La salida de Reino Unido va a debilitar a las fuerzas que defienden una mayor integración de la Unión Europea. También va a dar más poder a Alemania. Por su parte, los británicos se enfrentan a una larga y difícil negociación para establecer la nueva relación, seguramente de un tipo similar al "modelo canadiense".
El pasado mes de diciembre, Marine le Pen, presidenta del Frente Nacional, dijo que si Reino Unido aprobaba dejar la UE, sería un hecho equivalente a la caída del Muro de Berlín en 1989. Tenía razón. El Brexit es un acontecimiento trascendental en la historia de Europa y, a partir de ahora, estaremos ante un relato de desintegración en lugar de integración.
Eso no significa que Europa vaya a romperse, ni tampoco que se vaya a ir otro país, cosa muy poco probable a corto plazo. Pero los políticos centristas que gobiernan casi todos los Estados miembros de la UE, de ahora en adelante, estarán a la defensiva contra las fuerzas populistas que se oponen a ellos y a la Unión.
En las máximas jerarquías de la Unión Europea hay dos puntos de vista contrapuestos sobre el futuro de Europa. La Comisión Europea, presidida por Jean Claude Juncker, cree en una mayor integración. En general, trata de resolver las crisis presionando a los Estados miembros para que acepten soluciones "europeas" que implican más poderes para las instituciones de la UE. No es que la Comisión, en un ejercicio de cinismo, quiera quedarse con el poder, es que piensa sinceramente que muchos problemas necesitan "más Europa". Y a veces tiene razón.
Pero el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, tiene una postura diferente. En las últimas semanas ha advertido repetidamente que una mayor centralización volvería a los ciudadanos corrientes en contra de la UE. "Obsesionados con la idea de la integración total, no nos hemos dado cuenta de que las personas normales, los ciudadanos de Europa, no comparten nuestro euroentusiasmo", dice. Tusk ha citado también unos comentarios de Hubert Védrine, ex ministro de Exteriores francés: "Se ven en todas partes gobiernos y partidos que dan saltos y piden 'más Europa, más Europa'. Si queréis que la gente rechace de forma abrumadora a Europa, seguid como hasta ahora". Hace unos días, Wolfgang Schäuble, ministro alemán de Finanzas, intervino para criticar "el desmesurado grado de egocentrismo existente en las instituciones de Bruselas y Luxemburgo... Hasta cierto punto, hemos perdido el contacto con nuestros ciudadanos".
En las reflexiones de la UE sobre cómo reaccionar ante el Brexit, el pragmatismo de Tusk acabará prevaleciendo por delante del federalismo de Juncker. En los últimos años han habido en París y Berlín discusiones sobre un nuevo tratado de la Unión que se centre en una eurozona más integrada. Pero la idea se ha ido apagando. Existen varios motivos para esta nueva cautela. La eurozona, pese a todas sus dificultades, no corre ningún peligro inmediato de disolución. Francia y Alemania no pueden ponerse de acuerdo sobre cómo arreglar los problemas del euro (¿debe haber ...
Artículo
para suscriptores
Para disfrutar de todos nuestros contenidos suscríbete hoy:
Plan mensual
3,70€/mes
- Asiste a eventos en exclusiva
- Recibe la Newsletter mensual ‘Cambio de foco’ con contenidos de actualidad
- Participa activamente en la elección de los contenidos de esglobal
- Accede a todos los contenidos semanales
- Accede al archivo de artículos desde 2007
- Descarga todos los artículos en PDF
Plan anual
37€/mes
- Asiste a eventos en exclusiva
- Recibe la Newsletter mensual ‘Cambio de foco’ con contenidos de actualidad
- Participa activamente en la elección de los contenidos de esglobal
- Accede a todos los contenidos semanales
- Accede al archivo de artículos desde 2007
- Descarga todos los artículos en PDF