Ruptura entre Vladimir Putin y Dimitri Medvédev o intercambio de los puestos

 

Ruptura entre Vladimir Putin y Dimitri Medvédev o intercambio de los puestos

 

 

rusia

 

Una estrella ascendiente: El anuncio sobre que Vladimir Putin será el candidato a la presidencia en 2012, puso fin a años de especulaciones sobre si éste iba a volver a su anterior cargo on no. En un experimento político único en la historia de Rusia y el mundo, el país ha estado gobernado durante los últimos tres años por dos hombres: un abogado tecnócrata convertido en hombre de negocios y luego en presidente, y un veterano del KGB nombrado presidente y luego en un primer ministro con un poder asombroso. El contraste entre sus respetivos estilos fue evidente desde el principio, pero ha quedado aún más reforzado gracias a la afición del aparato de relaciones públicas del Kremlin a los posados fotográficos.

En 2005, Putin nombró a Medvédev, que había trabajado con él años antes en la oficina del alcalde en San Petersburgo, viceprimer ministro. La opinión generalizada, y acertada, fue que la decisión era señal de que el presidente estaba preparando a su acólito como su sucesor. Por otra parte, muchos observadores interpretaron el ascenso de Medvédev como una victoria de la facción de los “abogados de San Petersburgo”, más liberales, sobre los duros veteranos del servicio secreto que solían rodear a Putin.

Artículo: Medvédev y Putin: ¿Perpetuados en el poder?

 

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El gran hermano siempre vigila: Cuando Putin no pudo presentarse a la reelección en 2008, debido a la prohibición constitucional, Medvédev optó a ella con la impronta de ser el sucesor escogido por él y ganó con facilidad a una oposición marginal. Pero Putin no iba a desaparecer así como así de la escena. Antes de las elecciones, Medvédev prometió nombrar primer ministro a su predecesor, que, de esa forma, conservaría su influencia en la política del Gobierno.

 

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cartel

 

Los jefes amigos: Los votantes rusos y los observadores internacionales no tenían nada claro cómo iba a funcionar una situación tan poco ortodoxa ni si Medvédev iba a ser algo más que una marioneta de Putin. Al principio, por lo menos, éste pareció demostrar cierta independencia, al poner en marcha una campaña contra la corrupción centrada en la cultura del soborno que había florecido durante la presidencia de Putin.

Sin embargo, el primer año de Medvédev en el cargo fue dramático para Rusia. Una caída vertiginosa de los precios mundiales del petróleo destruyó la economía del país y puso en peligro una década de crecimiento basado en los recursos.

 

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Por el sendero de la guerra: En el verano de 2008, Rusia reaccionó ante los intentos de Georgia de consolidar su control de las regiones separatistas de Osetia del Sur y Abjasia  con una invasión masiva del país. Las informaciones de aquellos días indicaron que fue Putin, y no Medvédev, quien dirigió la estrategia militar durante el conflicto.

 

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La mejor cara, por delante: Dentro de su estrategia de “partir de cero”, el presidente estadounidense Barack Obama se ha esforzado en cultivar su relación con Medvédev -más que con Putin, cuyo antiamericanismo es a menudo demasiado directo-, culminando en la firma del nuevo tratado de desarme nuclear START en 2010.

Aunque, en general, se considera que Putin influye más en la elaboración de la política del Gobierno, los dirigentes extranjeros suelen preferir el trato con Medvédev, a quien consideran menos intransigente.

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¿Cuesta abajo?: Aunque la relación entre Putin y Medvédev parece a menudo cargada de tensión, con choques públicos a propósito de temas tan variados como la corrupción, la política exterior y las opiniones sobre la historia del periodo soviético, el aparato de información del Gobierno ruso parece trabajar sin descanso para presentar a los dos hombres como íntimos amigos, con numerosos posados fotográficos en los que los dos parecen disfrutar juntos, muchas veces practicando algún deporte, de invierno o de verano.

 

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despacho
 

Confidentes… o rivales: En ocasiones, la relación parece ser perfecta para los dos dirigentes: Medvédev es un rostro más presentable para encarnar a Rusia en el extranjero y Putin dirige la política en casa.

Sin embargo, otras veces, la tensión asoma a la superficie. El pasado mes de marzo, por ejemplo, Medvédev criticó con dureza a su primer ministro por comparar la intervención de la OTAN en Libia con las Cruzadas.

 

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Personalidades diferentes: La vida tranquila de Medvédev contrasta con la imparable actividad de Putin. El primer ministro no dudó en vestirse de cuero para aparecer en una concentración nacionalista de motoristas en el puerto de Novorossiysk, en el Mar Negro. Durante su discurso ante los concentrados, Putin elogió la contribución de los motoristas soviéticos durante la Segunda Guerra Mundial.

A diferencia de los gestos espectaculares de su primer ministro, Medvédev mantuvo un comportamiento discreto en las semanas anteriores al anuncio de hace unos días. Aquí aparece bebiendo té durante una visita a un albergue en la Universidad de la Amistad de los Pueblos de Moscú.

 

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En el lavado de coches: El afecto hacia el primer ministro, a veces, adopta formas muy extrañas. En la imagen, unas jóvenes pertenecientes a un club de fans por Internet, llamado “Me gusta mucho Putin”, organizan un lavado de coches (solo para automóviles rusos) delante de la Universidad Estatal de Moscú, el 21 de julio.

 

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¡Dame una M!: Para no ser menos, las componentes de una comunidad digital que apoya a Medvédev hicieron una sesión de yoga, vestidas de animadoras, el 22 de septiembre en la Plaza Roja. El presidente es un conocido entusiasta del yoga.

 

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Ya estoy aquí: “Quiero decirlo francamente: Hace varios años que llegamos entre nosotros a un acuerdo sobre qué hacer en el futuro”, dijo Putin a sus partidarios el 24 de septiembre. Aunque su regreso a la presidencia resuelve uno de los grandes misterios de la política rusa, todavía no se sabe si Medvédev se quedará para recuperar su antiguo cargo de primer ministro. Por ahora, todo son sonrisas, pero ¿podrán Vova y Dima seguir trabajando juntos sin problemas? (Una de las primeras señales de fricción se vio cuando el ministro de Finanzas, Alexei Kudrin, dijo que prefería dimitir antes que trabajar a las órdenes de Medvédev y le destituyeron de inmediato.) Una cosa está clara: seguirá siendo interesante observar a la primera pareja de Rusia.

 

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