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Además de disminuir el número de tropas en Irak, el presidente electo Barack Obama ha prometido aumentar radicalmente la presencia estadounidense en Afganistán en una estrategia similar al surge que ha resultado tan eficaz para reducir la violencia en Irak. Aunque no hay duda de que en los próximos meses habrá muchos debates sobre la prudencia de esta estrategia, la verdad es que el refuerzo en el país centroasiático, en cierto modo, ya ha comenzado. En la primera mitad de 2008, el Gobierno de Bush incrementó las tropas estadounidenses en Afganistán en más de 85.000 soldados, o casi el 85%, sobre todo en personal de las Fuerzas Aéreas y marines. Incluso los miembros más reacios de la OTAN se han comprometido a aportar unos cuantos miles de soldados.

Además, Estados Unidos ha emprendido una furia constructora, que incluye un plan de 100 millones de dólares (unos 72 millones de euros) para expandir el aeródromo de Kandahar y una prisión de 50 millones de dólares cerca de la base aérea de Bagram. Al solicitar al Congreso estadounidense fondos suplementarios para construir un centro de almacenamiento de municiones de 62 millones de dólares junto a esta ciudad, el Ejército dijo que la base “debe poder asegurar una presencia firme y a largo plazo del Estado, que sea capaz de aumentar con arreglo a las necesidades de la situación”.

Desde luego, las labores de contrainsurgencia no consisten sólo en botas y nuevas instalaciones. En Irak, los esfuerzos para tender la mano a los líderes tribales y los rebeldes nacionalistas y volverlos en contra de los elementos locales de Al Qaeda fueron cruciales. Los jefes militares estadounidenses no han llevado a cabo medidas de ese tipo en Afganistán, pero el presidente Hamid Karzai ha presionado precisamente para algo así, con la convocatoria de una jirga de dirigentes tribales en Kabul e incluso la oferta de diálogo al jefe talibán, el mulá Mohamed Omar. Por tanto, si Obama toma posesión con un plan para pacificar Afganistán mediante el envío de más tropas y el intento de llegar a los líderes locales, quizá descubra que ya tiene parte del camino andado.