El retorno del cristianismo en Europa
Los expertos más alarmistas profetizan que la Europa laica corre el peligro de verse aplastada por su población musulmana, que crece a toda velocidad. Sin embargo, pese a todo lo que se oye hablar del islam, el Viejo Continente sigue siendo una fortaleza cristiana más sólida de lo que se cree.
Occidente está inundado de temores a la islamización de Europa. Muchos
creen que la ascensión del esta religión podría convertir el continente
en Eurabia, un término popularizado por el historiador de Harvard,
Niall Ferguson, y otros expertos. “La joven sociedad musulmana del sur
y el este del Mediterráneo está en disposición de colonizar –no es un
término excesivo– una Europa en plena senectud”, predice Ferguson. Puede
que estas profecías tan siniestras vendan libros, pero ignoran la realidad.
Pese a todo lo que se oye hablar del islam, Europa es una fortaleza cristiana
más sólida de lo que se cree. Además, no da señales de ceder terreno ante
la fe musulmana ni ninguna otra religión.
La verdad es que esta tendencia desafía el sentido común. Europa es, desde hace mucho, un pantano lleno de paludismo para cualquier confesión tradicional y ortodoxa. En comparación con el resto del planeta, la observancia religiosa en el Viejo Continente es en realidad escasa. Y resulta fácil ver las pruebas de la decadencia. Cualquiera que haya viajado a allí ha visto las iglesias cristianas abandonadas y dedicadas a usos seglares, convertidas, muchas de ellas, en poco más que museos. Pero eso no significa que el cristianismo europeo esté al borde de la extinción. Más bien que, entre las ruinas de la fe, se está adaptando a un mundo en el que sus adeptos convencidos representan una minoría p...