La polarización y crispación política podría llevar al país a un escenario similar al de Venezuela.

 













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Una ciudadana a favor del líder del partido conservador ARENA protesta por las alegaciones de fraude electoral.

 

Cuando en los meses de febrero y marzo la población de El Salvador se acercó a las urnas para elegir nuevo presidente, lo hacía en un país sumido en una profunda crisis económica: un crecimiento del 1,6% anual (cuando el de la región alcanza el 4%), un déficit fiscal de más del 4,2% y una deuda del 55,3% del PIB en 2013, así como una deuda externa que se ha incrementado entre 2009 y 2013 en 3.714 millones de dólares (unos 2.700 millones de euros). Y no sólo eso, también en uno de los Estados más violentos del mundo junto con Honduras, que en estos momentos debate sobre el apoyo a la tregua de las maras iniciada en 2012. La crisis económica y las maras son los dos problemas a los que tendrá que enfrentarse el nuevo Gobierno que tomará posesión el próximo mes de junio.

Y el país votó. El resultado electoral ofreció la imagen de un país dividido. La mitad de El Salvador quería la continuidad del gobierno del Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional (FMLN), la otra mitad quería la vuelta a los gobiernos de Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) que dirigieron el Estado de manera continua desde 1992. Efectivamente, apenas 6.634 votos concedieron la victoria al candidato del Frente, Salvador Sánchez Cerén, el actual vicepresidente y Ministro de Educación y ex guerrillero. Sin embargo, a priori nadie parecía augurar un resultado tan ajustado. La cómoda ventaja por 10 puntos del Frente en la primera vuelta, junto con las previsiones de las encuestas electorales que elevaban a 14 esta distancia, no hacía presagiar que se tardarían todavía cuatro días más desde el cierre de las urnas en conocer al vencedor. La polémica estaba servida. ARENA, en un primer momento, comenzó a realizar acusaciones de fraude y a movilizar a sus partidarios en las calles. Sin embargo, parece que la situación se ha calmado en el transcurso de los días. Pero ¿cuáles son las razones que explican este ajustado resultado electoral?

Una de las claves fue la  movilización de ARENA a pesar de su importante crisis interna. A comienzos del proceso electoral este partido se encontraba sumido en una importante fractura interna, en pleno proceso de renovación de sus elites y, por tanto, acudía muy debilitado a la contienda electoral. Esto, junto con el convencimiento de que el FMLN ganaría en la primera vuelta por mayoría, desmovilizó a parte de su electorado. En la segunda vuelta todo cambió. Tanto el partido, como sus partidarios y sus fuentes de financiación de la clase empresarial, salieron a ganar en esta segunda ronda. Así, consiguieron remontar 439.918 votos frente a los 178.376 que sumó ...