GettyImages-1005194680
Jóvenes del pueblo de Sao Raimundo do Jaraua en un bote en el río Jaragua, en el estado de Amazonas. (Mauro Pimentel/AFP/Getty Images)

Brasil es un país de tamaño continental. Un lugar donde uno toma un avión desde la costa –epicentro de la densidad demográfica, la riqueza empresarial y las estampas que el país proyecta al exterior: fútbol, playa y Carnaval– y, viajando hacia el interior, puede pasar dos, tres o cuatro horas sin salir de los confines.

Por esta magnitud, asociada a una extraordinaria diversidad al ser un país con 250 pueblos indígenas y de enormes matices regionales, hay muchos brasiles, como se suele decir. Esta lista trata de aportar una pequeña ventana desde la que mirar a alguno de ellos, al menos los que yo he descubierto a lo largo de los años.

 

Libros

Debret e o Brasil. Obra completa. (Ed. Capivara, 2017)

Para entender lo que es hoy Brasil, para admirar en toda su dimensión la belleza de un lugar que tiene una naturaleza exuberante y unas costumbres heredadas –en parte, del período colonial– vale la pena hacer una breve regresión en el tiempo y ver la extraordinaria obra de Jean-Baptiste Debret. El francés –primo y discípulo del pintor de Napoleón por excelencia, Jacques-Louis David– llegó a Brasil durante la segunda década del siglo XIX, con el país siendo aún colonia, y retrató lo que vio durante los 15 años que pasó.

Sus escenas cotidianas narran y detallan visualmente un pasado que ya no existe, pero del que está muy impregnado el presente. Sus paisajes de Río de Janeiro, con su naturaleza inalterada, nos permiten imaginar cómo era y qué paraíso tropical encontraron los primeros viajeros a América mucho antes de que el urbanismo del siglo XX galvanizara estampas como la Avenida Copacabana o la playa de Ipanema. La suya era la mirada de un verdadero pintor que, como Henri Cartier Bresson o Robert Capa en el auge de la fotografía, narra una forma de vida a través de instantáneas en óleo, acuarelas y grabados.

Brasil: una biografía, Lilia Schwarcz y Heloisa Starling (Ed. Debate, 2016)

GettyImages-170330692
La ciudad de Brasilia vista desde el aire. (Evaristo Sa/AFP/Getty Images)

El texto de las profesoras Lilia Schwarcz y Heloisa Starling logra lo que muy pocos libros han conseguido hasta ahora: crear un hilo narrativo, sucinto y vivaz, sobre la historia de Brasil, un zambullido en su evolución desde el descubrimiento y hasta su auge internacional con Luiz Inácio Lula da Silva como paladín no solo de la emergencia de una nueva potencia con aspiraciones globales, sino también de un nuevo modelo de inclusión social.

La crónica de los sucesos políticos desde los 40 hasta el golpe de Estado militar de 1964, con personajes tan determinantes como el expresidente Juscelino Kubitschek –que arrancó el poder capitalino a Río de Janeiro para construir, en medio del corazón de la planicie central del país, la modernista Brasilia– puede sonar lejana y remota, pero atiende perfectamente a la situación actual de conjeturas políticas. Con más de 35 partidos representados en el Congreso, el gigante suramericano es difícilmente gobernable, a no ser que, siguiendo los consejos de Maquiavelo, se formen alianzas de conveniencia a cambio del más puro nepotismo en el comando de instituciones públicas (bancos, cajas, empresas petroleras y eléctricas estatales…). Un tejemaneje al que Dilma Rousseff, con su carácter áspero y cortante, no se prestó, y que, en última instancia, le costó el cargo al ser destituida en un polémico juicio político en 2016.

Casa Grande E Senzala, Gilberto Freyre (Ed. Marcial Pons, 2010)

Hollywood y el dominio del inglés como lengua franca nos ha presentado el período de la esclavitud desde un ángulo muy estadounidense, pero fue en Brasil, en realidad, donde el tráfico de personas de África a América fue más numeroso y donde este infame sistema económico más tiempo perduró –fue abolido de facto en 1888–.

La llegada de millones de africanos forzados a la colonia portuguesa, independiente desde 1822, no supuso sólo un revulsivo a nivel de expansión de culturas agrícolas como el café, el azúcar o el algodón, o el auge del período aurífero de regiones como el estado de Minas Gerais. Fue también el advenimiento de un torbellino de influencias africanas en las pacatas metrópolis brasileñas en las que hoy, orgullosamente, se celebran sensuales ritmos y costumbres heredadas de aquel tiempo como la samba o la capoeira.

Gilberto Freyre, en este clásico de la antropología brasileña –y, en general, en toda su obra–, disecciona la huella que dejó la colonia, la esclavitud y el sistema de poder construido sobre la base de la raza y la violencia. Un libro fundamental para entender el racismo latente en un país donde, a pesar de ser la segunda nación con más población negra del planeta, tras Nigeria, la violencia, la pobreza y la exclusión afecta sobre todo a los afrodescendientes.

Amazonas

O Livro de Ouro da Amazonia, Joao Meirelles Filho (Ed. Ediouro, 2004)

Escrito por uno de los mayores conocedores de la Amazonía, el director general del Instituto Peabiru de Belén que estudia el Amazonas oriental, O Livro de Ouro da Amazonia es exactamente lo que anuncia: un manuscrito “de oro” para entender las bases, la historia y los conflictos de una selva tropical que se extiende por el 60% del territorio brasileño.

Muy útil para derribar, de una vez, todos los mitos sobre la selva, comenzando por el de que es el gran pulmón del planeta. En realidad, por su longevidad, la jungla amazónica emite casi tanto CO2 como el que absorbe. Acompañado de bellas fotografías e ilustraciones, el texto de Meirelles detalla la biodiversidad de una región única, al tiempo que apunta las causas de la destrucción por la insensatez humana de expandir las fronteras económicas hasta sus últimas consecuencias. Una obra fundamental para entender por qué Brasil se ha convertido en un gigante agropecuario que produce el 7% de los alimentos del planeta y exportará este año 37.000 millones de dólares de soja. Una cuestión fundamental en momentos en que China, gran comprador de alimentos para satisfacer las demandas de carne de su pujante clase media, amenaza con embargar las importaciones de leguminosa de Estados Unidos. ¿Cuál será el impacto de ese giro en la globalización comercial para la selva?

Órfãos do Eldorado, Milton Hatoum (Ed. Companhia das letras, 2008)

Hatoum es sin duda uno de los escritores brasileños más brillantes de la actualidad, nacido en la metrópolis amazónica de Manaus. En este libro revela a través de la vida de un contador de historias y un joven los dramas de una familia, evocando mitos, animales y costumbres amazónicas, y retratando los estertores del período dorado del caucho, cuando la selva fue un suministrador clave de la materia prima usada para la industria del automóvil.

GettyImages-1005404386
El artista y activista Emerson Munduruku mientras enseña conservación ambiental a niños en la reserva sostenible de Anavilhanas, en el estado de Amazonas. (Ricardo Oliveira/AFP/Getty Images)

A través de la trama, que Hatoum maneja con gran talento por medio de un lenguaje pausado y reflexivo donde mucho de lo que se revela está en lo no escrito, descubrimos un universo de violencia, abusos y crueldad que sirve para desmitificar el paraíso verde del Amazonas. De tamaño equivalente a Europa occidental sin contar Rusia, o dos tercios del territorio continental de Estados Unidos, el Amazonas se extiende por el 60% de Brasil, y sigue siendo todavía hoy una frontera económica y social, un lugar donde la vida y la sociedad se mueven a otra velocidad.

Órfãos do Eldorado nos lleva a la intimidad de las relaciones sociales en el Amazonas, al lugar de Brasil donde, según las estadísticas, más crecen los homicidios. En los últimos años los homicidios han aumentado un 135% en esta región, mientras en urbes como Río o Sao Paulo, conocidas por sus peligrosas favelas, han caído a la mitad. Revelador es también el retrato que Hatoum hace del rol social de las diferentes mujeres de la novela, encadenadas a una realidad de abusos o sometimiento que evoca el profundo machismo, otro de los aspectos de Brasil que es todavía más latente en el Amazonas.

El telón de fondo de la novela es el de una región dominada por grandes familias herederas del período del caucho, y de un caciquismo que extiende sus tentáculos al poder político y que hasta hoy parece dominarlo todo. No es casualidad que en 2016 la Justicia electoral brasileña destituyera al gobernador del estado de Amazonas, José Melo, por un esquema de compra de votos –en los pueblos pobres y aislados de la región es común que los candidatos regalen banalidades como botellas de gas o televisiones a cambio de sufragios–. Meses después, él y su esposa ingresaron en prisión por desvíos millonarios en los sistemas públicos de sanidad.

 

Películas

Tropa de Elite 1 y Tropa de Elite 2, José Padilha (2007 y 2010)

Favelas violentas, narcotraficantes pérfidos, policías sin escrúpulos y corrupción sin límites son algunos de los elementos de estos dos clásicos dirigidos y protagonizados, respectivamente, por José Padrilha y Wagner Moura, famosos internacionalmente por su serie Narcos.

Pero hay mucho más que todo eso en estas dos películas. En la primera, donde el foco está en la actuación de la policía en los morros o colinas cariocas, el director expone el uso indiscriminado de la tortura, de los asesinatos y los abusos a manos de la policía, incapaz o desinteresada en ir realmente tras los verdaderos capos del mundo ilícito fluminense –como se denomina a los nacidos en el estado de Río de Janeiro–. Buen entretenimiento que sirve, también, para entender por qué Brasil es uno de los países con más asesinatos del planeta: 63.000 el año pasado.

Pero más perturbador es el retrato brasileño que ofrece Tropa de Elite 2, donde el foco ya no es el crimen a pie de calle, sino el que se lleva a cabo en los grandes salones de Brasilia, a puerta cerrada, y que corroe todos, o casi todos, los estamentos del Estado. Muy conveniente para comprender la génesis de la Operación Lava Jato y la emergencia de una problemática menos conocida sobre la vida criminal en Brasil: la coalición entre políticos y milicias –grupos de expolicías y exbomberos que se pasan al lado oscuro y dominan un barrio o favela entera, cobrando por servicios como la seguridad, las bombonas de gas de cocina o la televisión por cable–.

Que horas ela volta? (Una segunda madre, en su título en español) Anna Muylaert (2015)

GettyImages-815204458
Festival afrobrasileño junto al muelle de esclavos de Valongo, puerta de entrada de cerca de un millón de esclavos africanos en América. (Mario Tama/Getty Images)

Los domingos y festivos, la Avenida Atlántica de Río de Janeiro cierra al tráfico y es tomada por miles de ciudadanos que hacen deporte, pasean, se besan y otean el océano Atlántico. Siempre me sorprendió una imagen que se repite una y otra vez con personajes distintos, pero que condensa el mismo concepto: la de una pareja, incluso veinteañera, blanca y sofisticada, asistida por una mujer negra, mayor y siempre vestida con un uniforme blanco de pies a cabeza, que empuja el carrito de un niño o lleva los bártulos de la playa, mientras la familia disfruta del domingo.

Brasil es el país con mayor número de mujeres de servicio –siete millones–, tan enraizado está en la forma de vivir de la élite pudiente –y de la clase media rasa–, que en los apartamentos hay, casi siempre, una habitación de servicio.

Detrás de ese oficio hay un sinfín de abusos y desprecios, de una cierta xenofobia que se viste del clasismo más rancio, y que Que horas ela volta? logra caracterizar, con un humor fabuloso, a lo largo de la película. No solo se trata de la vida de la protagonista, una mujer, empleada, que se cree feliz por vivir en una minúscula habitación de una casa de una familia excéntrica de Sao Paulo. Es también el personaje de la hija de esa señora, una estudiante que aspira a entrar en la mejor universidad y que, al irrumpir en la vida de su madre, cuestiona abiertamente el status quo del Brasil contemporáneo. Un bellísimo largometraje que evoca las tensiones provocadas por las políticas de inclusión social en uno de los países más desiguales del mundo y que, en octubre, decide en las elecciones qué modelo de sociedad quiere para la próxima década.

O mecanismo, Netflix (2018)

Cuando fue lanzada la Operación Lava Jato en 2014 por un magistrado del sur de Brasil, nadie pensó que aquella acción judicial contra las corruptelas políticas –acaso una más– se convertiría en la mayor trama de corrupción de América Latina –al menos que sepamos–. El esquema del fraude se basa en la consabida fórmula de superfacturar contratos de obra pública, con el 3, el 5, el 10 o el 20%, para luego devolver esa suma de más abonada por el Estado y sus contribuyentes a partidos políticos o poderosos individuos corruptos.

GettyImages-939308118
Kiosko en el aeropuerto de Brasilia para promocionar la serie de Netflix O mecanismo (Evaristo Sa/AFP/Getty Images)

O mecanismo, serie dirigida por Padilla, trata de dramatizar, quizá abusando del lado ficticio más de lo que a algunos le hubiera gustado –Dilma Rousseff acusó al director de propagar noticias falsas y el Partido de los Trabajadores anunció acciones legales contra Netflix– un complejo mecanismo de fraude masivo al Estado. La serie tiene la virtud de narrar con garbo las cloacas de la corrupción en el país, la mayor preocupación para los brasileños de cara a las elecciones de octubre, según todos los sondeos. Pero, quizá por exceso de creatividad o por sesgo ideológico, pone el foco solo en los políticos del PT, con personajes como Lula da Silva o Rousseff caricaturizados con virulencia, cuando en realidad el desfalque al Estado es un problema enraizado históricamente y extendido a todas las esferas y poderes.

 

Música

Leve o que quiser del grupo Pietá

La época de oro del tropicalismo y de la bossanova han dejado artistas imborrables, con un elenco todavía vivo como Chico Buarque, Gilberto Gil, Caetano Veloso y Jorge Ben Jor. Pero la música tiene una fuerza, un motor imparable en un Brasil que adora salir a sus calles y bailar, con el Carnaval como punto álgido de esa forma de vida.

El grupo Pietá, que hasta hace un par de años era casi desconocido, tiene la virtud de usar letras que mezclan leyendas y dichos del noreste de Brasil con ritmos de todo tipo, desde la samba al funk que se baila en las favelas. Su primer disco es como escuchar todo lo que se escucha en Brasil en un sólo álbum.