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Déjense de oro y de petróleo. Los inversores que quieran superar la recesión en los próximos años deberían pensar en salir al campo y establecer una granja de ovejas. En 2010, los carneros australianos empezaron a venderse a más de 100 dólares por cabeza por primera vez en la historia, cuando la disminución del número de animales hizo que los precios se disparasen. La Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) prevé que en los próximos cinco años va a haber 300.000 toneladas menos de las necesarias de carne de cordero en todo el mundo. Es una noticia muy mala para los consumidores de dicha carne en Oriente Medio y Asia, cada vez más numerosos, pero muy halagüeña para los esforzados ganaderos de Australia y Nueva Zelanda, los dos mayores productores de ovejas del planeta

La escasez global de ovejas se debe a varios factores. En Estados Unidos, los granjeros han abandonado en gran medida su cría, y la cabaña del país ha pasado de 64 millones de ejemplares a sólo seis millones desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Los granjeros británicos también han reducido la cría de este animal desde la epidemia de fiebre aftosa en 2001. En Australia, la caída de los precios de la lana en los 90 y las terribles sequías asestaron un duro golpe al sector.

Al mismo tiempo, la demanda mundial de ovejas ha aumentado de la mano de la fastuosa riqueza del Golfo Pérsico: Arabia Saudí y Kuwait reciben más de la mitad de las exportaciones de Australia. Cada año, en vísperas del Ramadán, con sus tradicionales fiestas de iftar, en las que rompen el ayuno comiendo cordero, los precios de las ovejas australianas suben hasta un 77%.

La cabaña de ovejas en Australia se encuentra en el nivel más bajo de su historia, unos 71 millones de cabezas. Durante un periodo de superabundancia en los 80, estos animales llegaron a venderse a 50 centavos cada uno, pero hoy algunas razas pueden obtener hasta 200 dólares por oveja. En Gran Bretaña, los precios del cordero se han incrementado hasta un 20% este año, y en Arabia Saudí, la escasez de ovejas de este año hizo que aumentara la demanda de carne de vacuno y de camello. Al haber más de ellas destinadas a la cena y menos a hacer jerséis, los precios de la lana también alcanzaron su nivel más alto en 14 años durante el verano.

Australia y Nueva Zelanda siguen dominando el comercio mundial de ovejas, aunque China está ganando terreno. Pero, dado que se tarda años en criar una y son animales caros de mantener, no parece probable que el mercado responda pronto al aumento de la demanda. El futuro, para estos países, tiene un aspecto de lo más lanudo.