El vertiginoso auge de la tecnología en los últimos años ha influido en el desarrollo y expansión de la compra-venta de drogas.

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Las nuevas tecnologías de la información y comunicación, definidas por su facilidad de uso y bajo coste, han revolucionado un mercado ilegal que cada vez se aleja más de los canales tradicionales gracias a las posibilidades de Internet y las redes sociales. Hoy en día no es difícil encontrar auténticos mercados de la droga que copian modelos exitosos de negocio y distribución como Amazon o eBay. Desde la superficie de Internet y las principales redes sociales, hasta los oscuros criptomercados de la Dark Web (Internet oscuro, denominado así por el mercado negro que allí se desarrolla).

El Observatorio Europeo de la Drogas, en un reciente informe de febrero de 2016, señala que “actualmente, casi cualquier tipo de droga puede conseguirse en algún punto de Internet, con el añadido de que ni el comprador ni el vendedor tienen por qué estar en contacto”. En otras palabras, la Red está convirtiéndose con suma celeridad en el nuevo protagonista de la venta y consumo de drogas.

 

Falsas farmacias en la superficie

El primer estadio de análisis del tráfico de drogas en Internet es el más fácil de detectar, ya que se desarrolla en la web superficial. En este entorno es donde pululan, principalmente, fraudulentas tiendas online que, a modo de supuestas farmacias, comercian con medicamentos prohibidos en la mayoría de países occidentales amparándose en una suerte de limbo legal. Se aprovechan del nuevo canal de distribución digital de farmacias que sí son legítimas y a las que copian en apariencia y servicio de venta. Los productos estrella son los homeopáticos, los de ayuda contra el tabaquismo, los estimulantes sexuales (la Viagra y sucedáneos se llevan la palma), los dietistas, los estimulantes para la musculatura y los bronceadores. En los últimos años, además, ha crecido la venta de supuestos productos contra el cáncer.

En cualquier caso, existen notables diferencias entre los centros de venta online. Las farmacias legítimas cumplen con las regulaciones nacionales o internacionales, garantizando la calidad del producto a la vez que exigen una prescripción médica válida para controlar el consumo. Todo lo contrario que las farmacias ilegítimas, sin registro, sin información sobre su ubicación, sin requisitos para la venta y especialmente interesadas en sucedáneos de productos reales. Más aún, el comercio de productos ilegales suele hacerse al por mayor y, según algunas investigaciones, se le ofrece al comprador la oportunidad de revender el excedente. En 2015, la Interpol llevó a cabo la macrooperación Pangea contra este tipo de actividad en la que se requisaron productos por valor de 81 millones de dólares (unos 70 millones de euros), se arrestaron a 156 individuos y se cerraron 2.410 páginas web.

Los datos sondesoladores. Según la iniciativa LegitScript (la mayor base de datos de webs relacionadas con la salud), de las 331.430 páginas registradas en 2015, 35.610 tuvieron actividad de compra-venta de productos, y de éstas, el 94,3% ...