Cómo puede dejar la guerra heridas psicológicas menos visibles, pero mucho más difíciles de cicatrizar y que derivan en traumas y violencia.
MARCO LONGARI/AFP/Getty Images
Con un presupuesto de 5.000 euros, dos actores y una única cámara que se desliza por el espacio comprendido entre dos habitaciones, los gemelos Mohamed y Ahmed Nasser ya han hecho historia en la corta pero prolija cinematografía palestina: colocar por primera vez un cortometraje producido en la Franja de Gaza en la lista de nominados de una competición internacional. Y el Festival de Cannes no es baladí.
Su obra, la película de 14 minutos Condom Lead (Plomo Condón, en su traducción del inglés) parodia el nombre de “Cast Lead” (“Plomo Fundido”) por el que se conoce la ofensiva militar israelí realizada en la Franja de Gaza entre el 27 de diciembre de 2008 y 18 de enero de 2009, en la operación que provocó el mayor número de bajas en los últimos 40 años de historia del conflicto árabe-israelí. La organización de Derechos Humanos B´Tselem cifró el balance de víctimas en 1.387 palestinos muertos, de los que al menos 774 serían civiles, y en 13 israelíes fallecidos, de ellos 4 civiles.
La película, cuyo rodaje se desarrolló en una única jornada durante una visita de los hermanos Nasser a Jordania, cuenta las dificultades de un matrimonio gazatí para mantener relaciones sexuales mientras retumban, en la cercanía de su casa, el estruendo de las bombas y el zumbido de los drones israelíes.
Una intimidad, aseguran los directores de la película, que termina rota en el único espacio cómplice que los protagonistas creen controlar, pero que resulta invadido por una realidad, irremediablemente atronadora, de violencia, destrucción y muerte, protagonista en una cinta sin apenas diálogos.
Estridencias que se incrustan en los momentos íntimos de un matrimonio cualquiera y con las que los creadores de la cinta persiguen subrayar aquello de lo que no se habla en los conflictos armados: la capacidad de la violencia reiterada no sólo para provocar muertos o heridos, sino para destrozar la psique de los que día a día la sobreviven, infringiéndoles heridas menos visibles pero mucho más difíciles de cicatrizar.
En la Franja de Gaza, psicólogos de los Centros Comunitarios de Salud Mental (independientes de los gestionados por el Ministerio de Salud del Gobierno de Hamás) afirman que, tanto durante la operación Plomo Fundido como en la más reciente Pilar Defensivo (noviembre de 2012), los adultos que han estado expuestos a experiencias traumáticas a menudo padecen depresiones o ansiedad, trastornos que con frecuencia desembocan en conductas agresivas, habiendo aumentado los casos de violencia de género y familiar, tanto durante como después de ambos conflictos.
Condom Lead, en cambio, prefiere abordar la tragedia vivida por miles de familias de la Franja desde un espacio vital pocas veces retratado en el cine árabe, el sexo. A las críticas de los sectores más conservadores de Gaza, que reprueban la única escena ...
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