
Gobierno y oposición deben superar las rencillas y posibilitar la reconciliación nacional para evitar que Venezuela se precipite al abismo. ¿Cuáles son las claves?
Venezuela se encuentra en una situación de emergencia política, social y económica. Sólo el diálogo ofrece una salida del laberinto de ingobernabilidad que sufre el país sumergida en una severa crisis humanitaria por la falta de medicinas y alimentos. Bajo el auspicio del Papa, el único actor neutral reconocido por las dos partes, oposición y Gobierno deberían aprovechar esta última oportunidad para resolver el grave conflicto político que ha llevado a Venezuela al borde del abismo. Entonces, el conflicto se desarrollaría en tres escenarios: el jurídico-institucional, la calle y un diálogo a puerta cerrada.
Fue el Gobierno el que ofreció un diálogo, pero lo hizo después de prohibir el referéndum revocatorio de la oposición y después de limitar la libertad de movimiento de sus adversarios. Prohibió el referéndum con el argumento de “firmas falsificadas” y la amenaza de “un golpe de Estado de la derecha”. En una entrevista reciente, el ahora diputado Elías Jaua reconoció que este año no habrá revocatorio (para finalizar el mandato y ganar tiempo hasta las elecciones presidenciales de 2019). Tras varios meses de negociación, el presidente, Nicolás Maduro, viajó a Roma para pedir la intervención del Vaticano en el conflicto.
La suspensión del referéndum ha sido calificada como “un golpe de Estado” por la oposición representada por cuatro líderes: el encarcelado Leopoldo López y su esposa Lilian Tintori, el ex candidato presidencial Henrique Capriles, Chuo Torrealba que preside la Mesa de Unidad Democrática (MUD) y Henry Ramos Allup, el presidente de la Asamblea Nacional (AN). Éste último promovió un juicio político de irresponsabilidad contra Maduro.
Tras varios intentos fallidos, oposición y Gobierno tienen nuevamente la oportunidad de negociar una hoja de ruta para coexistir y encontrar soluciones a los gravísimos problemas económicos, sociales y de inseguridad del país. Las condiciones no son buenas. Los dos campos enfrentados elevan el tono de las acusaciones mutuas, y las protestas en la calle son constantes. En estos días continúa la “Toma de Venezuela” opositora y el chavismo también movilizará a los suyos. La MUD exige cinco condiciones para entrar en un diálogo: celebrarlo en Caracas (y no en Isla Margarita como propone el Gobierno) reconocer el derecho al voto, liberar a los presos políticos, atender a las víctimas de la crisis humanitaria (proclamada por Naciones Unidas y Human Rights Watch) y respetar la autonomía de poderes (para evitar nuevos asaltos al Parlamento como el ocurrido el 21 de octubre). La pelota está en el campo del Gobierno que tendría que aceptar al menos algunas de estas condiciones.
Nuevamente, sería el Papa el que mediaría en un conflicto político, continuando con su papel de árbitro en el conflicto entre Estados Unidos y Cuba. El fracaso de mediación de los enviados de la Unión de Naciones de América del Sur (UNASUR) – Leonel Fernández, José Luis ...
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