
La crisis sanitaria global ha dejado al descubierto las deficiencias laborales, la desprotección social y la violación de los derechos humanos que sufren las mujeres trabajadoras en los países árabes.
El mundo árabe contabilizó 8,8 millones de personas desempleadas en 2019, de las cuales 3,8 millones eran mujeres, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Tras el impacto de la pandemia en las tasas de paro para la misma región se estima que el número total de personas sin trabajo puede aumentar hasta los 9,1 millones en 2021: 5,2 millones serían hombres y 3,9 millones mujeres.
En mayor o menor medida, la crisis sanitaria global sigue afectando a gran parte de los países del mundo en diferentes olas. La situación ha dejado al descubierto las numerosas deficiencias en los ámbitos laborales que afectan a las trabajadoras en el mundo árabe, alcanzando niveles sin precedentes de violaciones de los derechos humanos, según ha registrado la Confederación Sindical Árabe (ATUC en sus siglas en inglés) en los últimos meses.
Sin olvidar aquellos sectores de actividad altamente feminizados como los sanitarios, la educación y los servicios de limpieza, los ámbitos laborales especialmente afectados durante la pandemia han sido aquellos de las mujeres empleadas en el servicio doméstico y las trabajadoras agrícolas que son ocupados en gran parte por migrantes. Este sector de población debido a su extremada vulnerabilidad ha sido sometido a patrones injustos de explotación, sexismo, desigualdad, restricciones de género y numerosas políticas y formas de trabajo inseguras, racistas y xenófobas, que ya eran frecuentes antes de la irrupción de la pandemia y que se han exacerbado durante la misma.
Entre las graves violaciones que el sindicalismo árabe ha registrado en esta etapa se observan la pérdida de sus medios de vida, la violación de sus derechos en el trabajo, la violación de derechos humanos elementales y la absoluta desprotección social. Gran parte de estas mujeres que han trabajado y trabajan en el sector informal no están cubiertas por ningún sistema de seguridad social y carecen del derecho a vacaciones pagadas, de acceso a la asistencia sanitaria y a los servicios básicos de protección de la maternidad.
ATUC, a modo de ejemplo, ha revisado la situación de las mujeres etíopes en Líbano. Según las cifras que ofrece la central sindical internacional árabe, se calcula que en este país hay más de 300.000 trabajadoras domésticas de diversas nacionalidades extranjeras que se han visto perjudicadas de manera extraordinaria por las condiciones impuestas por la crisis económica durante la pandemia de la Covid-19.
En el caso de las mujeres etíopes, decenas de ellas fueron objeto de expulsión arbitraria de sus puestos de trabajo y se quedaron en la calle. Sus salarios, recibido en libras libanesas según el nuevo tipo de cambio oficial, no tienen ya ningún valor a la hora de hacer transferencia a sus familias en Etiopía, que se ven obligadas a convertir este ...
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