Petrobras en Niteroi, Brasil. (Mario Tama/Getty Images)
Petrobras en Niteroi, Brasil. (Mario Tama/Getty Images)

Las multinacionales latinoamericanas han sufrido un proceso de desarrollo e integración que les ha permitido crecer, desde los mercados locales, hasta situar su presencia internacional en todo el mundo, convirtiéndose incluso en líderes de sus respectivas industrias.

Existe un amplio debate respecto a los avances que presentan las diversas iniciativas de integración oficial en América Latina. Menor discusión existe respecto a los avances que ha experimentado la integración empresarial en la región. El crecimiento de las multinacionales latinoamericanas es un fenómeno cada vez más masivo: el flujo de inversiones de países latinoamericanos, entre ellos y fuera de ellos, es crecientemente importante.

La primera ola de inversión extranjera directa de los países en desarrollo tuvo lugar en los 60 y 70, y en ella habrían tenido una presencia significativa las empresas de países latinoamericanos, específicamente Argentina, Brasil, Colombia, México y Venezuela. No obstante, fue partir de la década de los 90 cuando en América Latina se produjo un importante proceso de internacionalización productiva de sus empresas. Fue entonces cuando las multinacionales de los países emergentes dejaron de jugar un papel secundario para empezar a liderar importantes industrias como la minería, el petróleo y el gas y la industria del cemento. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) señaló que, de acuerdo con la información disponible en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), el stock de inversión extranjera de los países en desarrollo se incrementó de 89.500 millones de dólares a un billón entre 1985 y el 2004.

Hacia mediados de los 90 las firmas brasileñas registraban una internacionalización productiva relativamente baja. En un principio, estas se concentraron en el mercado local para garantizar su supervivencia frente a los nuevos competidores que exportaban a Brasil o se instalaban en ese mercado. El propio proceso de privatización de la década de los 90 incentivó a las empresas brasileñas a concentrarse en ese país. El único aspecto del proceso de reestructuración que indujo algunas operaciones de inversión en el exterior fue la creación del Mercosur, orientadas en particular hacia Argentina, pero no alcanzaron sumas muy significativas. Hacia finales de los 90, sin embargo, y asociado al proceso de reestructuración de la economía, se empezaron a percibir formas de propiedad y gestión en las empresas brasileñas con creciente participación de inversionistas institucionales y mayor presencia de gerentes profesionales. Asimismo, las reformas económicas de la época contribuyeron a que a partir del año 2000 las empresas brasileñas incrementaran fuertemente sus inversiones fuera del país, alcanzando un promedio anual de más de 3.000 millones de dólares, debido, en parte, a la fusión de la brasileña Ambev y la belga Interbrew, y los 19.000 millones de dólares en 2006 como efecto del control de Inco por Vale. Armadas de modelos de negocios que combinaban costos bajos con productos y servicios atractivos, modernos sistemas logísticos e informáticos y conocimiento actualizado, las empresas brasileñas empezaron a expandirse en el exterior. Como resultado, Cemex y Vale pasaron a encabezar su sector, Embraer dejó atrás a Bombardier como líder del mercado de aviones de reacción en la región, y la empresa Embraco ocupó el primer lugar en el mundo en la fabricación de compresores. La dimensión financiera fue clave al permitir que todas estas empresas registraran aumentos de su capitalización de mercado y de su capacidad para acceder a los mercados de capital locales e internacionales a menores costos.

En la década de los 70, en la que Brasil vivió su milagro económico, se impulsó la exploración petrolera en otros países. En este contexto se creó Petrobras, en la actualidad la mayor empresa multinacional brasileña. Al iniciar su internacionalización, Petrobras importaba aproximadamente el 80% del petróleo que se consumía en Brasil, por eso, al principio operó bajo la lógica de la búsqueda de recursos como respuesta a la insuficiente disponibilidad de los mismos. Un aspecto decisivo que posibilitó su actuación internacional fueron los éxitos alcanzados en la exploración y extracción de petróleo en aguas profundas. Sus operaciones internacionales absorben actualmente el 15% del total de inversiones, de los cuales el 80% se concentran en exploración y prospección. En 2007 la empresa ya estaba operando en 26 países de tres continentes.

La entrada en Argentina en 1993 constituyó un hecho importante. Iniciada bajo la forma de concesiones de exploración y a través de adquisiciones de otras empresas, se transformó en una de las mayores empresas productoras de petróleo y gas natural de ese país. Importante fue también la instalación en 1996 en Bolivia, donde la compañía se concentró en la exploración de gas natural. En el año siguiente se inició la construcción del gasoducto Bolivia – Brasil, y en 2001, Petrobras inició la distribución de gasolina. Tras una década, las inversiones en Bolivia habían alcanzado la suma de mil millones de dólares, su producción representaba el 18% del PIB boliviano y el 24% de la recaudación tributaria. La nacionalización de las refinerías de la empresa el 1 de mayo del 2006 llevó a largas negociaciones, alcanzándose un acuerdo entre Petrobras y Yacimientos Petrolíferos Bolivianos, todo lo cual no ha implicado una reducción significativa de la operación en ese país. En la actualidad, Petrobras es la segunda empresa petrolera más grande en Argentina y la primera en Bolivia.

El caso de EMBRAER

La industria aeronáutica brasileña dio sus primeros pasos en la década de los 30 de la mano de EMBRAER. Su entrada en el mercado internacional fue una realidad a mitad de los 70 con la venta de 15 aviones a Uruguay. La participación activa del Estado ha sido y es un aspecto relevante debido a que la industria está sujeta a la necesidad de innovar constantemente para hacer frente a las demandas de navegabilidad, seguridad y de reducción de costos de operación, de esta manera puede reducir los costos de combustibles y ambientales. Incluso después de la privatización de EMBRAER en 1995, la empresa ha seguido contando con el apoyo estatal, que detenta la llamada “acción de oro”. El Gobierno brasileño también es fuerte en la financiación de los programas y las exportaciones de EMBRAER, con la participación activa del Banco del Estado de Brasil y el financiamiento directo del BNDES a EMBRAER, así como otros programas similares de estímulo a las exportaciones brasileñas.

La experiencia de diversificación e internacionalización de Vale S.A.

Vale S.A. es la segunda empresa metalúrgica y minera del mundo, y la más grande de América. Es además el mayor productor de mineral de hierro y pellets de hierro, el segundo mayor productor mundial de níquel y de los productores más grandes de manganeso y aleaciones de hierro. La empresa se fundó en 1909 por un consorcio británico bajo el nombre de Brazilian Hematite Syndicate, con el objetivo de explotar un mineral de hierro en el Vale do Rio Doce en el estado de Minas Gerais. En 1911 adquirió el ferrocarril que unía Minais Gerais con el puerto de la ciudad de Vitória, y en 1949 Vale ya era responsable del 80% de la exportación brasileña de hierro y hacia 1974 se había transformado en el principal exportador del mineral, con una participación del 16% en el mercado mundial. Hasta 1961, sus principales clientes fueron empresas estadounidenses pero, a partir de esa fecha, las fundiciones alemanas pasaron a ocupar el primer lugar siendo a su vez reemplazadas por las empresas japonesas a partir de finales de los 60. La adquisición de INCO, el segundo productor de níquel en el mundo, en 2008, representó la transacción más grande que ha protagonizado una trasnacional latinoamericana, y permitió a la empresa dar un paso gigantesco en su esfuerzo de internacionalización al expandir sus operaciones en Canadá, Indonesia y el territorio francés Nueva Caledonia en el Pacífico Sur.

 

Este artículo se basa en el documento Empresas multinacionales latinoamericanas. Los casos de Brasil y Chile

 

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