Un agricultor cubano trabajando en una plantación en las montañas de Sierra Maestra, en la provincia de Santiago de Cuba. STR/AFP/Getty Images
Un agricultor cubano trabajando en una plantación en las montañas de Sierra Maestra, en la provincia de Santiago de Cuba. STR/AFP/Getty Images

Uno de los asuntos clave para la normalización de relaciones es la seguridad alimentaria. He aquí tres pilares sobre cómo mejorar la relación agrícola entre EE UU y Cuba.

En el histórico viaje del Secretario de Estado de EE UU, John Kerry, este viernes a Cuba para izar la bandera y abrir la nueva Embajada estadounidense, grandes expectativas se levantan sobre los nuevos pasos de acercamiento entre los dos países. El debate no es ya sobre ajustar el embargo sino con qué reemplazarlo. La apertura de las embajadas abre espacio para que la Administración lance un nuevo paquete de medidas de acercamiento con la isla.

La política enunciada por Barack Obama se resume en más cooperación con Cuba, en más sectores, más frecuentemente. La Habana y Washington deben consolidar realidades institucionales  que favorezcan a sectores comprometidos con la política de acercamiento. Solo eso garantizará la irreversibilidad política de los pasos dados.

El principal reto para la normalización de relaciones es rebasar una lectura pasiva del vínculo bilateral y adoptar una visión dinámica sobre las oportunidades que ofrece la nueva institucionalidad. Cuando el embargo/bloqueo fue instituido la presunción era que Cuba no permitiría un sector no estatal. Hoy, la isla no solo tiene un sector no estatal sino que lo considera parte integral de su modelo económico. Promoviendo un comercio e inversión regulado de Estados Unidos con el mismo, los dos gobiernos pueden desangrar el embargo, haciéndolo una carcasa irrelevante.

Uno de los puntos neurálgicos para la normalización de relaciones es la seguridad alimentaria. Las dinámicas políticas internas en EEUU y en Cuba justifican acelerar la cooperación en esa área. El comercio agrícola con la isla fue el renglón pionero donde el embargo tuvo que retroceder. De una situación de comercio cero, Estados Unidos llegó a vender en 2008, 658 millones de dólares en la isla, con Cuba como el octavo mercado norteamericano de pollos, e importantes compras de soja y otros productos.

Fortalecer la seguridad alimentaria está en el interés nacional de Cuba y EE UU. La dependencia cubana de importaciones de alimentos en un 70-80% representa importantes vulnerabilidades a los aumentos de precios en el mercado mundial. Una caída en el poder adquisitivo cubano perjudicaría también a Estados Unidos con aumentos de la emigración incontrolada e incertidumbres derivadas de los procesos de reforma económica, liberalización política y transición intergeneracional de liderazgos en los que Cuba está inmersa.

En contraste, un aumento del comercio alimentario entre Cuba y EE UU representa una ganancia mutua para los dos países. Las reformas económicas en la isla han priorizado una significativa transición al mercado en el sector agrícola. Los procesos de apertura al campesinado privado y las cooperativas; y la entrega de tierras en usufructo constituyen un importante avance en materia de derechos humanos, ya que mejoran el derecho a la alimentación y a la propiedad privada. Solo en gastos de ...