En el nuevo año electoral 2022 tendrán lugar dos elecciones clave para el futuro político y el equilibrio de la UE: Francia y Hungría acuden a las urnas con retos y entramados políticos marcados por la complejidad. También Estados Unidos tendrá algo que decir con las elecciones al Congreso y Senado, en un momento de baja popularidad del presidente Biden. América latina cuenta con dos comicios cruciales en Colombia y Brasil, este último con un presidente Bolsonaro cambiando de formación política, una vez más, y con la posible vuelta de Lula. Por su parte, Corea del Sur, Filipinas, Kenia, Serbia y Bosnia y Herzegovina tienen una cita electoral, cuyos resultados podrían tener repercusiones nacionales y regionales.

 

Corea del Sur

Candidatos a las elecciones presidenciales del Partido Demócrata eligen a su líder para las elecciones de marzo de 2022. (Kim Hong via Getty Images)

Tipo: presidenciales

Fecha: marzo

La campaña electoral para las presidenciales del próximo marzo estará centrada en las dudas sobre la honorabilidad política de los dos principales candidatos. El presidente saliente, Moon Jae-in, cumple sus cinco años de mandato sin opción de poder aspirar a un segundo período. Cuando llegó al poder en 2017-tras la rocambolesca destitución de su predecesora- prometió luchar contra la corrupción, pero su mandato ha estado plagado de escándalos de estas características que han hecho que su popularidad haya ido decayendo progresivamente. Su formación política, el Partido Demócrata de Corea, presentará a Lee Jae-myung,  exgobernador de la provincia de Gyeonggi, y al que se le relaciona con un caso de corrupción inmobiliaria en esa provincia mientras estaba en el cargo. Una acusación hecha  pública en una coyuntura de alza de precios de las casas que ha complicando las finanzas de muchas familias coreanas a pesar de las tibias medidas tomadas por Moon durante este último lustro.

La precampaña electoral se está basando, sobre todo, en las acusaciones cruzadas entre ambos candidatos. A mediados de diciembre, la prensa publicó que el hijo mayor de Lee había pagado por sexo. Los votantes están viendo cómo se suceden los escándalos de los dos aspirantes y esto estaría condicionando, según algunos analistas, que la intención de voto aún no sea clara para un alto porcentaje de votantes. En especial, porque todos estos casos se suceden al tiempo que la gestión de la pandemia, como en otros países, está causando damnificados económicos y aumentando el descontento social. Por su parte, el otro candidato -del partido conservador- con opciones de victoria, Yoon Suk-yeol, ha tenido que pedir disculpas tras hacerse público que su mujer mintió en su currículum durante años para optar a plazas de docente universitaria. Yoon fue nombrado fiscal general en 2019, y ha protagonizado tensiones con el gobierno del presidente saliente por sus investigaciones sobre casos de corrupción. La más importante tuvo como protagonista al ministro de Justicia, que finalmente dimitió. Los dos han apoyado el actual despliegue del escudo antimisiles estadounidenses en el país (conocido como THAAD), aunque Moon Jae-in ha sido criticado por su cambio de opinión al respecto. También apuestan por una política de “pragmatismo” en las relaciones exteriores con Estados Unidos, Corea del Norte y China. Yoon ha mencionado que buscará el acercamiento y la implicación diplomática de Japón en los problemas regionales –el candidato Lee Jae-myung ha propuesto también una reunión de alto nivel entre ambos países-. Las relaciones entre Corea del Sur y Japón han sido tensas estos últimos años, escenificándose esa tensión en los procesos judiciales celebrados en Corea, en los que las sentencias reclamaban reparaciones de guerra a Japón por sus crímenes durante la ocupación. En especial a las coreanas usadas como esclavas sexuales.

 

Líbano

Tipo: parlamentarias

Fecha: marzo

El consejo de ministros libanés lleva sin reunirse desde octubre. Los partidos Hezbolá y Amal, chiíes, se niegan a que los consejos se celebren hasta que se incluya en la agenda la destitución del juez que investiga la gran explosión que tuvo lugar en el puerto de Beirut en agosto de 2020. Le acusan de estar actuando partisanamente en su instrucción, llamando a declarar a políticos y altos cargos chiíes. Aunque existen también discrepancias sobre las investigaciones dentro de sus filas. La presión de Hezbolá para interferir en el proceso judicial ha tensado la alianza con el Movimiento Patriótico Libre, del actual presidente maronita Michel Aoun, que amenaza con romper el acuerdo que ha unido a ambos movimientos durante los últimos años. Los viejos bloques políticos sectarios –que aún deben elegir a sus candidatos- son uno de los principales problemas del país. Las grandes protestas populares que tuvieron lugar en 2019 exigían, entre otras cosas, el fin de esas líneas de fractura que permean casi todos los aspectos de la vida libanesa. Una clase política que ha sido puesta en evidencia, una vez más, por las revelaciones de los papeles de Pandora. En estas elecciones, los expatriados libaneses –una gran diáspora– votarán finalmente para elegir a todos los parlamentarios y no sólo algunos escaños, como habían propuesto los maronitas.

Además, el país vive desde 2019 una crisis económica sin precedentes desde la guerra civil. La moneda nacional, la libra libanesa, ha perdido más de un 90% de su valor, provocando que la mayoría de la población apenas pueda permitirse bienes de consumo básico, como carne o medicinas. Los suministros de luz y agua son irregulares y afectan, incluso, a hospitales. En paralelo, el Líbano se ha quedado sin ayuda de los Estados del Golfo. Arabia Saudí ha impuesto bloqueos a los productos libaneses y varios países han llegado a retirar a sus embajadores por críticas de miembros del gobierno libanés a la intervención en Yemen liderada por Riad (guerra en la que también está implicado Irán, el principal apoyo de los partidos libaneses chiíes). La esperanza para su economía pasa ahora por el éxito de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional, que a cambio ha pedido una auditoría del Banco Central que se ha ido retrasando y que podría producirse en enero.

 

Colombia

Colombianos protestan contra gobierno de Duque y abuso policial en Bogotá. (Diego Cuevas/Getty Images)

Tipo: legislativas y presidenciales

Fecha: marzo y mayo, respectivamente

El candidato con mejores opciones para lograr una victoria en las presidenciales es el izquierdista Gustavo Petro, guerrillero en su juventud y exalcalde de Bogotá que estuvo cerca de vencer al actual presidente Iván Duque en las pasadas elecciones. Petro encabeza la coalición Pacto Histórico, y tendrá que competir, sobre todo, con otras dos coaliciones: la centrista Centro Esperanza y la de derechas uribista Centro Democrático. Las elecciones tendrán lugar menos de un año después de las protestas masivas que paralizaron el país y terminaron con decenas de muertes, la gran mayoría causadas por las fuerzas del orden.

Como ya destacaba hace unas semanas el profesor e investigador Jerónimo Ríos en esglobal, el principal desafío electoral de Petro será lograr transmitir una imagen más moderada que atraiga los votos de centro izquierda. La intención de voto a su favor hasta la fecha no sería garantía suficiente para lograr la presidencia, sobre todo teniendo en cuenta que la principal coalición de centro aún no ha definido a su candidato. Es la estrategia que está tratando de seguir, aunque no exenta de polémica como cuando se aseguró el apoyo de un pastor evangelista contrario al aborto y a los matrimonios homosexuales.

Por lo que respecta al espectro centrista, la Colación Centro Esperanza buscará el apoyo de aquellos votantes, según algunos analistas, que no quieren votar más por el uribismo –que ya ha elegido a su candidato, el exministro de Hacienda Óscar Iván Zuluoaga- pero tampoco confían en la propuesta de izquierdas de Petro. A falta de una elección del cabeza de lista, los candidatos mejor posicionados son el exministro de Salud Alejandro Gaviria y Sergio Fajardo, exgobernador de Antioquía y exalcalde de Medellín. A comienzos de diciembre se presentaron cargos contra Fajardo ante la Corte Suprema por haber avalado un préstamo durante su mandato como gobernador, una acusación que podría comprometer sus opciones.

 

Francia

Tipo: presidenciales y legislativas

Protestas contra el proyecto de ley de seguridad del gobierno de Macron en Francia. (Kiran Ridley/Getty Images)

Fecha: abril y junio, respectivamente

Hay políticos que tienen suerte. Macron es uno de ellos. La pandemia frenó las persistentes protestas del heterogéneo movimiento de los chalecos amarillos (el pasado otoño se cumplieron tres años de su inicio). A pocos meses de las presidenciales en las que aspira a revalidar su cargo, la fulgurante irrupción en las encuestas de Éric Zemmour ha dividido la intención de voto ultraderechista, restando muchas posibilidades a Marine Le Pen de disputar una segunda vuelta. Las encuestas otorgan una intención de voto combinada a los dos principales partidos de la ultraderecha superior a la que logra Macron. El actual presidente francés deberá gestionar en campaña la presidencia rotatoria de la UE que comenzó el pasado 1 de enero, con una parte del electorado ultraderechista cuestionando profundamente la relación de Francia y la Unión.

Por lo que respecta al partido de centroderecha, Los Republicanos, terminaron eligiendo en sus primarias a comienzos de diciembre a la gaullista Valérie Pécresse (consejera de Chirac y ministra en el gobierno Fillon). Pécresse derrotó, entre otros, a Michel Barnier y al controvertido Éric Ciotti, que defendía algunas posiciones políticas más propias de la extrema derecha. Pécresse podría convertirse en la principal amenaza para Macron si logra consolidar el impulso que le ha dado la holgada victoria en las primarias de su partido y capitaliza el amplio descontento contra Macron. Manteniendo al mismo tiempo una mínima cohesión dentro de su partido, una amalgama de gaullistas, liberales y derechistas que, como Ciotti, coquetean con la ultraderecha. Por su parte Macron, que de momento mantiene una alta tasa de intención de voto entre los que optaron por Fillon en la primera vuelta de 2017, deberá continuar haciendo equilibrios para conservarlos sin perder el favor de los votantes de centroizquierda que también le dieron su confianza. En la izquierda, las esperanzas son a día de hoy escasas. Ni la candidatura de Anne Hidalgo, ni la del ecologista Yannick Jadot o la de Jean-Luc Mélenchon logran una alta intención de voto. Hidalgo pidió a comienzos de diciembre una candidatura de unidad que aumentase las posibilidades de la izquierda, pero la idea fue rechazada tanto por Jadot como por Mélenchon.

 

Hungría

Tipo: parlamentarias

Fecha: mayo

El joven político Péter Márki-Zay encabezará la lista electoral de una coalición de seis partidos, el Mindenki Magyarországa Mozgalom (Movimiento Todos por Hungría), que arropa desde Jobbik -partido de extrema derecha que en los últimos años ha virado hacia posiciones de centroderecha nacionalista- hasta los verdes. El objetivo es disputar las elecciones a Viktor Orbán y a su partido Fidesz que, según la oposición, busca construir un Estado unipartidista.

Seguidor de Fidesz desde comienzos de siglo como Péter Márki-Zay, comenzaron a alejarse de la formación cuando las posiciones de Orbán se radicalizaron. Afirma que, si gana, tratará de luchar contra la corrupción, y no arremeterá contra colectivos como la minoría LGTBI -una restrictiva y reciente legislación sobre minorías sexuales podría someterse a un futuro referéndum– o los gitanos. Además, es partidario de adoptar el euro y de una vuelta de Hungría a los principios de la Unión Europea. Está prometiendo una reforma constitucional que revierta muchos de los cambios realizados por Fidesz, aunque para ello necesitaría una mayoría de dos tercios. Algunas encuestas de diciembre otorgan ya una ligera ventaja electoral al Movimiento. En absoluto, es definitiva. Las apuestas políticas de Orbán -en el poder desde 2010- para su campaña parecen, a día de hoy, las mismas que lleva realizando en los últimos años: presentarse como el guardián de los “valores húngaros”, que excluyen especialmente a personas LGTBI e inmigrantes; al tiempo que tensa las relaciones con Bruselas hasta los límites de iniciar un proceso político en base al artículo 7 del Tratado de la UE. Promete ser una campaña competida, teniendo en cuenta, además, que en las últimas elecciones municipales de 2019, Fidesz vio como perdía el control de la capital, Budapest.

 

Serbia y Bosnia y Herzegovina

Tipo: generales

Fecha: abril y octubre, respectivamente

Hasta 2021, el presidente serbio Aleksandar Vučić y su partido, el Partido Progresista Serbio, parecían contar con un horizonte electoral despejado, en buena medida por el control mediático que ejercen: habían logrado la presidencia en 2017 con una amplia mayoría y en las elecciones parlamentarias de 2020 habían revalidado el favor de los electores. Pero estos últimos meses han sido intensos y han complicado sus perspectivas electorales. Un gran proyecto minero de litio –a cargo de Rio Tinto- ha provocado que muchos serbios saliesen a la calle a protestar contra las reformas legales patrocinadas por el gobierno: una que facilita la expropiación de terrenos y otra que modifica el procedimiento para la realización de referéndums. Vučić ha paralizado la firma de esas leyes –y Rio Tinto le ha echado una mano comunicando su intención de detener temporalmente el proyecto-, aunque estas podrían aprobarse finalmente tras las elecciones presidenciales y las parlamentarias (adelantadas) de abril. Por su parte, la oposición ha venido denunciando la falta de equidad de las elecciones debido al poder mediático que respalda a Vučić, y que incluye miles de cuentas en redes sociales listas para iniciar campañas de acoso. Los líderes de tres partidos opositores –el Partido Democrático, el Partido Popular y el Partido para la Justicia y la Libertad- acordaron a finales de noviembre concurrir en coalición para ofrecer una alternativa al largo control institucional del Partido Progresista del actual presidente. En los próximos meses, deberán elegir a sus principales candidatos. Ese enrarecido ambiente mediático en Serbia, criticado en el caso de Hungría, no está siendo un obstáculo para que continúen las negociaciones con Bruselas para su futura entrada en la Unión Europea. Siempre y cuando cambie su postura sobre un futuro reconocimiento de Kosovo.

El reconocimiento de Kosovo no es el único asunto importante para la estabilidad regional en el que Belgrado tendrá algo que decir. Los últimos meses también han sido inestables en Bosnia, el país vecino que celebrará elecciones en octubre. El pasado julio, el Alto Representante Internacional para el seguimiento de los Acuerdos de Dayton, aprobó una reforma del código penal para criminalizar el negacionismo del genocidio, una práctica habitual tanto en medios serbios como entre los líderes serbobosnios de la República Srpska. El cambio ha abierto una crisis en la que está tratando de mediar la UE. El líder de los serbobosnios, Milorad Dodik, ha amenazado con retirarse de las principales instituciones del país, incluido el Ejército y Hacienda. Una decisión que ha sido respaldada por la Asamblea serbobosnia. El delicado equilibrio tripartito que gobierna Bosnia y Herzegovina –con bosnios, serbobosnios y bosniocroatas- comenzó a desequilibrarse con la elección de Dodik en 2018. El apoyo de Serbia a la República Srpska podría cambiar en los próximos meses, según algunas informaciones, y Vučić podría estar dispuesto a apoyar la sustitución de Dodik por otro político menos radical. La posición oficial de Vučić –además de oponerse a las sanciones contra los líderes de Srpska- es que sólo apoyará las medidas que respeten la Constitución Bosnia. Un año electoral para ambos países, en definitiva, lleno de incógnitas, cuya resolución dependerá también en buena medida de la participación de la Unión Europea, Estados Unidos y Rusia (de quien Serbia y Bosnia dependen para su aprovisionamiento de gas y que ha visto como Montenegro y Macedonia del Norte se incorporaban a la OTAN en 2017 y 2020, respectivamente).

 

Filipinas

Una multitud espera la llegada del ícono del boxeo Manny Pacquiao durante una caravana que hace campaña por su candidatura a la presidencia en Quezon City, Metro Manila, Filipinas. (George Calvelo/NurPhoto via Getty Images)

Tipo: generales

Fecha: mayo

Finalmente, Rodrigo Duterte no se presentará al Senado, tal y como había anunciado. El actual presidente, que conserva una destacable popularidad, cumplirá los seis años de mandato y no aspirará a ningún cargo electo. Se había especulado que su candidatura al Senado era una estrategia para conservar protección política una vez que abandonase la presidencia. El polémico político, investigado por la Corte Internacional por las supuestas vulneraciones de derechos humanos durante su violenta “Guerra contra las drogas”, también se ha creado numerosos enemigos políticos durante su mandato.

Según las últimas encuestas, el candidato con más opciones para suceder a Duterte es Ferdinand “BongBong” Marcos, hijo del dictador Ferdinand Marcos. El aumento en la intención de voto que ha registrado en las últimas semanas se ha debido, según algunos analistas, al arrastre de votos que le ha aportado Sara Duterte, hija del presidente. Tras unos meses en los que se especuló con su candidatura a presidenta, esta decidió inscribirse finalmente para ser elegida como vicepresidenta (en Filipinas se elige separadamente la presidencia y la vicepresidencia), dando su apoyo a Marcos. Las familias Duterte y Marcos han sido enemigos políticos en las últimas décadas: la madre del primero fue una de las líderes del movimiento que puso fin a la dictadura del segundo. “BongBong” Marcos tendrá que esperar a enero para saber si se excluye o no su candidatura por una vieja condena por evasión fiscal.

Entre los candidatos con opciones de disputar la victoria, se encuentra la vicepresidenta Leni Robredo, que ha criticado alguna de las decisiones de Duterte, como su línea dura en su “Guerra contra las drogas”. Cuentan con menos opciones, de momento, otras personalidades como el actual alcalde de Manila, Isko Moreno, y el héroe nacional, Manny Pacquiao, uno de los mejores boxeadores de la historia y Senador (y aliado de Duterte) desde 2016. Pacquiao fue expulsado del partido gobernante el pasado verano, en parte por sus aspiraciones presidenciales, y en parte por las críticas hacia la actual administración por su postura demasiado conciliadora respecto a China. País que no ha respetado la decisión de la Corte Permanente de Arbitraje de la Haya sobre el control del mar fronterizo entre ambos territorios. Marcos se mostró de acuerdo con Duterte hace unos meses en que Filipinas no se podía permitir “ir a la guerra” con China, a pesar de tener razón sobre la agresión de Pekín a su soberanía. Por su parte, Robredo ha afirmado que las conversaciones con el gobierno chino estarán limitadas bajo su administración a reforzar intereses comunes, y no serán de más amplio espectro, a menos que esta reconozca la soberanía de Filipinas.

 

Kenia

Tipo: generales

Fecha: 9 agosto

El actual presidente Uhuru Kenyatta finaliza su segundo y último mandato. Los principales candidatos para sucederle son el actual vicepresidente William Ruto y el líder de la oposición Raila Odinga. La esperanza para estas elecciones es que no haya episodios de violencia como han venido produciéndose desde las elecciones de 2007. Las tensiones en la candidatura oficialista han sido evidentes en estos últimos años. La complicada coalición de Kenyatta (perteneciente a la comunidad kikuyu) y Ruto (kalenjin) se puso de manifiesto una vez más tras la intención de Kenyatta de someter a referéndum la iniciativa legislativa Construyendo Puentes, que pretendía cambiar la Constitución para favorecer un acceso al poder más plural de todas las comunidades étnicas. Tras recibir el apoyo del líder de la oposición, la propuesta fue rechazada por la Corte Suprema en mayo de 2021. Kenyatta afirmó hace unas semanas que el próximo presidente no será “ni kikuyu ni kalenjin”, un apoyo indirecto a Odinga (de la etnia luo y que ya ha recibido aprobación expresa desde varias organizaciones kikuyus), y también una afrenta a las aspiraciones de su aliado Ruto.

En las próximas semanas, se debatirá en Congreso y Senado una reforma de la ley de partidos que Ruto y sus aliados consideran inconstitucional. Han amenazado ya con llevarla a los tribunales. De aprobarse la ley –que introduce, entre otras cuestiones, financiación pública de coaliciones políticas-, en los próximos meses los viejos aliados Kenyatta y Odinga podrían anunciar una coalición que arrope a varios partidos regionales y aumente las opciones de victoria de Odinga. A nivel el económico, la pandemia no ha supuesto para el país, hasta la fecha, un gran colapso, aunque la situación económica ya era mala, y se encuentra recibiendo ayudas del FMI, cuyo último desembolso –de unos 250 millones de dólares- tuvo lugar el pasado diciembre. El ministro de Sanidad acaba de declarar que no impondrán confinamientos para hacer frente a la variante omicron, a pesar del alto incremento en el número de positivos.

 

Brasil

Tipo: generales

Un manifestante sostiene diademas que dicen ‘Lula 2022’ y ‘Bolsonaro fuera’ durante una protesta contra la administración de Bolsonaro. (Rodrigo Paiva/Getty Images)

Fecha: octubre

A falta de confirmar su candidatura, el expresidente Lula da Silva es el claro favorito en las encuestas sobre intención de voto para ganar las elecciones, doblando el porcentaje que recibiría Jair Bolsonaro. El actual presidente se ha tenido que afiliar a un partido por exigencia legal para poder concurrir, y lo ha hecho al Partido Liberal que formó parte de gobiernos previos de Lula: es el noveno partido político en el que milita el ultraconservador Bolsonaro durante su carrera política. Su gestión negacionista de la pandemia ha reducido drásticamente su popularidad y ha generado un amplio malestar en la población, que ha visto como la desigualdad ha aumentado y las condiciones de vida son cada día más difíciles debido, en parte, como ha ocurrido en varios países de la región, a la inflación acumulada de más del 10%, con incrementos también en la inflación subyacente que afecta a productos básicos. La economía brasileña ha entrado en recesión, con un descenso importante en la producción agrícola, uno de los motores económicos, debido a una sequía generalizada.

El proceso electoral, sin embargo, no se limitará al (posible) enfrentamiento entre Lula y Bolsonaro (quien lleva dos años entrando y saliendo de los hospitales). El exjuez y exministro de Bolsonaro, Sergio Moro -quien envió a Lula a prisión- ha ido subiendo hasta el tercer puesto en las encuestas, y trata de posicionarse en un espectro político de centro que podría resultar interesante para los votantes desencantados del ultraderechista Bolsonaro y para aquellos opuestos al Partido de los Trabajadores, que no quieren votar al actual presidente. Destacando entre el resto de candidatos, y en cuarto lugar, se situaría Joao Doria, actual gobernador de São Paulo, quien también podría restar algunos votos conservadores a Bolsonaro. Otro de los aspirantes, el exministro de Lula, Ciro Gomes, que quedó tercero en las elecciones de 2018, sufrió un registro domiciliario a mediados de diciembre en el marco de una investigación de corrupción.

 

Estados Unidos

Tipo: elección del Congreso, de un tercio del Senado y de varios gobernadores

Fecha: noviembre

A falta de poco menos de un año para las elecciones, y en un contexto de baja popularidad del presidente Biden, el escenario electoral por lo que respecta a las dos cámaras estadounidenses ofrece –según muchos analistas- una victoria de los Republicanos en las elecciones al Congreso y una dura disputa para lograr una mayoría en el Senado, ahora igualado en escaños. Sin embargo, como ha demostrado el affaire Manchin –senador demócrata que ha declarado su intención de votar contra la gran propuesta de reconstrucción económica y social de la Administración Biden-, la volatilidad en el voto final de congresistas y senadores es considerable. En especial, en el Senado, donde un solo senador demócrata puede bloquear de facto una propuesta. La aritmética que arrojen finalmente las urnas será contingente.

En las elecciones tendrá importancia también la reconfiguración de los distritos electorales, ahora controlada por comisiones supuestamente independientes, pero que, según algunos analistas, sigue siendo un gerrymandering maquillado, y que en esta ocasión podría beneficiar a los republicanos. En el lado republicano, será interesante ver qué poder de influencia mantiene Donald Trump. Según una encuesta reciente de Pew Research, una mayoría de votantes republicanos quieren seguir viéndolo como alguien influyente en el partido, con un alto porcentaje que aspiran a que presente de nuevo su candidatura presidencial. La carrera electoral para la renovación de los Gobernadores en la mayoría de estados ha comenzado ya con varios gobernadores republicanos y una demócrata (de Kansas) firmando leyes que ofrecen beneficios a aquellos trabajadores despedidos por no querer vacunarse. En enero, se votará también en el Senado una propuesta de ley que pretende unificar las reglas electorales en los cincuenta estados para facilitar el voto durante las elecciones, especialmente en las comunidades más pobres. Biden ha apostado parte de su menguante capital político a su aprobación.