El presidente electo de Polonia, Andrzej Duda. (Janek Skarzynski/AFP/Getty Images)
El presidente electo de Polonia, Andrzej Duda. (Janek Skarzynski/AFP/Getty Images)

Tras las elecciones presidenciales en Polonia que ha dado la victoria al partido conservador Ley y Justicia con Andrzej Duda a la cabeza, no parece que los cambios en política exterior vayan a ser muy significativos en la postura del país frente a Rusia y Ucrania, pero ¿cambiará en algo con la Unión Europea?

Polonia es el único país del Hemisferio Occidental que no ha sufrido ninguna recesión desde hace más de dos decenios. Aunque sigue siendo más pobre que la mayoría de los Estados miembros de la Unión Europea, nunca en los últimos 300 años ha sido un país tan próspero, seguro y abierto como ahora. Sin embargo, el 24 de mayo, los polacos votaron la salida de su presidente, pese a que tenía unos altos índices de popularidad y le sustituyeron por un miembro del Parlamento Europeo, Andrzej Duda, más joven y conservador.

Es evidente que el electorado polaco, considerado hasta hace poco un modelo de estabilidad en la región y en toda Europa, se ha cansado de Plataforma Cívica, a la que pertenecía el presidente Bronislaw Komorowski, y ha votado por el cambio. No obstante, en política exterior no es probable que haya grandes alteraciones. En el tema de las relaciones con Rusia y Ucrania, no hay muchas diferencias entre el presidente saliente y el electo. Aunque Duda criticó a Komorowski durante la campaña electoral por ser demasiado blando con Moscú y no apoyar lo suficiente a Kiev, sus discrepancias son más de grado que de contenido.

Tanto Ley y Justicia como la Plataforma Cívica, así como los demás grandes partidos polacos, se han comprometido a fomentar la orientación pro occidental de Ucrania y la transformación después de Maidán. Los únicos que se oponen a esa postura son los partidos marginales de extrema izquierda y extrema derecha, que, como han demostrado las recientes elecciones, tienen un seguimiento insignificante. Duda, igual que Komorowski, defenderá la necesidad de sanciones más enérgicas contra Rusia y más apoyo internacional a Ucrania. Por ahora no está claro si propondrá suministrar a Kiev armas defensivas. Komorowski prefirió no pronunciarse al respecto, y el Gobierno de Plataforma Cívica solo proporcionó al Ejército ucraniano ayuda humanitaria. Si bien Duda fue más duro con Moscú durante la campaña, inmediatamente después de las elecciones eludió la oportunidad de entrevistarse con el presidente ucraniano, Petro Poroshenko, que estaba dispuesto a ir a Varsovia. Curiosamente, las reacciones a la elección de Duda en Rusia han sido bastante positivas, y Putin fue el primer dirigente extranjero que le felicitó por su victoria. Sin embargo, todo eso no quiere decir nada, y la expectativa de un posible cambio de rumbo a propósito de Rusia y Ucrania carece de fundamento.

Lo mismo sucede en la relación con Estados Unidos. Mientras que Plataforma Cívica atravesó un breve periodo en el que trasladó a la Unión Europea el interés que tenía por los estadounidenses, Ley y Justicia ha sido siempre inequívocamente atlantista. En cualquier caso, desde que Rusia emprendió su desafío en Ucrania, no hay ningún partido político importante en Polonia que dude de que la prioridad de la relación con Washington es la piedra angular de la seguridad europea. En otros momentos, Ley y Justicia criticó a Plataforma Cívica por no ratificar el acuerdo sobre defensa antimisiles negociado hacia el final del mandato de George W. Bush, y del que el Gobierno de Obama se retiró el 17 de septiembre de 2009. En los círculos próximos a Ley y Justicia creen que, si el Parlamento polaco hubiera ratificado antes el acuerdo, la Administración de Obama lo habría respetado.

Desde la invasión rusa de Ucrania, los dos grandes partidos han defendido la necesidad de una presencia militar más numerosa de Estados Unidos en Polonia, los Estados Bálticos y Rumanía. Ambos son firmes partidarios de que se construya una base de defensa antimisiles modificada y a menor escala (Enfoque gradual adaptable) en Redzikowo, en el nordeste de Polonia, que está previsto para 2017 y cuyo objetivo es proteger a Europa y los intereses estadounidenses en Europa de la amenaza iraní. Mientras tanto, Polonia pretende contratar a la empresa norteamericana de defensa Raytheon para construir un sistema Patriot antimisiles que proteja específicamente al país de Rusia. Aunque el valor del contrato, entre cinco mil y ocho mil millones de dólares, es excepcionalmente elevado para lo habitual en Centroeuropa, tanto Plataforma Cívica como Ley y Justicia han apoyado hasta ahora la inversión y la elección de Raytheon.

El terreno en el que pueden chocar los dos partidos es el de la UE y las relaciones con Alemania. En el Parlamento Europeo, Plataforma Cívica pertenece al grupo del Partido Popular Europeo, de centro derecha, una agrupación tradicional y europeísta, mientras que Ley y Justicia es miembro del grupo euroescéptico de los Conservadores y Reformistas Europeos, en el que está también el Partido Conservador británico. Eso quiere decir que, mientras que Plataforma Cívica está cómodamente integrada en la estructura de la Unión, Ley y Justicia mantiene una actitud distante y escéptica ante numerosos aspectos de la integración europea. Las diferencias tienen su origen en la actitud de cada partido respecto a Alemania. Plataforma Cívica comparte escaños en el Parlamento con los demócratas cristianos de Angela Merkel y colabora estrechamente con ellos. En cambio, en el grupo de los Conservadores y Reformistas Europeos no existe ningún partido alemán, y es frecuente que los polacos y los conservadores británicos hablen de cómo les rechaza una UE dominada por Alemania, una queja que es muy bien recibida por sus respectivos electorados.

Sin embargo, cuando Ley y Justicia estuvo en el Gobierno, en el periodo 2005-2007, rebajó de forma considerable su retórica euroescéptica, negoció y acabó por aceptar el Tratado de Lisboa, que dio más representación oficial a Alemania y reforzó el peso de Berlín en la Unión. Y, aunque gran parte del electorado de Ley y Justicia se siente escéptico respecto a Europa y Alemania, el presidente electo, Andrzej Duda, parece más moderado. Su esposa es profesora de alemán, y está claro que él conoce bien la cultura alemana y se siente a gusto con ella.

Por consiguiente, en conjunto, es posible que haya algunos cambios en la política exterior polaca, sobre todo si Ley y Justicia gana las elecciones legislativas en octubre, pero no creo que esos cambios sean revolucionarios ni impredecibles.

 

Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia