Tío Sam les quiere, también.
Tío Sam les quiere, también.

El primer ministro británico, Tony Blair, ha situado a África
en la primera línea de la lucha contra la pobreza. Pero los islamistas
radicales intentan convertirla en el último frente de la guerra contra
Occidente. Uno de cada cuatro terroristas suicidas de Irak es africano y la
ONU ha informado de que Al Qaeda ha establecido bases en Nigeria. Los ataques
son cada vez más frecuentes en la región. En junio, un miembro
de la red de Bin Laden mató a 15 personas en Mauritania. El Mando Europeo
del Éjército de EE UU afirma que este continente tiene una “creciente
importancia estratégica” en la guerra contra el terror.

Preocupado porque los países de la zona en crisis se conviertan en
el próximo Afganistán, Estados Unidos está fortaleciendo
su presencia allí. En junio, su Ejército anunció la realización
de las maniobras Flintlock, su mayor despliegue militar en África desde
la Segunda Guerra Mundial. Esta misión de entrenamiento involucra a
nueve países africanos y tiene previsto gastar un total de 100 millones
de dólares (unos 82 milllones de euros) anuales durante cinco años
para evitar que la región se convierta en un refugio de terroristas.

Hay quienes dudan de la idoneidad de estas maniobras en un área tan
inestable. Jennifer Cooke, experta en África del Centro de Estudios
Estratégicos e Internacionales de Washington (CSIS), cree que es “más
probable que una abrumadora presencia militar de Washington provoque desconfianza”.
Los autores del atentado de Mauritania calificaron su acción como “un
golpe contra el plan Flintlock puesto en marcha por el enemigo de Dios: EE
UU y sus agentes en la región”.

Tío Sam les quiere, también.
Tío Sam les quiere, también.

El primer ministro británico, Tony Blair, ha situado a África
en la primera línea de la lucha contra la pobreza. Pero los islamistas
radicales intentan convertirla en el último frente de la guerra contra
Occidente. Uno de cada cuatro terroristas suicidas de Irak es africano y la
ONU ha informado de que Al Qaeda ha establecido bases en Nigeria. Los ataques
son cada vez más frecuentes en la región. En junio, un miembro
de la red de Bin Laden mató a 15 personas en Mauritania. El Mando Europeo
del Éjército de EE UU afirma que este continente tiene una “creciente
importancia estratégica” en la guerra contra el terror.

Preocupado porque los países de la zona en crisis se conviertan en
el próximo Afganistán, Estados Unidos está fortaleciendo
su presencia allí. En junio, su Ejército anunció la realización
de las maniobras Flintlock, su mayor despliegue militar en África desde
la Segunda Guerra Mundial. Esta misión de entrenamiento involucra a
nueve países africanos y tiene previsto gastar un total de 100 millones
de dólares (unos 82 milllones de euros) anuales durante cinco años
para evitar que la región se convierta en un refugio de terroristas.

Hay quienes dudan de la idoneidad de estas maniobras en un área tan
inestable. Jennifer Cooke, experta en África del Centro de Estudios
Estratégicos e Internacionales de Washington (CSIS), cree que es “más
probable que una abrumadora presencia militar de Washington provoque desconfianza”.
Los autores del atentado de Mauritania calificaron su acción como “un
golpe contra el plan Flintlock puesto en marcha por el enemigo de Dios: EE
UU y sus agentes en la región”.