Reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (Alain Jocard/AFP/Getty Images)
Reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (Alain Jocard/AFP/Getty Images)

Tras un fin de campaña de infarto, España logró su propósito de conseguir un asiento como miembro no permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para el periodo 2015-2016. Fue, según el secretario de Estado de Asuntos Exteriores, Ignacio Ybáñez, un esfuerzo que ha contado con el respaldo mayoritario de las fuerzas políticas. En esta entrevista hace un repaso a los objetivos y prioridades y a las implicaciones que tendrá para el papel internacional de España.

esglobal: ¿Cuál es el balance de estos primeros meses, después de lo que costó llegar?

Ignacio Ybáñez: Sí, fue una campaña muy dura. Cuando de repente, al final del proceso te aparece un candidato que no esperas, Turquía, tuvimos que hacer un esfuerzo considerable, en un momento muy complicado, en medio de una crisis económica, con un cambio de gobierno…. Pero se logró superar.

En cuanto al balance, nuestra aspiración es estar a la altura de la responsabilidad que adquieres, ante tus propios conciudadanos y ante todos aquellos países que te han votado.

Nos han dado –y eso demuestra el peso que tiene España y que quiere seguir teniendo- unos expedientes complicados, que los miembros permanentes del Consejo de Seguridad (CS) escogen en función de la capacidad del país. Primero, la presidencia del Comité 1540, (sobre proliferación de armas de destrucción masiva- nucleares, químicas y biológicas). Y la de dos comités de sanciones: el de Corea del Norte, en el que siempre hay diferencias entre los permanentes. Y el de Irán, que durante mucho tiempo ha sido un trabajo de seguimiento, pero que ahora va a ser más complejo, porque si se llega a un acuerdo –y todo indica que así puede ser- será el momento de empezar a desmontar el esquema de sanciones de Naciones Unidas. Para España es una demostración de confianza.

Además nos han asignado otros dos comités donde vamos a ser penholders, el que tiene que redactar. Uno es el de Afganistán, donde ya hemos cerrado la renovación de la misión, UNAMA que era el objetivo de este año. Con la salida de la OTAN, los afganos tenían mucho interés en que quedara claro que sigue siendo una misión de NU, pero que cada vez más la responsabilidad irá cayendo en ellos.

El otro es el expediente de Siria, el más bloqueado en el CS, donde ha habido ya varios vetos. La parte más complicada, donde los miembros permanentes quieren seguir llevando la voz cantante, es la política. Pero la parte humanitaria ya la llevaron en la etapa anterior dos miembros no permanentes, Luxemburgo y Australia. Este año hemos entrado Nueva Zelanda y nosotros, junto con Jordania que ya estaba. Queremos promover una resolución para facilitar el acceso de la ayuda humanitaria en aquellos enclaves más bloqueados.

esglobal: ¿Desde el Consejo de Seguridad se vislumbra alguna solución para Siria?

IY: Staffan de Mistura (el enviado especial de la ONU) trató, al principio, de partir de lo humanitario y de ahí pasar a lo político, algo que se ha utilizado en otros conflictos. Su idea era declarar Alepo una zona libre, que hubiera un cese el fuego y dejar entrar a los humanitarios. Sería la primera ocasión donde tendrían que hablarse unos y otros, pero no funcionó. Ahora ha vuelto a una vía más clásica, el esquema de Ginebra I: un acuerdo entre las diferentes partes de la oposición y régimen para llegar a una fórmula de transición. La diferencia es que en Ginebra I y II tú ponías a todo el mundo en la misma mesa y ahora los está convocando por separado; al régimen y a la oposición, a la coalición reconocida pero también a otras fuerzas. Él cree que sí podrá hacerlo.

Lo que ha cambiado es que todos, incluidos los miembros del CS, se dan cuenta de que hay un enemigo común que es Daesh y Al Nusra, etc. Y frente a eso sí hay una cierta voluntad de crear un sistema de transición; incluso, aun reconociendo que Bashar al Assad no podrá ser parte del futuro de Siria, sí que en este periodo habrá que hablar con él. Esto es lo que da un poco de esperanza.

Lo vemos en Siria, en Irak, ahora en Libia. En cuanto empiezas a tener zonas no controladas por el Estado y las fuerzas de seguridad, se genera un vacío que ocupan rapidísimamente todos estos grupos, con todo el riesgo que implica. Entramos ya en el quinto año de la crisis de Siria, pero es la vez que veo más conciencia de que hay que encontrar una solución. También dicen, aunque eso es muy difícil de saber, que el régimen está perdiendo el control de parte del territorio; que hasta ahora se veía como el fuerte, pero ahora está bajo presión.

esglobal: ¿Y cómo se ve Libia?

IY: Lo más urgente es conseguir que la mediación de Bernardino León funcione. Está haciendo un gran trabajo. El hecho de crear diferentes plataformas donde va sentando en una a las tribus, en otra a los ayuntamientos, a los parlamentarios… lo va consiguiendo. Es cierto que le falta llegar a un acuerdo y el tiempo cada vez es menos. Nos hemos fijado de algún modo el principio del Ramadán (se inició el 18 de junio, pero esta entrevista se hizo el 29 de mayo); si no, después va a ser más difícil. Así que está intentando hacer lo imposible. Ha dicho que tal vez debamos empezar a considerar la posibilidad de sanciones.

Por otro lado está el tema de la inmigración. Somos los primeros que comprendemos que la situación que viven países como Italia o Malta es desesperada. Y existe ese compromiso de una misión por parte de la UE, que necesita el respaldo del CS. Ahora se ha parado un poco la discusión porque necesitamos ver si para darle más fuerza a la misión es necesaria una petición concreta del Gobierno de Tobruk, que es al que reconocemos; para no generar la sensación a los libios de que se está discutiendo una cosa sobre la que no han sido consultados. La idea de la Alta Representante (AR) es ir por fases. La primera, marcar claramente que para la Unión la prioridad es salvar vidas y de ahí el esfuerzo de estar más presentes en la zona, con más barcos, al mismo tiempo que combates a aquellos que se están aprovechando para mandar gente en unas condiciones terribles. En esta fase no habría uso de la fuerza, porque no tendríamos el mandato; sería sobre todo recolección de información, saber quiénes son y cómo funcionan esas mafias para poderlas combatir. Más tarde se podría llegar a la anulación, para que los barcos no puedan ser utilizados para ese tipo de tráfico. Las dudas que despierta, sobre todo en los permanentes, es que el tema de inmigración nunca había llegado al CS.

Es también un buen ejemplo de lo importante que es, cuando un país de la UE está en el Consejo, trabajar en conjunto con el resto de miembros de la Unión. En este caso concreto, que hay una petición de la AR, y de Italia, nosotros llevamos a Italia como parte de nuestra delegación.

esglobal: ¿Se ve algún tipo de política europea común en el Consejo? ¿Llegará algún día la UE a tener un solo asiento?

IY: Como país muy convencido del proyecto europeo, pensamos que algún día tendría que llegar. Ahora lo que aportamos es más un enfoque pragmático. Ya lo hicimos durante nuestra campaña. Unos juegan la baza europea y otros no. Nosotros insistimos mucho en dos mensajes: a terceros países les decíamos, ‘utilizadnos’, porque dentro del propio Consejo podemos servir de puente de comunicación con el resto de la UE; y con respecto a los de la Unión, les decíamos que no debería haber ninguna duda en apoyarnos. Es verdad que estamos llamados algún día a reducir nuestro peso, Europa está sobrerrepresentada.

Los miembros de la UE que estén en el Consejo tienen la obligación de informar de cómo va el trabajo. Nuestro embajador en la ONU, Román Oyarzun, ha innovado mucho en la comunicación. Antes era un poco mecánico, pero ahora él escoge un tema y cuenta todo sobre cómo está, un auténtico briefing. Y ha sido muy bien recibido por los otros países europeos.

esglobal: ¿Qué quiere aportar España durante estos dos años?

IY: Queremos hacer un buen papel. Hay unos cuantos temas donde tenemos una visión particular. Empezaría por el terrorismo. Por desgracia, tenemos un gran conocimiento, porque lo hemos sufrido. Siempre hemos dicho que era muy importante pero otros no lo veían. Ahora nadie discute que es una amenaza para la seguridad mundial y que la forma de combatirlo es con la cooperación internacional. Hemos conseguido que se organice aquí en Madrid, el 27 y 28 de julio, una reunión del Comité contra el Terrorismo, que ahora preside Lituania, algo bastante excepcional porque es siempre en Nueva York.

El principal tema que se abordará es el de los combatientes extranjeros y queremos aportar el elemento de las víctimas, un mensaje que siempre hemos dado en los ámbitos internacionales, y que va calando. Nosotros lo utilizamos en la lucha contra ETA, pero en el caso de Daesh se utiliza poco. Lo acabamos de ver con la liberación de las niñas yazidíes, o las de Boko Haram; el hecho de que sean ellas las que cuentan su historia tiene un impacto mucho mayor.

Otro tema es el de la mediación en resolución de conflictos. Tenemos experiencia en el Mediterráneo –que desarrollamos con Marruecos- y también, recientemente, con organizaciones regionales. Además, se están produciendo diversos procesos de revisión en el ámbito de Naciones Unidas. Uno es el de las misiones de paz. El Secretario General ha pedido informes a todos los Estados miembros para elaborar propuestas y estamos intentando ligar ambos, con las fórmulas arrias -el sistema en el que invitas a gente que no son miembros del Consejo a que hagan una presentación-. Hemos hecho una conjunta de mediación, de operaciones de paz y de consolidación de la paz. También ahí querríamos dejar una impronta.

En nuestro programa habíamos incluido asimismo cambio climático y ciberseguridad. En el primero estamos ya haciendo cosas. Con los malayos vamos a organizar una fórmula arria, como ejercicio para ir favoreciendo el diálogo de cara a París.

En ciberseguridad, sin embargo, hemos encontrado un poco de resistencia. Todo el mundo es consciente de los riesgos, o de las amenazas, pero no hay acuerdo en el concepto de un -Internet libre. Dicen desde Estados Unidos o Países Bajos que lo han intentado, pero Rusia y China prefieren una Red muy controlada. Aún no hemos encontrado la fórmula.

Y estamos muy ilusionados con el tema de mujeres. Este año se celebra el 15º aniversario de la Resolución 1325 sobre Mujer, Paz y Seguridad. Hemos tenido suerte porque es en octubre y coincide con nuestra presidencia. Estamos trabajando con los británicos, que son los penholders y tienen tradición con esa resolución. Ellos van a hacer un side event (actividades organizadas fuera de los programas formales) en septiembre, con su primer ministro David Cameron. Nuestro objetivo es ir hacía una nueva resolución, recoger lo bueno que tiene esta e introducir cosas nuevas. Será seguramente el tema que escojamos como debate ministerial durante nuestra presidencia. Ahora Lituania, por ejemplo, ha elegido el de periodistas en conflicto y han presentado una resolución.

esglobal: ¿Hasta qué punto estar en el CS está ayudando a relanzar la confianza española en nuestra capacidad exterior?

IY: La campaña en sí ha sido un empujón de moral. A Turquía lo veíamos como un país con un exceso de confianza en sí mismo, con medios, con capacidad de abrir embajadas de un día para otro, y luego llega la línea aérea y a continuación los empresarios. Todo lo contrario que nos pasaba a nosotros. Una campaña sin dinero, con la cooperación reduciéndose… parecía una batalla imposible.

Ahora bien, el apoyo de todo el mundo, y especialmente en el ámbito parlamentario, ha sido espectacular. La decisión de presentarse fue tomada por el Gobierno del PSOE, pero todas las otras fuerzas políticas vieron que era una oportunidad para España. En Nueva York dabas la imagen de unidad.

Hay que aprovechar estos dos años y reforzar nuestra presencia en las zonas con las que teníamos menos relación. La interlocución cuando estás en el Consejo no tiene nada que ver con la que tienes cuando estás fuera. Y lo estamos haciendo. Desde que ha empezado el año el ministro ha estado en Egipto, Israel, Palestina, Jordania, Ucrania, India… estamos intentando estar en aquellos países donde hay situaciones complicadas. Por ejemplo, hacía mucho que no íbamos a Chad, y ahora he ido yo. Es miembro del Consejo de Seguridad y es clave en la lucha contra Boko Haram. Te exige mucho, pero cuando estás en el CS no eres un país cualquiera.

Sí me ha sorprendido lo poco que se ha destacado la decisión de volver a Irak. En España, Irak ha sido un trauma. Que pasado el tiempo hayamos sido capaces de volver a mandar a 300 soldados, aunque sea a formar al Ejército irakí, y que haya sido aprobado por las dos fuerzas políticas, creo que se ha destacado poco con el valor que tiene.

esglobal: ¿Cómo le gustaría rematar este periodo?

IY: Con la sensación de haber sido útil en el Consejo y de haber sido tenido en cuenta, con el tamaño que tenemos; que tenemos valor añadido. Y parece que lo estamos consiguiendo, tanto por elegir bien los temas como por tomar algunas decisiones.

Un ejemplo: llegó al Consejo una petición del Gobierno de Tobruk para levantar las sanciones y poder armarse mejor, petición que vino apoyada por muchos países, principalmente Egipto. Lo normal es que si nadie dice nada se da por aceptado. Lo pensamos mucho y vimos que darle la razón a una de las partes era reducir la responsabilidad del CS y además nosotros queríamos apoyar la mediación de Bernardino León. Fuimos los primeros que objetamos y luego nos siguieron todos. Me dicen que fue un poco como alcanzar la mayoría de edad, que demuestra personalidad.