Bolsas de basura tiradas en Nápoles (Anna Monaco/AFP/Getty Images)
Bolsas de basura tiradas en Nápoles (Anna Monaco/AFP/Getty Images)

Las mafias locales controlan y gestionan de manera ilegal la basura en la región de Campania. Toneladas de residuos peligrosos se concentran en vertederos improvisados o son quemados en hogueras. Bruselas ya se ha pronunciado al respecto, pero ¿qué hace el Estado Italiano?

Al padre Maurizio Patriciello no le da tiempo ni a bajar del coche. Mientras se acerca al portal de la iglesia de Caivano, al norte de Nápoles, dos activistas golpean la ventanilla con los nudillos. La escena se repite una y otra vez, siempre igual. Cada día le informan del descubrimiento de nuevos vertederos improvisados o de hogueras incontroladas de todo tipo de desecho.

Desde los 90, las mafias locales han gestionado de forma ilegal en esta región unos diez millones de toneladas de residuos peligrosos provenientes sobre todo del norte de Italia, escondiendo los desechos especiales bajo tierra o camuflándolos entre los ordinarios. En los últimos años el enterramiento de sustancias peligrosas se ha reducido notablemente, pero el problema se ha desplazado hacia los residuos urbanos, que, mezclados con los de la producción en negro que las pequeñas industrias locales no quieren eliminar por la vía legal, acaban encontrando abrigo al borde de los senderos donde algunos chavales se encargarán de prenderles fuego a cambio de unos pocos euros.

Un año después de la entrada en vigor de la Ley sobre la denominada Tierra de los Fuegos, aún no se han logrado avances importantes, de acuerdo con las organizaciones para la defensa del medio ambiente y los activistas locales. “Hay demasiados retrasos acumulados, una ausencia de proyectos de saneamiento y los datos epidemiológicos continúan siendo alarmantes”, denuncia la asociación Legambiente en un informe presentado en febrero.

Los resultados de los análisis sobre 51 lugares calificados “de alto riesgo” por el Gobierno todavía no se han divulgado, pese a que su publicación estaba prevista para el pasado mes de junio. “Aún no se han analizado 1.335 sitios potencialmente contaminados”, alerta el informe, que define el proceso de saneamiento como una “quimera”. El grupo en defensa del territorio destaca, además, el peligro de que las compañías controladas por las mafias se lucren con los contratos para limpiar el territorio.

Cuando le preguntan a Mauro Pagnano, activista de la Coordinación de Comités de los Fuegos, qué hace en la vida, contesta: “Reuniones”. Conduce por una carretera de campaña al final de la cual se divisa el Vesubio. De repente gira a mano izquierda. Su coche se abre paso por un estrecho camino sin asfaltar, flanqueado a ambos lados por montículos de basura, a unos pocos metros de los cultivos. Se conoce de memoria todos los puntos en los que se amontonan los desechos y, cada día, cámara al hombro, sale a buscar nuevos vertederos improvisados y programar estrategias de acción con otros voluntarios. A duras penas se cubre la boca y la nariz con el cuello de la chaqueta. “¿Para qué, si las partículas tóxicas están por doquier?”, zanja mientras ...