El final de la política del hijo único

AFP/Getty Images
Después de muchas especulaciones de que estaba a punto de ser abolida, China anunció en septiembre que la polémica ley sobre planificación familiar -la llamada “política del hijo único”- iba a seguir en vigor por ahora.
Pero la realidad es que esta medida ya no afecta a la inmensa mayoría de la población. Es difícil obtener cifras, pero los medios de comunicación chinos calculan que, con el relajo de las restricciones que se produjo en muchas zonas del país a partir de 2007, sólo el 36% de la población vive hoy en áreas en las que todavía sigue en vigor la ley.
La verdadera cifra seguramente es muy inferior, porque abundan las excepciones. En algunas ciudades, por ejemplo, se permite que tengan un hijo más si los dos padres son hijos únicos: un caso cada vez más frecuente después de 30 años de la política vigente. Y tampoco afecta a las 55 minorías étnicas de China que, en conjunto, representan alrededor del 8% de la población.
En las áreas mayoritariamente urbanas en las que todavía está en vigor la ley, el aumento de los niveles de renta está quitándole relevancia, porque muchos padres acomodados prefieren pagar las multas (que se calculan en función de la renta familiar, pero muchas veces no se cobran) o sobornar a funcionarios bien dispuestos. Otra opción popular es viajar a Hong-Kong, donde la ley no está en vigor, para dar a luz.
Desde que se impuso en 1979 para contrarrestar las desastrosas políticas de promoción familiar de Mao Tse Tung durante el Gran Salto Adelante, l...