Renunciar a un buen encargo es siempre difícil para el arquitecto, cuyo sueño suele ser cambiar el mundo concibiendo nuevas ciudades y construyendo magníficos edificios que perduren en el tiempo. Algunos países que no respetan las más elementales normas de convivencia ofrecen oportunidades extraordinarias, y el arquitecto español también quiere participar en esta fiesta, junto al resto de las grandes estrellas internacionales.

Museo del futuro: Museo Xixi, en China, del estudio Cerveza & Pioz

La arquitectura española está, además, de moda, sobre todo desde que la reciente exposición en el MOMA de Nueva York la consagrara como una de las más creativas e innovadoras del mundo, por lo que algunos de los que se incluyeron en el florilegio neoyorquino y otros que no tuvieron esa suerte han recibido encargos a los que no pueden acceder en nuestro entorno. Por otro lado, las autoridades españolas no escatiman esfuerzos para promocionar a sus pujantes creadores en el exterior, sobre todo en China, como lo prueba la celebración de la exposición Nosotras, las ciudades, que el pasado mes de noviembre se pudo ver en el centro de Planificación Urbanística de Shanghai, dentro de las actividades del Año de China en España. Desde el Ministerio de la Vivienda español, que organizaba la muestra, se apelaba a la divulgación de valores como el desarrollo sostenible o la igualdad entre hombres y mujeres al presentar la exposición. Recientemente se ha publicado, también en China, el libro Arquitectura Española (1997-2007), prologado por el prestigioso arquitecto chino Zheng Shiling y el influyente historiador estadounidense Kenneth Frampton.

El Estudio de Arquitectura Cervera & Pioz lleva ya muchos años trabajando con el gigante asiático, aplicando sus teorías sobre la arquitectura biónica. Ganaron un concurso convocado por el Gobierno de Shanghai en 2005 para el diseño de la spanish town dentro de la nueva world city de Pujiang, ciudad satélite del conglomerado urbano de la desembocadura del Yangtsé. El proyecto es crear áreas al estilo occidental para descongestionar el centro. Además del barrio español, se han puesto en marcha también el alemán, el británico, el holandés, el italiano, el francés, el escandinavo y el canadiense. El arquitecto Javier Pioz cuenta cómo “cobran protagonismo el sol y la luz natural en el interior de los edificios, junto a la vegetación y los espacios abiertos (plazas y calles donde la gente pueda conversar). Se combina la elegancia y sobriedad de El Escorial con los jardines y el agua de La Alhambra, huyendo del posmodernismo facilón y de los grandes rascacielos”.

Otro buen ejemplo de exportador de arquitectura española es el estudio A-Cero, que acaba de ganar un concurso para construir una gran urbanización residencial de lujo en Dubai, orientada a las grandes fortunas asiáticas. El proyecto combina hoteles, apartamentos, oficinas y zonas de ocio en sus más de 300.000 m2 construidos. Y cada vez hay más ocasiones para participar en el sector inmobiliario de estos países, que aprovechan muchos de nuestros mejores técnicos.

La pregunta de si es necesario renunciar a mercados tan potentes debe ser formulada de forma más general. Todos los sectores productivos toman posiciones en los mercados emergentes, y los que más posibilidades tienen de alcanzar el éxito son los que se basan en el conocimiento y la creatividad. Si un dictador enfermo llama a un médico occidental, ¿le atendería? Por un lado, el arquitecto es un facultativo que tiene una cierta “obligación” de aplicar sus conocimientos técnicos allá dónde se soliciten, sea grande o pequeña la empresa que se le encomienda. Y por otro, parece tentador aislar a los autócratas, exigiéndoles el cumplimiento de una serie de normas de convivencia y de respeto elementales, para darles acceso a la técnica y el conocimiento que parecen anhelar, pero el esfuerzo debe realizarse de forma conjunta desde todas las esferas sociales, imponiendo unas reglas del juego que permitan alcanzar un equilibrio saludable para todos.