¿Qué piensan en realidad los ideólogos
del llamado terrorismo islámico? El examen de sus declaraciones y documentos
puede ayudar a combatir su estrategia global y erradicar las causas de las simpatías
que despiertan en las sociedades islámicas. Por eso, aquí vamos
a las fuentes primarias. A los textos mismos. Y en ellos está ya anunciado
el ataque que se produjo el 11-M en Madrid. Todas las citas recogidas salen
de tales documentos.

 Textos <EM>yihad</EM>istas</EM><br />
      encontrados en la Red. Sobre estas líneas, imagen del 11-M.
Documentos mortales: Textos
encontrados en la Red. Sobre estas líneas, imagen del 11-M.

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Ampliada

Las grandes líneas de acción del movimiento de Al Qaeda tienen
su origen no sólo en los comunicados de Osama Bin Laden y sus lugartenientes,
sino también en numerosos textos estratégicos que circulan entre
las organizaciones radicales que giran en torno a su órbita y sus militantes.
Intentar acceder a sus autores e ideólogos para saber qué piensan
de primera mano no es tarea fácil ni exenta de riesgos, por lo que resulta
más factible explorar los escritos y documentos audiovisuales de contenido
estratégico que producen. Los acontecimientos demuestran que Al Qaeda
no tiene reparos en hacer pública su estrategia. De hecho, es un movimiento
que anuncia sus objetivos sin pretender confundir al enemigo. Sus líderes
buscan entablar un diálogo con los gobiernos y sociedades occidentales,
siguiendo sus propios términos, como demuestran sus cartas a Estados
Unidos o sus propuestas de reconciliación a Europa, bajo la amenaza de
tomar represalias en caso de que no se atiendan sus demandas. Unas amenazas
que, como dejan claro, siempre intentarán hacer realidad, con independencia
del tiempo que empleen en llevarlas a la práctica.

En Internet pueden localizarse algunos documentos yihadistas de gran
interés, generalmente en árabe. La falta de especialistas en los
países occidentales (y en los propios servicios de inteligencia), que
no sólo dominen esa lengua y sus dialectos sino que también conozcan
el contexto social y cultural de esas sociedades, contrasta con el profundo
conocimiento sobre Occidente que suelen tener los estrategas , algunos de los
cuales incluso se han formado en Estados Unidos y Europa. Los regímenes
democráticos abiertos entran en esta lucha con una desventaja preocupante.
Y este desconocimiento puede hacer que políticos y creadores de opinión
occidentales caigan en la tentación de afirmar que lo único que
buscan los es matar al mayor número posible de infieles o reinstaurar
el califato islámico y hacerse dueños del mundo. Esta visión
tacha su estrategia de utópica, irracional o nihilista, pero no explica
por qué surge el movimiento alqaedista, ni siquiera las causas
que hacen que su ideología atraiga cada vez a más personas en
las sociedades árabes (250 millones) e islámicas (más de
1.200 millones).


Las ‘webs’ del horror

Si antes era Afganistán, ahora el nuevo lugar de encuentro para
muchos islamistas radicales es Internet. Las nuevas tecnologías
de la información, de bajo coste y fácil acceso, les permiten
seguir difundiendo su propaganda y mantener la comunicación entre
activistas repartidos por todo el mundo, tanto con fines formativos como
operacionales. Se calcula que hay decenas de miles de páginas web,
foros de debate y listas de correo electrónico en los que se incita
a esta clase de violencia. Otra forma común de contactar es a través
de programas de mensajería instantánea, más difíciles
de controlar y que no dejan rastro, aunque su función más
importante es mantener un grado aceptable de coherencia entre individuos
que piensan de forma parecida. Además de imágenes de asesinatos
en directo, se pueden encontrar mensajes, libros y otros documentos escritos,
vídeos o grabaciones sonoras.

Las ‘webs’ del horrorTerror
en la Red:
Muchas páginas web islamistas son
un verdadero museo del horror con ejecuciones en directo.

Tratar de censurar esos contenidos es técnica y jurídicamente
muy complicado y materialmente imposible. Más que intentar cerrar
los sitios web que difunden estos materiales, las autoridades y los intelectuales
en Occidente deberían prestar más atención a sus
contenidos a fin de comprender la ideología y la estrategia política
de Al Qaeda. Sólo así se puede aislar políticamente
a sus ideólogos, desarmándolos de argumentos de cara a sus
seguidores con hechos concretos, y se pueden detectar señales tempranas
de cambios ideológicos que pueden acabar afectándonos de
forma directa.

 

La capacidad de movilización de Al Qaeda va en aumento, debido a su
discurso de carácter defensivo frente a lo que sectores crecientes de
las poblaciones musulmanas desencantadas y radicalizadas perciben como amenazas
contra el conjunto de los musulmanes, sus honras, tierras, recursos y bienes.
Es impensable que Al Qaeda tuviese un grado similar de aceptación si
su discurso fuera puramente ofensivo contra Occidente, sin que hubiese mediado
una provocación, real o percibida, por los efectos de sus políticas
y las de sus regímenes aliados árabes. Ciertos líderes
radicales hablan de recuperar las antiguas tierras del islam, pero la mayoría
de sus seguidores se contentaría con poner fin a lo que consideran intromisiones
del mundo occidental en sus asuntos cotidianos, empezando por su apoyo a gobernantes
corruptos.

Los aseguran que "la cruzada que llevan a cabo Estados
Unidos y otros países contra el islam y los musulmanes es una guerra
doctrinal, económica, política, cultural y de seguridad, cuyo
campo de batalla es todo el planeta y que va dirigida contra todo musulmán,
sean cuales sean sus orientaciones y nacionalidad". La ideología
alqaedista, en su versión más radical, es partidaria de provocar
un choque entre el mundo islámico y un Occidente liderado por Estados
Unidos, una versión binladenista de la teoría del choque
de civilizaciones de Huntington. Consideran que de esa forma se conseguirá
liberar una reacción enérgica de las poblaciones musulmanas que
ponga fin a las injerencias externas.


AL QAEDA Y LA GUERRILLA IRAQUÍ

Irak se ha convertido en la piedra angular de la estrategia yihadista
global, algo que no era antes de la guerra: "La batalla de Irak es hoy
día, simple y claramente, una batalla de toda la umma [comunidad
de creyentes] islámica". Con la movilización de combatientes
nativos y de voluntarios llegados de fuera, en parte como consecuencia del conflicto
de Afganistán, se pretende generar un "cambio histórico"
en Oriente Medio, pero no en el sentido que propone Washington, sino para propiciar
el "despertar en toda esta región neurálgica del mundo islámico".
Quienes así piensan creen que la guerra de Irak es una agresión
más de los "cruzados y sionistas", que no fue provocada por
los atentados del 11-S, sino que estaba planeada con anterioridad. Para ellos,
la motivación principal de la Administración Bush para atacar
a este país fue de carácter puramente doctrinal. En ella se entremezclan
una "ideología protestante extremista, que cree tener la misión
divina de extender el Bien y derrotar al Mal, a la espera de la batalla de Armagedon
y la llegada del Mesías", y la ideología "sionista".
Se percibe como una amenaza contra el islam y los musulmanes cuyo origen es
muy anterior, aunque ahora se ha hecho más patente.

Así, "la ocupación de Irak es un movimiento táctico
que allana el camino para un movimiento estratégico más amplio
en la región. Si el experimento culmina con éxito", opinan
estos ideólogos , "empujará a Estados Unidos a
dar otros pasos más amplios y peligrosos, por lo que se debe hacer fracasar
ese experimento enarbolando la bandera de la yihad". A partir de esta
visión del mundo, consideran que "los movimientos militares estadounidenses
no sólo amenazan a la región [de Oriente Medio], sino que también
representan una campaña colonialista unilateral en el mundo". Resulta
llamativo que los mismos autores opinen que el Pentágono ha secuestrado
la gestión de la política exterior estadounidense, hasta ahora
en manos del Departamento de Estado.

En diciembre de 2003 apareció en un foro islamista de Internet (alsaha.fares.net)
un documento yihadista, escrito tres meses antes, titulado El Irak
de la yihad: esperanzas y riesgos. Análisis de la realidad,
aproximación al futuro y pasos prácticos a dar en el camino de
la bendita yihad.
En él se explicaba la estrategia a seguir
en Irak encaminada a frustrar el plan militar de Estados Unidos que, preveían,
iba a consistir en retirarse de las grandes ciudades y alejarse de las zonas
calientes
, entregar a la policía iraquí la responsabilidad
de la seguridad interior y contar con la llegada de fuerzas internacionales
al país. Es decir, la victoria de las fuerzas estadounidenses se produciría
a condición de que lograran reducir el número de tropas y los
costes económicos, traer nuevas fuerzas internacionales, poner en pie
un nuevo Ejército iraquí, exportar el petróleo, construir
el Estado, mejorar la seguridad y limitar las operaciones militares propias.
El fin de esta estrategia yihadista es lograr que Washington no consiga
reducir el número de tropas, las pérdidas humanas y los gastos
económicos.

Para conseguir dichos objetivos, el documento en cuestión recomienda
"aumentar las operaciones , tanto en el plano cuantitativo como
cualitativo; conservar siempre el espíritu de iniciativa mediante la
diversificación de los objetivos y el cambio de los métodos empleados
(emboscadas, ataques, explosiones, batallas cuerpo a cuerpo…); atacar las
instalaciones petroleras de forma periódica para impedir la exportación
del crudo iraquí y obligar a Estados Unidos, en caso de quedarse en el
país, a pagar el coste de vida del pueblo iraquí, además
de los gastos de la ocupación, y, por último, crear células
combatientes en el sur de mayoría chií". En el
aspecto informativo, se recomienda "dar a conocer la realidad sobre la
opresión de lo que sucede en Irak a la sombra de la ocupación
estadounidense, lo que ayudaría a apoyar la postura de los países
contrarios a la ocupación y a que Estados Unidos pierda el resto de sus
argumentos actuales en el plano internacional, pero sobre todo en el interno".

Terrorismo global: Osama Bin Laden en un lugar desconocido de Afganistán en 1998.

Terrorismo global: Osama Bin Laden
en un lugar desconocido de Afganistán en 1998.

Los entienden que "de triunfar el plan estadounidense en Irak,
Washington lograría la permanencia de la presencia militar y el control
americano en la zona, el control fáctico de la totalidad de las reservas
petrolíferas del Golfo, el sometimiento político total de Arabia
Saudí y el exterminio de la predicación islámica, la reactivación
de la economía estadounidense a través de los proyectos de reconstrucción
de Irak y la explotación de su petróleo, la construcción
del Estado iraquí que desea Estados Unidos, la imposición de una
paz a los árabes en Palestina, el sometimiento de Siria para que acepte
las condiciones israelíes y el cierre del cerco a Irán por el
este y el oeste".

 

 

 

 

 

 

 


¿Bin Laden vota a Bush?

Por extraño que pueda parecer, un supuesto grupo vinculado a Al
Qaeda (las Brigadas de Abu Hafs Al Masri, que se atribuyó la autoría
de los atentados del 11-M) ha expresado su deseo de que George W. Bush
gane las próximas elecciones presidenciales. En un comunicado el
15 de marzo pasado, esta organización dirigía el siguiente
mensaje a Bush: "Estamos muy interesados en que no pierdas las próximas
elecciones. Sabemos que cualquier atentado de gran envergadura destruiría
a tu Gobierno, y eso es lo que no queremos. No encontraremos a alguien
más torpe que tú, que se tome las cosas por la fuerza en
lugar de con sabiduría y astucia. Tu estupidez y fanatismo religioso
es lo que queremos, pues nuestra umma no despertará de
su amodorramiento salvo que aparezca un enemigo que la amenace".
Refiriéndose al rival demócrata de Bush, el comunicado prosigue:
"No hay diferencia entre tú y [John] Kerry, pero Kerry matará
a nuestra umma sin que ésta se percate, porque
él y los demócratas poseen la astucia para adornar la infidelidad
y endosársela a la umma árabe e islámica en nombre
de la civilización". Estas brigadas se ven como un "elemento
de la ecuación internacional, incluso con capacidad de influir
en la economía mundial".

Imagen de George W. Bush.

Si es cierto que algunas decisiones tomadas por la Administración
Bush han contribuido a dar fuerza y legitimidad al movimiento alqaedista,
¿por qué iban a querer sus líderes un cambio presidencial
en Washington? No parece que una continuidad en las políticas estadounidenses
vaya a disuadir a quienes justifican la muerte de otros musulmanes en
sus atentados terroristas (como ocurrió en Nueva York y en Madrid,
y casi a diario en otros lugares del mundo). Al contrario, cuanto más
empeore la situación, mejor. En el caso de que las amenazas anteriores
se materialicen y Al Qaeda decida contribuir a la reelección
de Bush en noviembre, ¿sería considerada ésta una
victoria de los terroristas?

Tras el 11-M, se ha dicho que Al Qaeda podría cometer un atentado
en EE UU para impedir la reelección de Bush, pero ¿qué
ocurriría si su intención fuera la contraria? Un atentado
no es algo abstracto. Una vez que se tienen los medios para realizarlo,
las reacciones populares (y electorales) dependen de cuándo, dónde,
cómo y con qué métodos decidan los terroristas llevarlo
a cabo. Los estrategas saben que la sociedad estadounidense
tiende a aferrarse a sus líderes en momentos de crisis. Podría
ocurrir que, cuanta más alarma genere la Administración
Bush sobre un inminente atentado terrorista y más críticas
reciba (de los demócratas y los europeos), más argumentos
tendría a su favor en caso de que se produjera tal atentado.

Por otro lado, si un atentado con el sello de Al Qaeda vuelve a golpear
Europa, incluso en algún país que no apoyó la guerra
de Irak, cabría preguntarse si no daría argumentos a los
defensores de la Doctrina Bush sobre la guerra contra el terrorismo.
Un escenario que generaría gran alarma mundial sería que
se cometieran varios atentados coordinados (como los del 11-S y el 11-M)
pero en distintos lugares del planeta, e incluso utilizando agentes químicos
o biológicos. No sería necesario que el número de
muertos fuera muy elevado, pues los medios de comunicación se encargarían
inmediatamente de generar el efecto psicológico que los terroristas
buscan provocar en las sociedades occidentales, cuyos gobiernos se verían
obligados a dar respuestas con similar inmediatez.

 

El tiempo que ha transcurrido desde la aparición de este documento ha
demostrado que esa estrategia no sólo se ha seguido sino que ha sido
más exitosa que la estadounidense. Washington no ha podido reducir sus
tropas en Irak. Las encuestas muestran que la moral de los soldados es baja,
en parte debido al creciente número de muertos y heridos. El monto económico
de la ocupación es muy elevado: entre 4.000 y 5.000 millones de dólares
al mes (entre 3.300 y 4.200 millones de euros). EE UU ya ha aprobado partidas
por valor de 149.000 millones de dólares para financiar la guerra de
Irak, y la Administración Bush ha pedido 25.000 millones de dólares
adicionales para 2005 (una medida que hubiera preferido tomar tras las elecciones
de noviembre, de no ser por la urgencia). La reconstrucción del país
se enfrenta a grandes dificultades. La población iraquí es cada
vez menos favorable a la presencia de tropas de ocupación y la insurgencia
armada se ha extendido de las zonas suníes a las chiíes del sur
(un panorama impensable meses atrás). Las instalaciones petrolíferas
sufren ataques sistemáticos (el Departamento de Energía estadounidense
estima que el 80% de los costes de reparación de la infraestructura petrolífera
de Irak se debe no a los daños causados por la guerra, sino a los saqueos
y sabotajes). Ante este panorama, Irak parece haberse convertido en un claro
ejemplo de Estado fallido como resultado del desmantelamiento de las instituciones
estatales del régimen anterior. En todas las sociedades islámicas,
las imágenes de torturas y tratos inhumanos contra prisioneros iraquíes
confirman las críticas y acusaciones hechas contra Estados Unidos por
parte de los extremistas y fortalecen sus posiciones, las de los insurgentes
tanto suníes como chiíes y las de quienes se opusieron a la guerra.
Su efecto ha sido demoledor en la región.

A todo ello hay que sumar el hecho tal vez más preocupante a largo
plazo: el imparable éxito de la ideología alqaedista
y su creciente capacidad para reclutar a nuevos militantes como consecuencia
de la desastrosa gestión posbélica. Según un reciente estudio
del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS) de Londres,
"Al Qaeda cuenta con más de 18.000 terroristas potenciales repartidos
por el mundo, y la guerra en Irak está engrosando sus filas". La
presencia militar occidental en la península arábiga a principios
de los 90 alimentó la radicalización a lo largo de esa década.
De forma parecida, el conflicto y posterior ocupación de Irak tendrá
consecuencias, entre ellas la aparición de una nueva generación
de combatientes radicales, incluso mucho después de que los actuales
dirigentes mundiales y sus consejeros en estos temas hayan dejado el poder.

Madrid, 11 de marzo de 2004: cadáveres de las víctimas de los atentados de Atocha.

Madrid, 11 de marzo de 2004: cadáveres
de las víctimas de los atentados de Atocha.

ESPAÑA, EN EL PUNTO DE MIRA
Dentro y fuera de España, la opinión mayoritaria es que los atentados
del 11-M estuvieron relacionados directamente con el apoyo de Madrid a la guerra
anglo-estadounidense contra Irak. Los sabían que, tras la
cumbre de las Azores, se había producido en España "una
separación casi completa entre el sentir de la sociedad y el del Gobierno
representado por el Partido Popular".

Pero no sólo eso. También se decía en el citado documento
aparecido en otoño de 2003 que "para forzar al Gobierno español
a retirarse de Irak, la resistencia debe propinar golpes dolorosos
a sus tropas, y que eso se vea acompañado de un seguimiento informativo
que aclare la verdad de la situación dentro de Irak. Debe aprovecharse
al máximo la proximidad de la fecha de las elecciones generales en España
en el tercer mes del año próximo [marzo de 2004]". Incluso
iban un paso más allá, asegurando que "el Gobierno español
no soportaría más de dos o tres golpes, como máximo, antes
de verse obligado a retirarse por la presión popular. Si sus tropas permanecieran
tras estos golpes, la victoria del Partido Socialista estaría prácticamente
garantizada, y la retirada de las tropas españolas estaría en
la lista de su proyecto electoral". Es decir, en este documento los estrategas
contemplaban que la presión de la calle podría
forzar a los dirigentes del PP a retirar las tropas. De lo contrario, preveían
un cambio en La Moncloa. Uno de los motivos por los que se explicaba en dicho
documento que las divergencias entre la sociedad y el Gobierno en relación
a la guerra de Irak no le hubieran pasado factura a éste, por ejemplo
en las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2003, es que "los
acontecimientos en Irak no habían afectado de forma directa a la vida
en España". Este estudio previo a los atentados y al posterior
cambio de Ejecutivo muestra un importante grado de conocimiento de la realidad
española y una sofisticada capacidad de análisis, con independencia
de que dicho estudio guiara o no la actuación de quienes cometieron los
atentados. No hay que olvidar que España sufrió golpes anteriores
al 11-M dentro de territorio iraquí. Al intentar forzar la retirada de
las tropas españolas del país, los radicales buscaban crear un
efecto dominó para que otros aliados como Italia, Polonia y,
sobre todo, el Reino Unido retiraran las suyas por el aumento de la presión
popular sobre sus dirigentes. España era el eslabón más
débil de esa cadena debido, en parte, a la falta de sintonía entre
los responsables políticos y la población.

Los documentos muestran un importante
grado de conocimiento de la realidad española y una
sofisticada capacidad de análisis, con independencia de que guiaran
o no a los autores del 11-M

Los han considerado el 11-M una victoria porque han demostrado su
capacidad de atacar en territorio europeo a pesar del aumento de las medidas
de seguridad en todo el mundo y de influir en la derrota de uno de los más
importantes aliados de Bush, además de ver con satisfacción la
retirada de las tropas de Irak por parte del Gabinete del PSOE, que ya se había
comprometido a hacerlo meses antes. Las referencias hechas por los
a ese vuelco político señalan que "el éxito del pueblo
español al derribar a ese Gobierno que jugó con su seguridad y
estabilidad es en sí una muestra de valentía". Bin Laden
amenazó a España explícitamente por primera vez en una
grabación emitida el 18 de octubre de 2003 (cinco meses antes de los
atentados de Madrid), en la que decía que Al Qaeda se reservaba "el
derecho de responder en el momento y el lugar apropiados contra todos los países
que participan en esta guerra injusta [la de Irak], especialmente Gran Bretaña,
España, Australia, Polonia, Japón e Italia".


OFERTA DE TREGUA A LOS EUROPEOS

El pasado 15 de abril, las cadenas árabes de televisión por satélite
Al Arabiya y Al Yazira emitieron una grabación atribuida a Osama Bin
Laden en la que éste ofrecía una "iniciativa de reconciliación"
a los países europeos. En ella se anunciaba el compromiso de "parar
las operaciones contra todo país que se comprometa a no atacar a los
musulmanes e interferir en sus asuntos". Según dicha grabación,
"la puerta de la reconciliación estaría abierta durante
tres meses" a partir de esa fecha y no entraría en vigor hasta
"la retirada del último soldado de cada uno de los países
europeos de los países musulmanes".
Esta oferta a las sociedades europeas llega como "respuesta a la reacción
positiva [cambio de Gobierno en España] y a las encuestas de opinión
que indican que la mayoría de los europeos quiere la paz". En un
ataque a la Administración Bush, se dice que "una persona racional
no compromete su seguridad, fortuna e hijos para agradar al mentiroso de la
Casa Blanca". Pero, además, se culpa a los dirigentes occidentales
de la situación, al afirmar que "la injusticia nos es infligida
a nosotros y a vosotros por vuestros políticos, que enviaron a vuestros
hijos, a pesar de vuestra oposición, a nuestros países a matar
y a ser matados". También se lanzan preguntas como: "¿Qué
religión considera a vuestros muertos inocentes y a los nuestros insignificantes?".
Estas afirmaciones no entran en contradicción con el sentir mayoritario
de las sociedades islámicas, e incluso pueden recibir cierta simpatía
entre las poblaciones europeas. Sin duda, más que en la estadounidense.

Al no ofrecer una reconciliación al pueblo estadounidense, podría
deducirse que el objetivo de Bin Laden y sus ideólogos es tratar de crear
división entre Europa y EE UU para debilitar a corto plazo la posición
de Washington en Irak. También se especula con que los últimos
golpes contra Al Qaeda y sus células en territorio europeo han mermado
sus posiciones, por lo que buscan una tregua estratégica para poder recuperarse.
La otra explicación es que se trate de una oferta/amenaza genuina, y
que su rechazo por parte de los dirigentes europeos significará dar luz
verde a nuevas operaciones de células terroristas que ya tengan planeados
sus atentados dentro de Europa desde hace tiempo.

Los saben que su fuerza proviene de su capacidad de imponer una agenda
global a las democracias occidentales, alterando su vida colectiva. Creen que
"las sociedades de Oriente Medio se han percatado de que son una pieza
que cuenta en el tablero mundial y que poseen un arma poderosa que es la guerra
asimétrica, la guerra de guerrillas y las operaciones de martirio [suicidas],
que ni la militarización estadounidense ni los gobiernos árabes
podrán frenar". Consideran que este movimiento "no podrá
ser destruido con la eliminación de grupos, símbolos y personalidades".
Es más, el grado de colaboración que existe entre individuos de
varios países convierte a este movimiento en un auténtico proyecto
panárabe, que contrasta con la incapacidad mostrada por los regímenes
de esos países para realizar proyectos comunes en muchos ámbitos.
En el documento aquí citado, se dice textualmente: "La hostilidad
que hay entre nosotros y ellos [los occidentales] no debe impedirnos conocer
las virtudes del enemigo y sus características […], pues es verdad
que son los más inmunes a la injusticia de sus gobernantes […] y es
uno de los rasgos más destacados de Occidente, en los que es superior
al mundo islámico. Pero, ahora, tras los benditos ataques de septiembre
[de 2001], se ha debilitado y se han revelado muchos defectos de la democracia".
Esto da a entender que el recorte de derechos y libertades civiles y de garantías
jurídicas que se ha producido en algunos países occidentales tras
el 11-S favorece a los radicales, ya que debilita a los sistemas democráticos
y expone sus contradicciones.

El problema no es que haya radicales, pues siempre los habrá. Lo realmente
grave es que aumente el número de sus simpatizantes, tal y como demuestra
una reciente encuesta del Pew Research Center realizada en varios países
musulmanes. Los resultados son escalofriantes: el 65% de los paquistaníes,
el 55% de los jordanos o el 45% de los marroquíes ven de forma favorable
a Bin Laden. La encuesta demuestra que no hace falta ser radical, ni siquiera
musulmán, para dudar de la sinceridad de los objetivos de la guerra
contra el terrorismo
de Estados Unidos.

¿Algo más?
El autor de este artículo, Haizam Amirah
Fernández, es también responsable de un interesante
análisis, ‘¿Tiene Al Qaeda una estrategia global?’,
que se puede leer en la página web del Real Instituto
Elcano (www.realinstitutoelcano.org/analisis/484.asp).
Internet es un verdadero filón de material yihadista,
sobre todo, en los foros de debate de ciertas páginas web
como: web.fares.net,
www.qal3ati.net/vb,
alsaha.com y qassimy.com/islam.htm.
Hay una amplia recopilación sobre este tipo de documentos
en la web del investigador israelí Reuven Paz, Project for
the Research of Islamist Movements, que recoge textos en árabe
atribuidos a grupos islamistas radicales: www.e-prism.org/pages/5/index.htm.
De especial interés es la colección de ejemplares
de las dos revistas electrónicas quincenales que publican
presuntos miembros de Al Qaeda en la península arábiga
y que se difunden a través de la lista de correo Global Islamic
Media Center: La Voz de la Yihad (Sawt al-Yihad) y Campamento
Al-Battar (Mu’askar al-Battar)
. La primera es
de carácter político y estratégico, y la segunda,
de tipo militar.

Para una lista completa de comunicados y entrevistas a Bin Laden,
hay que consultar www.
sais-jhu.edu/programs/asia/asiaoverview/readinglists/southasiareadinglists/InternationalTerrorism03.pdf
.
La prensa británica es la fuente más accesible para
obtener grabaciones y vídeos de Al Qaeda (www.guardian.co.uk/alqaida/page/0,12643,839823,00.html)
y documentos como la carta de Bin Laden a EE UU (observer.guardian.co.uk/worldview/story/0,11581,845725,00.html)
o la oferta de reconciliación a los europeos (newsvote.bbc.co.uk/mpapps/pagetools/print/news.bbc.co.uk/2/hi/middle_east/3628069.stm).
Para conocer qué trama Al Qaeda, lea el análisis de
Jason Burke, uno de los mejores especialistas en la materia, publicado
en el anterior número de FP edición española
(junio/julio 2004).

¿Qué piensan en realidad los ideólogos
del llamado terrorismo islámico? El examen de sus declaraciones y documentos
puede ayudar a combatir su estrategia global y erradicar las causas de las simpatías
que despiertan en las sociedades islámicas. Por eso, aquí vamos
a las fuentes primarias. A los textos mismos. Y en ellos está ya anunciado
el ataque que se produjo el 11-M en Madrid. Todas las citas recogidas salen
de tales documentos.
Haizam Amirah Fernández.

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Las grandes líneas de acción del movimiento de Al Qaeda tienen
su origen no sólo en los comunicados de Osama Bin Laden y sus lugartenientes,
sino también en numerosos textos estratégicos que circulan entre
las organizaciones radicales que giran en torno a su órbita y sus militantes.
Intentar acceder a sus autores e ideólogos para saber qué piensan
de primera mano no es tarea fácil ni exenta de riesgos, por lo que resulta
más factible explorar los escritos y documentos audiovisuales de contenido
estratégico que producen. Los acontecimientos demuestran que Al Qaeda
no tiene reparos en hacer pública su estrategia. De hecho, es un movimiento
que anuncia sus objetivos sin pretender confundir al enemigo. Sus líderes
buscan entablar un diálogo con los gobiernos y sociedades occidentales,
siguiendo sus propios términos, como demuestran sus cartas a Estados
Unidos o sus propuestas de reconciliación a Europa, bajo la amenaza de
tomar represalias en caso de que no se atiendan sus demandas. Unas amenazas
que, como dejan claro, siempre intentarán hacer realidad, con independencia
del tiempo que empleen en llevarlas a la práctica.

En Internet pueden localizarse algunos documentos yihadistas de gran
interés, generalmente en árabe. La falta de especialistas en los
países occidentales (y en los propios servicios de inteligencia), que
no sólo dominen esa lengua y sus dialectos sino que también conozcan
el contexto social y cultural de esas sociedades, contrasta con el profundo
conocimiento sobre Occidente que suelen tener los estrategas , algunos de los
cuales incluso se han formado en Estados Unidos y Europa. Los regímenes
democráticos abiertos entran en esta lucha con una desventaja preocupante.
Y este desconocimiento puede hacer que políticos y creadores de opinión
occidentales caigan en la tentación de afirmar que lo único que
buscan los es matar al mayor número posible de infieles o reinstaurar
el califato islámico y hacerse dueños del mundo. Esta visión
tacha su estrategia de utópica, irracional o nihilista, pero no explica
por qué surge el movimiento alqaedista, ni siquiera las causas
que hacen que su ideología atraiga cada vez a más personas en
las sociedades árabes (250 millones) e islámicas (más de
1.200 millones).


Las ‘webs’ del horror

Si antes era Afganistán, ahora el nuevo lugar de encuentro para
muchos islamistas radicales es Internet. Las nuevas tecnologías
de la información, de bajo coste y fácil acceso, les permiten
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activistas repartidos por todo el mundo, tanto con fines formativos como
operacionales. Se calcula que hay decenas de miles de páginas web,
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a esta clase de violencia. Otra forma común de contactar es a través
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de controlar y que no dejan rastro, aunque su función más
importante es mantener un grado aceptable de coherencia entre individuos
que piensan de forma parecida. Además de imágenes de asesinatos
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vídeos o grabaciones sonoras.

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Tratar de censurar esos contenidos es técnica y jurídicamente
muy complicado y materialmente imposible. Más que intentar cerrar
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en Occidente deberían prestar más atención a sus
contenidos a fin de comprender la ideología y la estrategia política
de Al Qaeda. Sólo así se puede aislar políticamente
a sus ideólogos, desarmándolos de argumentos de cara a sus
seguidores con hechos concretos, y se pueden detectar señales tempranas
de cambios ideológicos que pueden acabar afectándonos de
forma directa.

 

La capacidad de movilización de Al Qaeda va en aumento, debido a su
discurso de carácter defensivo frente a lo que sectores crecientes de
las poblaciones musulmanas desencantadas y radicalizadas perciben como amenazas
contra el conjunto de los musulmanes, sus honras, tierras, recursos y bienes.
Es impensable que Al Qaeda tuviese un grado similar de aceptación si
su discurso fuera puramente ofensivo contra Occidente, sin que hubiese mediado
una provocación, real o percibida, por los efectos de sus políticas
y las de sus regímenes aliados árabes. Ciertos líderes
radicales hablan de recuperar las antiguas tierras del islam, pero la mayoría
de sus seguidores se contentaría con poner fin a lo que consideran intromisiones
del mundo occidental en sus asuntos cotidianos, empezando por su apoyo a gobernantes
corruptos.

Los aseguran que "la cruzada que llevan a cabo Estados
Unidos y otros países contra el islam y los musulmanes es una guerra
doctrinal, económica, política, cultural y de seguridad, cuyo
campo de batalla es todo el planeta y que va dirigida contra todo musulmán,
sean cuales sean sus orientaciones y nacionalidad". La ideología
alqaedista, en su versión más radical, es partidaria de provocar
un choque entre el mundo islámico y un Occidente liderado por Estados
Unidos, una versión binladenista de la teoría del choque
de civilizaciones de Huntington. Consideran que de esa forma se conseguirá
liberar una reacción enérgica de las poblaciones musulmanas que
ponga fin a las injerencias externas.


AL QAEDA Y LA GUERRILLA IRAQUÍ

Irak se ha convertido en la piedra angular de la estrategia yihadista
global, algo que no era antes de la guerra: "La batalla de Irak es hoy
día, simple y claramente, una batalla de toda la umma [comunidad
de creyentes] islámica". Con la movilización de combatientes
nativos y de voluntarios llegados de fuera, en parte como consecuencia del conflicto
de Afganistán, se pretende generar un "cambio histórico"
en Oriente Medio, pero no en el sentido que propone Washington, sino para propiciar
el "despertar en toda esta región neurálgica del mundo islámico".
Quienes así piensan creen que la guerra de Irak es una agresión
más de los "cruzados y sionistas", que no fue provocada por
los atentados del 11-S, sino que estaba planeada con anterioridad. Para ellos,
la motivación principal de la Administración Bush para atacar
a este país fue de carácter puramente doctrinal. En ella se entremezclan
una "ideología protestante extremista, que cree tener la misión
divina de extender el Bien y derrotar al Mal, a la espera de la batalla de Armagedon
y la llegada del Mesías", y la ideología "sionista".
Se percibe como una amenaza contra el islam y los musulmanes cuyo origen es
muy anterior, aunque ahora se ha hecho más patente.

Así, "la ocupación de Irak es un movimiento táctico
que allana el camino para un movimiento estratégico más amplio
en la región. Si el experimento culmina con éxito", opinan
estos ideólogos , "empujará a Estados Unidos a
dar otros pasos más amplios y peligrosos, por lo que se debe hacer fracasar
ese experimento enarbolando la bandera de la yihad". A partir de esta
visión del mundo, consideran que "los movimientos militares estadounidenses
no sólo amenazan a la región [de Oriente Medio], sino que también
representan una campaña colonialista unilateral en el mundo". Resulta
llamativo que los mismos autores opinen que el Pentágono ha secuestrado
la gestión de la política exterior estadounidense, hasta ahora
en manos del Departamento de Estado.

En diciembre de 2003 apareció en un foro islamista de Internet (alsaha.fares.net)
un documento yihadista, escrito tres meses antes, titulado El Irak
de la yihad: esperanzas y riesgos. Análisis de la realidad,
aproximación al futuro y pasos prácticos a dar en el camino de
la bendita yihad.
En él se explicaba la estrategia a seguir
en Irak encaminada a frustrar el plan militar de Estados Unidos que, preveían,
iba a consistir en retirarse de las grandes ciudades y alejarse de las zonas
calientes
, entregar a la policía iraquí la responsabilidad
de la seguridad interior y contar con la llegada de fuerzas internacionales
al país. Es decir, la victoria de las fuerzas estadounidenses se produciría
a condición de que lograran reducir el número de tropas y los
costes económicos, traer nuevas fuerzas internacionales, poner en pie
un nuevo Ejército iraquí, exportar el petróleo, construir
el Estado, mejorar la seguridad y limitar las operaciones militares propias.
El fin de esta estrategia yihadista es lograr que Washington no consiga
reducir el número de tropas, las pérdidas humanas y los gastos
económicos.

Para conseguir dichos objetivos, el documento en cuestión recomienda
"aumentar las operaciones , tanto en el plano cuantitativo como
cualitativo; conservar siempre el espíritu de iniciativa mediante la
diversificación de los objetivos y el cambio de los métodos empleados
(emboscadas, ataques, explosiones, batallas cuerpo a cuerpo…); atacar las
instalaciones petroleras de forma periódica para impedir la exportación
del crudo iraquí y obligar a Estados Unidos, en caso de quedarse en el
país, a pagar el coste de vida del pueblo iraquí, además
de los gastos de la ocupación, y, por último, crear células
combatientes en el sur de mayoría chií". En el
aspecto informativo, se recomienda "dar a conocer la realidad sobre la
opresión de lo que sucede en Irak a la sombra de la ocupación
estadounidense, lo que ayudaría a apoyar la postura de los países
contrarios a la ocupación y a que Estados Unidos pierda el resto de sus
argumentos actuales en el plano internacional, pero sobre todo en el interno".

Terrorismo global: Osama Bin Laden en un lugar desconocido de Afganistán en 1998.

Terrorismo global: Osama Bin Laden
en un lugar desconocido de Afganistán en 1998.

Los entienden que "de triunfar el plan estadounidense en Irak,
Washington lograría la permanencia de la presencia militar y el control
americano en la zona, el control fáctico de la totalidad de las reservas
petrolíferas del Golfo, el sometimiento político total de Arabia
Saudí y el exterminio de la predicación islámica, la reactivación
de la economía estadounidense a través de los proyectos de reconstrucción
de Irak y la explotación de su petróleo, la construcción
del Estado iraquí que desea Estados Unidos, la imposición de una
paz a los árabes en Palestina, el sometimiento de Siria para que acepte
las condiciones israelíes y el cierre del cerco a Irán por el
este y el oeste".

 

 

 

 

 

 

 


¿Bin Laden vota a Bush?

Por extraño que pueda parecer, un supuesto grupo vinculado a Al
Qaeda (las Brigadas de Abu Hafs Al Masri, que se atribuyó la autoría
de los atentados del 11-M) ha expresado su deseo de que George W. Bush
gane las próximas elecciones presidenciales. En un comunicado el
15 de marzo pasado, esta organización dirigía el siguiente
mensaje a Bush: "Estamos muy interesados en que no pierdas las próximas
elecciones. Sabemos que cualquier atentado de gran envergadura destruiría
a tu Gobierno, y eso es lo que no queremos. No encontraremos a alguien
más torpe que tú, que se tome las cosas por la fuerza en
lugar de con sabiduría y astucia. Tu estupidez y fanatismo religioso
es lo que queremos, pues nuestra umma no despertará de
su amodorramiento salvo que aparezca un enemigo que la amenace".
Refiriéndose al rival demócrata de Bush, el comunicado prosigue:
"No hay diferencia entre tú y [John] Kerry, pero Kerry matará
a nuestra umma sin que ésta se percate, porque
él y los demócratas poseen la astucia para adornar la infidelidad
y endosársela a la umma árabe e islámica en nombre
de la civilización". Estas brigadas se ven como un "elemento
de la ecuación internacional, incluso con capacidad de influir
en la economía mundial".

Imagen de George W. Bush.

Si es cierto que algunas decisiones tomadas por la Administración
Bush han contribuido a dar fuerza y legitimidad al movimiento alqaedista,
¿por qué iban a querer sus líderes un cambio presidencial
en Washington? No parece que una continuidad en las políticas estadounidenses
vaya a disuadir a quienes justifican la muerte de otros musulmanes en
sus atentados terroristas (como ocurrió en Nueva York y en Madrid,
y casi a diario en otros lugares del mundo). Al contrario, cuanto más
empeore la situación, mejor. En el caso de que las amenazas anteriores
se materialicen y Al Qaeda decida contribuir a la reelección
de Bush en noviembre, ¿sería considerada ésta una
victoria de los terroristas?

Tras el 11-M, se ha dicho que Al Qaeda podría cometer un atentado
en EE UU para impedir la reelección de Bush, pero ¿qué
ocurriría si su intención fuera la contraria? Un atentado
no es algo abstracto. Una vez que se tienen los medios para realizarlo,
las reacciones populares (y electorales) dependen de cuándo, dónde,
cómo y con qué métodos decidan los terroristas llevarlo
a cabo. Los estrategas saben que la sociedad estadounidense
tiende a aferrarse a sus líderes en momentos de crisis. Podría
ocurrir que, cuanta más alarma genere la Administración
Bush sobre un inminente atentado terrorista y más críticas
reciba (de los demócratas y los europeos), más argumentos
tendría a su favor en caso de que se produjera tal atentado.

Por otro lado, si un atentado con el sello de Al Qaeda vuelve a golpear
Europa, incluso en algún país que no apoyó la guerra
de Irak, cabría preguntarse si no daría argumentos a los
defensores de la Doctrina Bush sobre la guerra contra el terrorismo.
Un escenario que generaría gran alarma mundial sería que
se cometieran varios atentados coordinados (como los del 11-S y el 11-M)
pero en distintos lugares del planeta, e incluso utilizando agentes químicos
o biológicos. No sería necesario que el número de
muertos fuera muy elevado, pues los medios de comunicación se encargarían
inmediatamente de generar el efecto psicológico que los terroristas
buscan provocar en las sociedades occidentales, cuyos gobiernos se verían
obligados a dar respuestas con similar inmediatez.

 

El tiempo que ha transcurrido desde la aparición de este documento ha
demostrado que esa estrategia no sólo se ha seguido sino que ha sido
más exitosa que la estadounidense. Washington no ha podido reducir sus
tropas en Irak. Las encuestas muestran que la moral de los soldados es baja,
en parte debido al creciente número de muertos y heridos. El monto económico
de la ocupación es muy elevado: entre 4.000 y 5.000 millones de dólares
al mes (entre 3.300 y 4.200 millones de euros). EE UU ya ha aprobado partidas
por valor de 149.000 millones de dólares para financiar la guerra de
Irak, y la Administración Bush ha pedido 25.000 millones de dólares
adicionales para 2005 (una medida que hubiera preferido tomar tras las elecciones
de noviembre, de no ser por la urgencia). La reconstrucción del país
se enfrenta a grandes dificultades. La población iraquí es cada
vez menos favorable a la presencia de tropas de ocupación y la insurgencia
armada se ha extendido de las zonas suníes a las chiíes del sur
(un panorama impensable meses atrás). Las instalaciones petrolíferas
sufren ataques sistemáticos (el Departamento de Energía estadounidense
estima que el 80% de los costes de reparación de la infraestructura petrolífera
de Irak se debe no a los daños causados por la guerra, sino a los saqueos
y sabotajes). Ante este panorama, Irak parece haberse convertido en un claro
ejemplo de Estado fallido como resultado del desmantelamiento de las instituciones
estatales del régimen anterior. En todas las sociedades islámicas,
las imágenes de torturas y tratos inhumanos contra prisioneros iraquíes
confirman las críticas y acusaciones hechas contra Estados Unidos por
parte de los extremistas y fortalecen sus posiciones, las de los insurgentes
tanto suníes como chiíes y las de quienes se opusieron a la guerra.
Su efecto ha sido demoledor en la región.

A todo ello hay que sumar el hecho tal vez más preocupante a largo
plazo: el imparable éxito de la ideología alqaedista
y su creciente capacidad para reclutar a nuevos militantes como consecuencia
de la desastrosa gestión posbélica. Según un reciente estudio
del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS) de Londres,
"Al Qaeda cuenta con más de 18.000 terroristas potenciales repartidos
por el mundo, y la guerra en Irak está engrosando sus filas". La
presencia militar occidental en la península arábiga a principios
de los 90 alimentó la radicalización a lo largo de esa década.
De forma parecida, el conflicto y posterior ocupación de Irak tendrá
consecuencias, entre ellas la aparición de una nueva generación
de combatientes radicales, incluso mucho después de que los actuales
dirigentes mundiales y sus consejeros en estos temas hayan dejado el poder.

Madrid, 11 de marzo de 2004: cadáveres de las víctimas de los atentados de Atocha.

Madrid, 11 de marzo de 2004: cadáveres
de las víctimas de los atentados de Atocha.

ESPAÑA, EN EL PUNTO DE MIRA
Dentro y fuera de España, la opinión mayoritaria es que los atentados
del 11-M estuvieron relacionados directamente con el apoyo de Madrid a la guerra
anglo-estadounidense contra Irak. Los sabían que, tras la
cumbre de las Azores, se había producido en España "una
separación casi completa entre el sentir de la sociedad y el del Gobierno
representado por el Partido Popular".

Pero no sólo eso. También se decía en el citado documento
aparecido en otoño de 2003 que "para forzar al Gobierno español
a retirarse de Irak, la resistencia debe propinar golpes dolorosos
a sus tropas, y que eso se vea acompañado de un seguimiento informativo
que aclare la verdad de la situación dentro de Irak. Debe aprovecharse
al máximo la proximidad de la fecha de las elecciones generales en España
en el tercer mes del año próximo [marzo de 2004]". Incluso
iban un paso más allá, asegurando que "el Gobierno español
no soportaría más de dos o tres golpes, como máximo, antes
de verse obligado a retirarse por la presión popular. Si sus tropas permanecieran
tras estos golpes, la victoria del Partido Socialista estaría prácticamente
garantizada, y la retirada de las tropas españolas estaría en
la lista de su proyecto electoral". Es decir, en este documento los estrategas
contemplaban que la presión de la calle podría
forzar a los dirigentes del PP a retirar las tropas. De lo contrario, preveían
un cambio en La Moncloa. Uno de los motivos por los que se explicaba en dicho
documento que las divergencias entre la sociedad y el Gobierno en relación
a la guerra de Irak no le hubieran pasado factura a éste, por ejemplo
en las elecciones municipales y autonómicas de mayo de 2003, es que "los
acontecimientos en Irak no habían afectado de forma directa a la vida
en España". Este estudio previo a los atentados y al posterior
cambio de Ejecutivo muestra un importante grado de conocimiento de la realidad
española y una sofisticada capacidad de análisis, con independencia
de que dicho estudio guiara o no la actuación de quienes cometieron los
atentados. No hay que olvidar que España sufrió golpes anteriores
al 11-M dentro de territorio iraquí. Al intentar forzar la retirada de
las tropas españolas del país, los radicales buscaban crear un
efecto dominó para que otros aliados como Italia, Polonia y,
sobre todo, el Reino Unido retiraran las suyas por el aumento de la presión
popular sobre sus dirigentes. España era el eslabón más
débil de esa cadena debido, en parte, a la falta de sintonía entre
los responsables políticos y la población.

Los documentos muestran un importante
grado de conocimiento de la realidad española y una
sofisticada capacidad de análisis, con independencia de que guiaran
o no a los autores del 11-M

Los han considerado el 11-M una victoria porque han demostrado su
capacidad de atacar en territorio europeo a pesar del aumento de las medidas
de seguridad en todo el mundo y de influir en la derrota de uno de los más
importantes aliados de Bush, además de ver con satisfacción la
retirada de las tropas de Irak por parte del Gabinete del PSOE, que ya se había
comprometido a hacerlo meses antes. Las referencias hechas por los
a ese vuelco político señalan que "el éxito del pueblo
español al derribar a ese Gobierno que jugó con su seguridad y
estabilidad es en sí una muestra de valentía". Bin Laden
amenazó a España explícitamente por primera vez en una
grabación emitida el 18 de octubre de 2003 (cinco meses antes de los
atentados de Madrid), en la que decía que Al Qaeda se reservaba "el
derecho de responder en el momento y el lugar apropiados contra todos los países
que participan en esta guerra injusta [la de Irak], especialmente Gran Bretaña,
España, Australia, Polonia, Japón e Italia".


OFERTA DE TREGUA A LOS EUROPEOS

El pasado 15 de abril, las cadenas árabes de televisión por satélite
Al Arabiya y Al Yazira emitieron una grabación atribuida a Osama Bin
Laden en la que éste ofrecía una "iniciativa de reconciliación"
a los países europeos. En ella se anunciaba el compromiso de "parar
las operaciones contra todo país que se comprometa a no atacar a los
musulmanes e interferir en sus asuntos". Según dicha grabación,
"la puerta de la reconciliación estaría abierta durante
tres meses" a partir de esa fecha y no entraría en vigor hasta
"la retirada del último soldado de cada uno de los países
europeos de los países musulmanes".
Esta oferta a las sociedades europeas llega como "respuesta a la reacción
positiva [cambio de Gobierno en España] y a las encuestas de opinión
que indican que la mayoría de los europeos quiere la paz". En un
ataque a la Administración Bush, se dice que "una persona racional
no compromete su seguridad, fortuna e hijos para agradar al mentiroso de la
Casa Blanca". Pero, además, se culpa a los dirigentes occidentales
de la situación, al afirmar que "la injusticia nos es infligida
a nosotros y a vosotros por vuestros políticos, que enviaron a vuestros
hijos, a pesar de vuestra oposición, a nuestros países a matar
y a ser matados". También se lanzan preguntas como: "¿Qué
religión considera a vuestros muertos inocentes y a los nuestros insignificantes?".
Estas afirmaciones no entran en contradicción con el sentir mayoritario
de las sociedades islámicas, e incluso pueden recibir cierta simpatía
entre las poblaciones europeas. Sin duda, más que en la estadounidense.

Al no ofrecer una reconciliación al pueblo estadounidense, podría
deducirse que el objetivo de Bin Laden y sus ideólogos es tratar de crear
división entre Europa y EE UU para debilitar a corto plazo la posición
de Washington en Irak. También se especula con que los últimos
golpes contra Al Qaeda y sus células en territorio europeo han mermado
sus posiciones, por lo que buscan una tregua estratégica para poder recuperarse.
La otra explicación es que se trate de una oferta/amenaza genuina, y
que su rechazo por parte de los dirigentes europeos significará dar luz
verde a nuevas operaciones de células terroristas que ya tengan planeados
sus atentados dentro de Europa desde hace tiempo.

Los saben que su fuerza proviene de su capacidad de imponer una agenda
global a las democracias occidentales, alterando su vida colectiva. Creen que
"las sociedades de Oriente Medio se han percatado de que son una pieza
que cuenta en el tablero mundial y que poseen un arma poderosa que es la guerra
asimétrica, la guerra de guerrillas y las operaciones de martirio [suicidas],
que ni la militarización estadounidense ni los gobiernos árabes
podrán frenar". Consideran que este movimiento "no podrá
ser destruido con la eliminación de grupos, símbolos y personalidades".
Es más, el grado de colaboración que existe entre individuos de
varios países convierte a este movimiento en un auténtico proyecto
panárabe, que contrasta con la incapacidad mostrada por los regímenes
de esos países para realizar proyectos comunes en muchos ámbitos.
En el documento aquí citado, se dice textualmente: "La hostilidad
que hay entre nosotros y ellos [los occidentales] no debe impedirnos conocer
las virtudes del enemigo y sus características […], pues es verdad
que son los más inmunes a la injusticia de sus gobernantes […] y es
uno de los rasgos más destacados de Occidente, en los que es superior
al mundo islámico. Pero, ahora, tras los benditos ataques de septiembre
[de 2001], se ha debilitado y se han revelado muchos defectos de la democracia".
Esto da a entender que el recorte de derechos y libertades civiles y de garantías
jurídicas que se ha producido en algunos países occidentales tras
el 11-S favorece a los radicales, ya que debilita a los sistemas democráticos
y expone sus contradicciones.

El problema no es que haya radicales, pues siempre los habrá. Lo realmente
grave es que aumente el número de sus simpatizantes, tal y como demuestra
una reciente encuesta del Pew Research Center realizada en varios países
musulmanes. Los resultados son escalofriantes: el 65% de los paquistaníes,
el 55% de los jordanos o el 45% de los marroquíes ven de forma favorable
a Bin Laden. La encuesta demuestra que no hace falta ser radical, ni siquiera
musulmán, para dudar de la sinceridad de los objetivos de la guerra
contra el terrorismo
de Estados Unidos.

¿Algo más?
El autor de este artículo, Haizam Amirah
Fernández, es también responsable de un interesante
análisis, ‘¿Tiene Al Qaeda una estrategia global?’,
que se puede leer en la página web del Real Instituto
Elcano (www.realinstitutoelcano.org/analisis/484.asp).
Internet es un verdadero filón de material yihadista,
sobre todo, en los foros de debate de ciertas páginas web
como: web.fares.net,
www.qal3ati.net/vb,
alsaha.com y qassimy.com/islam.htm.
Hay una amplia recopilación sobre este tipo de documentos
en la web del investigador israelí Reuven Paz, Project for
the Research of Islamist Movements, que recoge textos en árabe
atribuidos a grupos islamistas radicales: www.e-prism.org/pages/5/index.htm.
De especial interés es la colección de ejemplares
de las dos revistas electrónicas quincenales que publican
presuntos miembros de Al Qaeda en la península arábiga
y que se difunden a través de la lista de correo Global Islamic
Media Center: La Voz de la Yihad (Sawt al-Yihad) y Campamento
Al-Battar (Mu’askar al-Battar)
. La primera es
de carácter político y estratégico, y la segunda,
de tipo militar.

Para una lista completa de comunicados y entrevistas a Bin Laden,
hay que consultar www.
sais-jhu.edu/programs/asia/asiaoverview/readinglists/southasiareadinglists/InternationalTerrorism03.pdf
.
La prensa británica es la fuente más accesible para
obtener grabaciones y vídeos de Al Qaeda (www.guardian.co.uk/alqaida/page/0,12643,839823,00.html)
y documentos como la carta de Bin Laden a EE UU (observer.guardian.co.uk/worldview/story/0,11581,845725,00.html)
o la oferta de reconciliación a los europeos (newsvote.bbc.co.uk/mpapps/pagetools/print/news.bbc.co.uk/2/hi/middle_east/3628069.stm).
Para conocer qué trama Al Qaeda, lea el análisis de
Jason Burke, uno de los mejores especialistas en la materia, publicado
en el anterior número de FP edición española
(junio/julio 2004).

Haizam Amirah Fernández es
investigador principal del área del mundo árabe del Real Instituto
Elcano de Estudios Internacionales y Estratégicos.