
Una radiografía el uso de los pronombres en el lenguaje y los retos que entrañan en EEUU y el resto del mundo.
La primera vez que oí el término “no binarie” fue durante la serie Billions. En la segunda temporada se incorporó Asia Kate Dillon en el papel de Taylor Mason, une brillante analiste financiere que, al conocer al presidente del fondo, Bobby Axelrod —interpretado por Damian Lewis—, dice: “Hola, soy Taylor. Mi pronombre es they, theirs and them" [una correspondencia aproximada al término They en español podría ser elle aunque con matices distintos. En el artículo se ha traducido como elle]. Dillon, que se identifica como no binarie, aporta autenticidad, además de su inmenso talento interpretativo, al primer papel con estas características de la televisión estadounidense.
En su vida personal, Dillon aprovecha todas las oportunidades de conversar en profundidad con las personas que le atribuyen un género binario. Aunque al nacer le “asignaron” el sexo femenino, no se identifica como mujer. Tampoco se identifica como hombre. Esto forma parte del espectro de expresión del género, en plena expansión, que unos aceptan y otros rechazan.
Para muchos conservadores y para el gobierno que presidió Trump, solo existen dos géneros, basados en el sexo asignado al nacer: masculino y femenino. Los expertos y numerosos progresistas reconocen que hay todo un espectro de géneros, que pueden ser muy diferentes del sexo que figura en nuestro certificado de nacimiento.
Una búsqueda en Google muestra artículos que detallan nada menos que 83 opciones de género y un artículo de ABC News en Facebook enumera 58. Yo he comprobado y no he encontrado más que 10. Pero, para poder entrar en ellos y en la opción de seleccionar el pronombre preferido, antes hay que poner la opción de género en el perfil, que permite escoger entre masculino, femenino y personalizado. Si se opta por el personalizado, hay 10 opciones; una vez elegida una de ellas, se pueden escoger los pronombres que se prefieren. A medida que cada vez haya más personas cisgénero que opten por pronombres neutrales, Facebook recibirá presiones para modificarlo.
¿Resulta abrumador? Sin duda. El género está integrado en la sociedad: las parejas embarazadas celebran fiestas para revelar el sexo de lo que esperan y perforan las orejas y ponen lazos a la bebé calva para que parezca más femenina. Mi madre hizo todo lo contrario: hasta que tuve ocho o nueve años, me cortaba el pelo —rizadísimo— en un corte “a lo chico”, no por ningún deseo de educarme con neutralidad de género, sino porque le parecía mono y moderno. Yo lo odiaba porque pensaba que me hacía parecer un varón.
En cambio, tenía una amiga, vecina de la misma calle, que llevaba el pelo corto e insistía en que era chico. A pesar de que teníamos diferentes ideas sobre la expresión de género, nos llevábamos estupendamente ...
Artículo
para suscriptores
Para disfrutar de todos nuestros contenidos suscríbete hoy:
Plan mensual
3,70€/mes
- Asiste a eventos en exclusiva
- Recibe la Newsletter mensual ‘Cambio de foco’ con contenidos de actualidad
- Participa activamente en la elección de los contenidos de esglobal
- Accede a todos los contenidos semanales
- Accede al archivo de artículos desde 2007
- Descarga todos los artículos en PDF
Plan anual
37€/mes
- Asiste a eventos en exclusiva
- Recibe la Newsletter mensual ‘Cambio de foco’ con contenidos de actualidad
- Participa activamente en la elección de los contenidos de esglobal
- Accede a todos los contenidos semanales
- Accede al archivo de artículos desde 2007
- Descarga todos los artículos en PDF