Agujeros de bala marcan un poste de señalización "Bienvenido a Irlanda del Norte" que delimita la frontera irlandesa el 22 de julio de 2018 en Derrylin, Irlanda del Norte. (Charles McQuillan/Getty Images)

Cuál es la situación de Irlanda del Norte y cuáles son los retos a los que debe hacer frente. 

En buena compañía el viaje pasa volando, dice un refrán irlandés. Sin embargo, el Brexit, Boris Johnson y las recientes elecciones en Irlanda del Norte están superando los límites del folklore celta. En este punto, es casi imposible explicar de manera plausible por qué Irlanda del Norte apareció tan poco en el debate público y la campaña política del Brexit, lo irresponsable que está siendo Johnson en sus maniobras respecto al Protocolo de Irlanda del Norte y cómo el Sinn Fein —el partido político que en su momento estuvo asociado al IRA— se las arregló para vencer en las elecciones solo veintitantos años después del Acuerdo del Viernes Santo. Si bien las maldiciones siempre han formado parte de la cultura irlandesa, estos días la realidad parece alimentar el mito a la perfección.

Desde 1912, año en que se debatió la independencia de Irlanda en Westminster y un parlamentario liberal relativamente desconocido llamado Thomas Agar-Robartes propuso que cuatro condados del norte quedaran excluidos del acuerdo, muy pocas disputas políticas han arraigado tanto en el imaginario colectivo en todo el mundo. Dondequiera que han viajado los irlandeses, las historias de los Problemas (the Troubles) les han seguido, impulsadas por la inacabable tradición literaria del país, su rico patrimonio musical, una seductora atracción para los cineastas y el éxito de la exportación irlandesa más famosa: el pub. Los asuntos irlandeses, se podría decir, se han convertido en asuntos del mundo.

Todo esto se traduce en que una buena parte del mundo está siguiendo los chanchullos de Boris Johnson en la aplicación (o falta de aplicación) del protocolo, además de hacer sus propias apuestas políticas tras la victoria del Sinn Fein. Tratemos entonces de poner algo de orden en el caos, comenzando con Johnson, RIP.

El cada vez más débil control del poder de Johnson, que acabó en dimisión forzada

El protocolo se acordó durante las negociaciones del Brexit como solución a la cuestión de cómo gestionar la única frontera terrestre de Gran Bretaña con la UE: la que existe entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda. El protocolo prioriza la paz conseguida mediante el Acuerdo del Viernes Santo de 1998, básicamente trazando una frontera aduanera entre Irlanda del Norte y el resto del Reino Unido, pero tras entrar en vigor en 2021 se enfrenta ya a una amenaza existencial.

Apenas una semana después de que el 41% de su propio partido votara a favor de la moción de censura interna en la que se jugaba su continuidad en el puesto de primer ministro, en junio de este año, Johnson presentó a la Cámara de los Comunes la ley que le permitirá cancelar la aplicación de partes significativas del protocolo. En ...