Nombre: Marina Pérez Pérez
Emancipación, emprendimiento, derechos… sin olvidar a los más vulnerables

Aunque es casi imposible resumir lo que considero que deben ser las prioridades de la Unión Europea respecto a los jóvenes, acerco aquí mi perspectiva (que no deja de estar condicionada por mis propias circunstancias y que probablemente será muy distinta a la de muchos otros jóvenes de mi edad) sobre los puntos clave que la UE debe tener como prioritarios:

La dificultad para alcanzar la independencia económica y emancipación, que deriva en muchos casos del problema habitacional en las grandes ciudades. Hoy en día los altos precios de la vivienda (particularmente en grandes urbes), suministros, cesta de la compra y la inflación son incompatibles con los sueldos que nos ofrecen las empresas (generalmente trabajos temporales, de prácticas y con una retribución a veces irrisoria e incluso nula). El porcentaje de ingresos dedicados al pago de una hipoteca o alquiler hace imposible que podamos sostenernos económicamente por nosotros solos y que tampoco nos planteemos formar una familia (con las consecuencias demográficas que esto acarrea). En consecuencia, la edad de emancipación y de tener hijos se retrasa cada vez más y es algo que requiere soluciones a corto y largo plazo.Lo complicado que es emprender. En línea con lo anterior, resulta prácticamente imposible para la juventud europea (particularmente la española) decidirse por el emprendimiento. El talento joven no encuentra la oportunidad ni el respaldo económico para empujar sus proyectos. La UE debería preocuparse del porqué y del qué puede hacer para incentivar la actividad autónoma y el emprendimiento de los jóvenes.

La conservación del planeta y los recursos naturales. La crisis energética se ha puesto de manifiesto con la guerra de Ucrania, pero ya existía con anterioridad. Es prioritario investigar y encontrar nuevas formas de energía, de fomentar la generación y almacenaje de fuentes alternativas y limpias (eólica, solar, eléctrica), crear infraestructuras eficientes e incluso abrir un debate serio acerca del uso de la energía nuclear sobre todo en vistas del duro invierno que nos espera, no solo en lo relativo a la carestía de gas, sino al elevado precio de los suministros básicos como la electricidad o el agua.

La implantación de educación afectivo-sexual y de género. Merece la pena que la UE siga insistiendo en aplicar la perspectiva de género a todas las políticas públicas y apostar por una educación afectivo-sexual transversal en la formación académica y vital de la persona, que vaya acompañada de educación emocional y psicológica.

La protección de derechos de las minorías y los grupos sociales tradicionalmente en riesgo de exclusión social. Sobre todo en aquellos países en los que se están observando retrocesos en materia de valores democráticos y derechos sociales de aquellos grupos más vulnerables.

Prioridad institucional a la salud mental y apoyo psicológico a los más vulnerables. La huella que ha dejado la pandemia y el confinamiento no es inocua en los niños y jóvenes, se manifiesta en una constante preocupación e incertidumbre por el futuro, la proliferación de TCAS, suicidios, acoso en las aulas y en las redes sociales, así como en el incremento del tiempo delante de las pantallas para calmar otras carencias. Los jóvenes necesitamos adquirir herramientas para gestionar las consecuencias y necesitamos erradicar las causas que lo provocan.