
¿Cómo aprovechar el enorme potencial económico del conflictivo y aislado noreste indio? A nivel interno es necesario acabar con rémoras como la violencia tribal y las reiteradas disputas fronterizas interestatales. En el exterior, el objetivo es facilitar el acceso al Golfo de Bengala.
La violencia interétnica en el estado de Manipur, fronterizo con Myanmar, ha dejado más de 70 muertos, 35.000 civiles desplazados y al menos 50 iglesias incendiadas. Ha sido necesario el despliegue del Ejército. Todo empezó el pasado tres de mayo con las protestas de más de 50.000 kukis y miembros de otras comunidades tribales de mayoría cristiana. El motivo de su enfado: la demanda de la comunidad mayoritaria meitei hindú de que se les reconozca una condición especial. El pueblo meitei ha hecho campaña para ser reconocido como tribu registrada, las etnias de Manipur se oponen. Los cristianos consideran que dar más privilegios a los meitei es injusto.
Las autoridades llaman a la calma tras este “malentendido entre las comunidades”. Pero no valen eufemismos: tragedias como esta vienen repitiéndose. En India, algunos trabajos gubernamentales, admisiones universitarias y escaños electos desde los consejos de las aldeas hasta el Parlamento son reservadas para las comunidades bajo la categoría de tribu registrada, con el objeto de abordar la desigualdad estructural y la discriminación. Demasiadas veces el resultado es más odio e intolerancia.
El nacionalista Bharatiya Janata Party en el poder desde 2014 no ha dejado de recordar que, bajo su gobierno, la región del noreste (NER por sus siglas en inglés) ha recibido mucha atención y que es más pacífica que nunca. Los hechos de Manipur –uno de los ocho estados que conforman NER– desmienten la segunda afirmación.
La región sufre asimismo repetidas tensiones por sus fronteras interestatales que, a veces, semejan frentes internacionales. Con frecuencia estas fricciones se combinan con la violencia tribal.
Assam y Arunachal Pradesh, los dos mayores estados de NER, firmaron el pasado año la Declaración de Namsai, un acuerdo para disminuir el número de pueblos en disputa de 123 a 86. Y las recientes conversaciones entre los ministros principales, ambos del BJP, constituyen un paso más hacia la resolución de las disputas.
Mientras, siguen las tensiones entre Assam y los vecinos Meghalaya, Nagaland, Mizoram… Además del coste en vidas, las disputas fronterizas, con sus daños en explotaciones agrícolas y saqueo de recursos naturales, representan un obstáculo para garantizar un desarrollo equitativo y coherente.
El noreste lleva años de retraso con respecto al resto de la nación en términos de desarrollo. Resolver antiguos contenciosos es prioritario, sí, pero sin precipitación. Tener al mismo partido en casi todos los niveles del gobierno puede ser una oportunidad. Claro que una cosa es que los ejecutivos estatales firmen un acuerdo y otra muy distinta que la población local acepte el statu quo. Una mayor y constante comunicación explicando lo acordado y en qué les beneficia es básica. ...
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