Torres de transmisión de electricidad en Zaragoza, España, que forman parte de un proyecto de electricidad combinada entre Francia y España, 2015. (David Ramos via Getty Images)

¿Qué dilemas políticos y económicos implica la integración de los mercados eléctricos? ¿Cuál es el papel de las interconexiones eléctricas en la generación de conflictos o en su prevención? ¿En qué medida las importaciones de electricidad de países vecinos mejoran el riesgo geopolítico?

La geopolítica de la energía es un campo muy dado a la recreación de sus mitos fundadores: petroleros, jeques, magnates, canales y conflictos proyectan un mundo modelado a partir de la geopolítica tradicional del gas y el petróleo. Una geopolítica por cierto muy vigente, como muestra un rápido repaso a la actualidad energética internacional del último año, desde la volatilidad de los precios del gas (y por tanto de la electricidad) a las reuniones de la OPEC+, pasando por el impacto del bloqueo del Canal de Suez. En el caso del gas natural, éstos y otros vectores globales y regionales llevan la geopolítica hasta el contador de los ciudadanos, que son los que acaban pagando la factura. Quizás por ello, la atención que le dedican periodistas, académicos y políticos a la geopolítica de la electricidad palidece en comparación con la que otorgan a la del gas y el petróleo. Incluso cuando los precios de la electricidad suben y se convierten en un problema económico y político de primer orden, la mirada internacional se vuelve hacia las tensiones en los mercados del gas natural y el aumento del precio de las emisiones de CO2 en la UE.

La literatura académica y los expertos en mercados eléctricos llevan décadas insistiendo en los beneficios de contar con redes eléctricas europeas bien interconectadas, tanto física como regulatoriamente. La integración de los mercados eléctricos supone ganancias de eficiencia, menores emisiones, un uso más racional de los recursos renovables y de las capacidades de almacenamiento, mayor seguridad energética y economías de red. Dados los beneficios económicos en términos de rentabilidad, desarrollo energético, reducción de externalidades negativas y seguridad energética, ¿por qué no se da una mayor integración eléctrica en la UE y de ésta con su vecindad? Una posible explicación es la renuencia de aquellos importadores preocupados por la seguridad energética a aumentar aún más su (inter)dependencia energética en el petróleo y el gas con nuevas importaciones de electricidad. Las especificidades geopolíticas de los sistemas eléctricos transfronterizos ofrecen buenas razones para ello, pues hay diferencias en los gradientes de vulnerabilidad conforme se profundiza en la integración. No es lo mismo un interconector aislado que una interconexión sincronizada o un mercado integrado: a mayor integración física y regulatoria mayores implicaciones geopolíticas.

 

De las interconexiones eléctricas a las comunidades de red

Manifestación frente al Ministerio de Transición Ecológica contra el aumento de las tarifas eléctricas, el 15 de julio de 2021 en Madrid, España. (Oscar Gonzalez/NurPhoto via Getty Images)

El proceso de integración de los mercados eléctricos implica dilemas políticos y económicos que deben ...