- Tels des astres éteints (Como estrellas apagadas)
Léonora Miano 408 páginas, enero 2008
Ed. Plon, París (en francés)
Amok, Schrapnel y Amandla, los personajes de Léonora Miano, deambulan como estrellas apagadas por la periferia de París intentando saber quié- nes son, tratando de comprender la realidad. Tienen poco que ver entre sí, salvo que son negros y que no se sienten en casa en ninguna parte.
Amok vive de espaldas al mundo. Para él no hay grandes causas; “cada uno se las arregla como puede para sobrellevar el terror”, dice. Su abuelo fue un patriarca camerunés que se puso al servicio de Francia durante la colonización y fue condecorado con la Legión de Honor. Él, en cambio, no consigue aceptarse a sí mismo. Sabe que África no le necesita para nada y que Francia le ha olvidado. Para este Amok, atormentado como el del relato de Stefan Zweig, París no es una tierra de acogida sino el escenario de una retirada.
Su amigo de la infancia en Camerún y compañero de viaje de la diáspora, Schrapnel, es otra cosa. Es un ángel rebelde, “un gran negro de cabeza olmeca” que se mueve al compás del rhythm and blues y se siente el rey del ritmo. “Sus pasos de gigante resuenan sobre el asfalto de la Ciudad de la Luz…El mundo entero le pertenece”.No tiene dudas. Sabe que su pueblo ha sido la matriz de la civilización y que “la fuerza de los suyos, sus recursos materiales, intelectuales y espirituales han servido para erigir este país y contribuyen aún amantenerlo”. Schrapnel es un militante de la negritud, aunque siente debilidad por las mujeres blancas, rubias.
Amandla viene de la Guayana francesa y sólo está de paso en la banlieue. Sueña con ir a un África imaginaria, un mito alimentado por su madre desde la infancia. “Te bauticé como Amandla en contra de la opinión de todos… Amandla significa “poder” en una de las lenguas que nos quitaron…Es un grito de guerra, un canto a la libertad”, le decía Aligossi, su madre, que la fascinaba con sus relatos de los reyes negros de Kemet y las amazonas de Dahomey. Aligossi, una mujer abandonada, también enseña a su hija que deberá reinventar a su propio hombre, cuando lo encuentre. “Yo soñaba con faraones reencarnados, con príncipes nubios…”, le explica. “No hagas como yo: ellos no están preparados. Sé una Aset para tu Ausar…Eres tú quién deberá construirlo”. Frente a los erráticos Schrapnel y Amok, Amandla ha elegido ya el rumbo de su vida y está dispuesta a llevar su elección hasta el final.
La novela –que habla del desarraigo, la culpa y la necesidad de ser queridos– es muy recomendable para los partidarios del contrato de inmigración
Tels des astres éteints cuenta la relación entre estos tres jóvenes habitantes de un París invisible, una ciudad cuyo nombre no aparece ni una sola vez en la novela: “Ellos sabían que ese barrio era su única patria. No eran de un país ni de ...
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