La tecnología bluetooth, gracias a la cual ordenadores, móviles
y agendas intercambian información sin cables, es una de las más
en boga. En Europa, muchos solteros no cierran la aplicación en el móvil
para poder ligar con tarjetas de visita virtuales. Cada semana se despachan
en el mundo tres millones de aparatos con bluetooth, y en 2008, más
de la mitad de los móviles lo tendrán.

Es una lástima que esos sistemas sean tan inseguros. El año
pasado, John Hering y sus colegas de Los Ángeles escandalizaron a los
ejecutivos de la industria con un "rifle de francotirador" para
bluetooth. El arma puede infiltrarse en los móviles desde una distancia
de más de un kilómetro, y permite a los hackers robar agendas
personales, enviar mensajes falsos y convertir los teléfonos en aparatos
de escucha ilegales. En la ceremonia de los Oscar en febrero, Hering detectó casi
cien teléfonos vulnerables paseándose por la alfombra roja. Lo
que él intenta, afirma, es "analizar la seguridad"; pero
ya pueden encontrarse en Internet instrucciones para construir el fusil. Lo
que está en juego es mucho más que la agenda de teléfonos
de los oscarizados. Una empresa de seguridad londinense llevó a cabo
hace poco una prueba en el Parlamento. En menos de 15 minutos, ocho teléfonos
bluetooth estaban en peligro, lo que significa que esta tecnología tan útil
podría terminar siendo la próxima frontera del espionaje.

Tiradores
cibernéticos

La tecnología bluetooth, gracias a la cual ordenadores, móviles
y agendas intercambian información sin cables, es una de las más
en boga. En Europa, muchos solteros no cierran la aplicación en el móvil
para poder ligar con tarjetas de visita virtuales. Cada semana se despachan
en el mundo tres millones de aparatos con bluetooth, y en 2008, más
de la mitad de los móviles lo tendrán.

Es una lástima que esos sistemas sean tan inseguros. El año
pasado, John Hering y sus colegas de Los Ángeles escandalizaron a los
ejecutivos de la industria con un "rifle de francotirador" para
bluetooth. El arma puede infiltrarse en los móviles desde una distancia
de más de un kilómetro, y permite a los hackers robar agendas
personales, enviar mensajes falsos y convertir los teléfonos en aparatos
de escucha ilegales. En la ceremonia de los Oscar en febrero, Hering detectó casi
cien teléfonos vulnerables paseándose por la alfombra roja. Lo
que él intenta, afirma, es "analizar la seguridad"; pero
ya pueden encontrarse en Internet instrucciones para construir el fusil. Lo
que está en juego es mucho más que la agenda de teléfonos
de los oscarizados. Una empresa de seguridad londinense llevó a cabo
hace poco una prueba en el Parlamento. En menos de 15 minutos, ocho teléfonos
bluetooth estaban en peligro, lo que significa que esta tecnología tan útil
podría terminar siendo la próxima frontera del espionaje. –Carolyn
O’Hara

Carolyn O’Hara es
investigadora de la edición estadounidense de FP.