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Manifestantes ucranianos sostienen una pancarta contraria a la decisión de Putin de reconocer la independencia de las Repúblicas de Donetsk y Lugansk durante la concentración denominada "El Imperio debe morir" cerca de la embajada rusa. (Sergei Chuzavkov/SOPA Images/LightRocket via Getty Images)

Moscú traza sus líneas de seguridad con Occidente a través de "Estados tapón" como Abjasia, Osetia del Sur, Transnistria y ahora el Donbás.

El anuncio realizado este 21 de febrero por el presidente ruso Vladímir Putin de reconocer la independencia de las Repúblicas de Donetsk y Lugansk, también conocidas por su región, el Donbás, altera significativamente el equilibrio de fuerzas y el panorama existente en la crisis ucraniana. Toda vez, este 22 de febrero, el Senado ruso autorizó el uso de tropas en el extranjero.

La apuesta de Putin por el Donbás evidencia al mismo tiempo la estrategia geopolítica rusa de procrear Estados de facto (EDF) como entidades tipo "Estado tapón" ("Buffer States") con la finalidad de concretar un "colchón estratégico" de seguridad para sus líneas defensivas y atenuar cualquier tentativa de expansión de la OTAN hacia el área euroasiática posoviética.

La decisión de Putin de reconocer la independencia del Donbás y de abrir acuerdos de Amistad, Cooperación y Ayuda Mutua ocurre dos días después de la intervención del presidente ucraniano Volodímir Zelenksi durante la Conferencia de Seguridad de Múnich el pasado 19 de febrero, en la que aseguraba que Ucrania era "la frontera de defensa de Europa contra Rusia", pidiendo a la OTAN acabar "con la política de apaciguamiento ante Rusia".

En cuanto a la perspectiva de los EDF y su presencia dentro de la geopolítica rusa, la crisis ucraniana de 2022 tiene leves recuerdos con la acontecida en 2008 con Georgia, cuando el entonces presidente georgiano Mikheil Saakashvili lanzó una ofensiva militar contra las hoy independientes de facto repúblicas de Abjasia y Osetia del Sur. En ese entonces, Moscú reconoció la independencia de ambas entidades, siendo secundado por Venezuela, Nicaragua y Nauru.

El "cordón sanitario" ruso de Crimea al Mediterráneo

Un guión similar al de Abjasia y Osetia del Sur lo repitió Putin en Crimea en 2014, tras la caída del presidente ucraniano Víktor Yanúkovich, cuyo Partido de las Regiones precisamente proviene del Donbás. Si bien Crimea no es un EDF debido a que la Federación rusa ya la integró en su territorio, Putin logró aquí acicalar la efectividad de su audaz y no menos arriesgada apuesta.

Así, Putin ha logrado vertebrar un "cordón sanitario anti OTAN" desde Bielorrusia hasta el Mediterráneo, con epicentro en Crimea por su potencialidad naval estratégica y con el Donbás como "Estado tapón" entre Moscú y Kiev. Por otro lado, la crisis ucraniana le ha permitido también fortalecer el eje euroasiático trazado con China como mecanismo de contención al "atlantismo" de EE UU y la OTAN, con puntos de sintonía en temas sensibles como Ucrania y Taiwán y en lo referente al rechazo a cualquier tipo de injerencia occidental en Rusia y China así ...