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AFP/Gettyimages

¿Qué debería hacer la Unión Europea y sus Estados miembros si quieren salir reforzados de esta nueva crisis?  

No va a haber eurobonos, y todavía no hay acuerdo sobre un paquete de ayudas para las economías europeas más golpeadas por la crisis de la pandemia del coronavirus. Después de horas de reunión por videoconferencia que, como de costumbre en Europa, se prolongó hasta altas horas de la noche, los ministros de finanzas de la UE han sido incapaces de alcanzar un acuerdo sobre un paquete de medio billón de euros para apuntalar la economía contra la epidemia. El presidente del Eurogrupo, Mario Centeno, dijo a primeras horas del miércoles 8 de abril que las conversaciones quedaban suspendidas hasta el jueves, para tratar de limar diferencias. “Estamos cerca de un acuerdo, pero no hemos llegado todavía”, explicó Centeno en Twitter tras 16 horas de negociaciones con numerosas interrupciones, reanudaciones y discusiones bilaterales, sin que hubiera avances. De acuerdo con las informaciones, el bloqueo se debe a una disputa entre Italia y los Países Bajos por las condiciones de los créditos de la eurozona a los gobiernos con el fin de luchar contra la pandemia. El presidente español, Pedro Sánchez, ha llegado a advertir que, si la Unión no presenta un plan ambicioso para ayudar a los Estados miembros endeudados por la lucha contra la enfermedad, el bloque podría “hacerse pedazos”.

Dos semanas antes, los líderes de la UE no respaldaron la idea de los “coronabonos” —que apoyaban enérgicamente Italia, España y otros siete países—, lo cual tensó todavía más la ya frágil unidad europea. En una carta conjunta al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, los nueve dirigentes pidieron “un instrumento común de deuda, emitido por una institución europea para recaudar fondos en el mercado con las mismas condiciones y ventajas para todos los Estados miembros”. Estos nueve países alegan que la Unión se enfrenta a “una conmoción externa simétrica, de la que no es responsable ningún país, pero cuyas consecuencias negativas sufren todos”. La parte contraria, en la que están Países Bajos, Alemania, Austria y algunos más, dice que va a haber ayuda, pero no tal como quiere el sur. Lo que defienden ellos es una línea de crédito preventiva, emitida por el fondo de rescate del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), el organismo creado durante la crisis financiera de hace una década. Aseguran que el dinero está disponible, pero lo que preocupa a los posibles receptores es que los préstamos de emergencia del MEDE siguen siendo una forma de deuda. Y la deuda es, precisamente, lo que en estos momentos les sobra a Italia, Grecia, España y varios países más.

Si la intención de estas reuniones era dar muestras de unidad, el fracaso ha sido espectacular, porque lo que ha quedado de relieve son las amargas divisiones en el bloque de los Veintisiete. Unas divisiones que tienen su origen en el resentimiento por la gestión que hizo la eurozona de la crisis de la deuda hace 10 ...