
Distintos puntos de la costa egipcia son usados una y otra vez por los traficantes de seres humanos. También desde allí salen desesperados en botes que con frecuencia se hunden pocos kilómetros después de zarpar. La idea europea de un acuerdo con Egipto semejante al alcanzado con Turquía es un nuevo error político. Y, como siempre, los refugiados llevan la peor parte.
En lo que llevamos de año unos 300.000 migrantes han llegado a Europa procedentes de Turquía y África. De ellos unos 130.000 alcanzaron Italia desde las costas norteafricanas.
Egipto se ha convertido en el segundo país norteafricano de origen, después de Libia, según la Organización Internacional para las Migraciones. Si en 2015 representaban el 5%, en 2016 alcanzan el 9%. En junio, la Agencia Frontex avisaba que en el primer semestre del año su número se había duplicado hasta 7.000. Un dato: hasta julio se registraron en Italia más de 1.200 niños y menores procedentes de Egipto. En todo el año anterior habían sido 94.
El uso de esta ruta seguirá creciendo. De cada diez migrantes al menos uno escoge esta vía. La mayoría de los que se encuentran en Egipto son africanos. En septiembre de 2015 el presidente egipcio, Abdel Fatah al Sisi, afirmó en una reunión con una delegación del Comité de Asuntos Exteriores del Senado italiano en El Cairo, que Egipto ya acoge a cinco millones de refugiados.
Hay varias causas que explican la gravedad del problema migratorio desde Egipto: la pobreza y la violencia en África que cuenta con una población de 1.200 millones. En 40 años los habitantes del continente se han triplicado y según la ONU en 2050 esta cifra ascenderá a casi 2.500 millones. En Egipto desembocan todas las rutas que desde África Oriental y a través de Sudán van al Mediterráneo. Reflejo de esa continuada explosión demográfica africana es la egipcia: su población actual es de 90 millones y ha más que cuadruplicado los 21,5 millones de 1950. Con un crecimiento del 2% anual la ONU pronostica que en 2050 habrá más de 120 millones de egipcios.
Llegan igualmente quienes huyen de Siria, Irak y Afganistán. El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados estima que en Egipto hay unos 250.000 refugiados, en su mayoría procedentes de Siria. Y eso que desde el derrocamiento de Mohamed Morsi en 2013 el país cambió su política de puertas abiertas y los sirios necesitan para entrar un visado, que les conceden pocas veces. La crisis económica e la inestabilidad política egipcias han contribuido al incremento de la xenofobia y el aumento del número de detenciones arbitrarias.
Egipto no es solo un país de tránsito sino también de origen. Su situación económica es penosa. El déficit presupuestario es del 11,4%. El desempleo – como mínimo – del 12,5%. Egipto fue invitado por China a asistir a la pasada cumbre del G20, ...
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