europea necesita adecuar sus instrumentos y compromisos para abordar la profundidad de los retos geopolíticos a los que se enfrenta.

La recuperación de Ucrania después de la guerra tendrá un enorme coste económico y corresponderá al  mundo occidental su financiación, principalmente a Europa y a Estados Unidos. Puede parecer un  horizonte lejano, pero puede no serlo tanto y en cualquier caso es seguro que habrá que abordarlo. 

Un numeroso grupo de diputados europeos, de todos los grupos políticos, se ha dirigido a la Comisión  Europea pidiendo que elaboren y presenten una propuesta legislativa que contenga un marco claro para la  atribución de los fondos financieros rusos congelados por las sanciones, a la reconstrucción de Ucrania.  La misiva va principalmente dirigida al vicepresidente de la Comisión y alto representante para la política  exterior de la UE, Josep Borrell, a quienes algunas fuentes sitúan en el origen de la iniciativa. 

La invasión rusa de Ucrania también ha influido en los planes de la Comisión para restablecer el Pacto de  Estabilidad y Crecimiento. Solo los gastos extraordinarios que están asumiendo los Estados miembros,  principalmente Polonia, para atender a los refugiados ucranianos, superan los 40.000 millones de euros. A  eso hay que añadir los importantísimos efectos presupuestarios que se están produciendo en toda Europa,  en términos de caída del crecimiento y por tanto de ingresos y de aumento de gastos para combatir los  precios energéticos y la inflación. Conclusión: el Pacto de Estabilidad suspendido un año más. Veremos  cuando es posible ponerlo en marcha y en qué condiciones porque los endeudamientos públicos suman tres cifras (más del 100% del PIB) en varios e importantes países de la Unión: Francia, España, Italia, etcétera.  

Sobre este contexto macroeconómico, ha surgido con fuerza la idea de un nuevo fondo europeo,  financiado por emisiones europeas y mutualizado que, al igual que el Next Generation, aborde en este  caso todas las consecuencias de la guerra de Ucrania y la ayuda europea, que, en su momento, habrá que  destinar a la reconstrucción del país. No es un tema pacífico, pero tampoco cabe esconder la cabeza  ante una realidad tan perentoria. Por eso, la propuesta de los eurodiputados, aunque jurídicamente  problemática y potencialmente peligrosa por represalias simétricas sobre bienes privados europeos en Rusia, merece alguna consideración. De hecho la Comisión ya ha empezado a estudiar la legislación  aplicable a la confiscación de fondos en caso de delitos supracomunitarios graves, para ver de su  aplicación a Rusia. 

Los daños de la guerra se han evaluado hasta el momento en más de 500.000 millones de dólares, solo en  las infraestructuras físicas (escuelas, hospitales carreteras, museos, edificios públicos, etcétera) y los  activos financieros rusos congelados en Europa son más de 300.000 millones y en EE UU en torno  a los 100.000 millones. Es altamente improbable que ...