
Las cuasi-anexiones por parte de Rusia en el espacio postsoviético debilitan en gran medida la credibilidad de los Estados afectados. ¿Está la UE dispuesta a hacer algo al respecto?
Rusia formalizó recientemente lo que muchos consideran una anexión encubierta de Osetia del Sur. Se hizo mediante la liquidación de fronteras. La de Abjasia ya había quedado suprimida en noviembre. El Ejército ruso inició maniobras militares de defensa antiaérea en ambas regiones.
Los documentos firmados, en noviembre y hace unas semanas, en Moscú se presentan como tratados de “alianza e integración”. Es probable que adopten la forma oficial de una confederación. Para Georgia esos tratados con los gobiernos marioneta de Abjasia y Osetia del Sur (que no son sujetos de derecho internacional) son la continuación de la política de cuasi anexiones del Kremlin.
La segregación –tras la breve guerra con Rusia de verano del 2008– no ha sido nunca reconocida por la comunidad internacional. En los años anteriores Georgia estuvo dispuesta a concederles un amplio margen de autonomía, pero ambos rechazaron todo lo que no fuera independencia. Tbilisi los considera “territorios ocupados” por las tropas rusas que disponen allí de bases militares.
Durante la guerra, fuerzas rusas intervinieron cuando Georgia lanzó operaciones militares para retomar Osetia del Sur. Occidente calificó las acciones de Moscú, cuyos soldados llegaron a las cercanías de Tbilisi, de desproporcionadas. Con la expulsión de las tropas georgianas y la ocupación del 20% de la superficie nacional tras la invasión rusa, continua la flagrante violación del acuerdo de cese el fuego de agosto de 2008.
Posteriormente, Rusia que domina las misiones de pacificación en las dos regiones, las reconoció como independientes, convirtiéndolas en un conflicto congelado, pues no han sido reconocidas internacionalmente.
Estos casos de Abjasia y Osetia del Sur muestran lo que puede ocurrir en la región ucraniana del Donbas si los rebeldes prorrusos consolidan militarmente sus posiciones.
Georgia es el país más disperso y abigarrado del Cáucaso desde el punto de vista étnico. Las relaciones con Rusia –pésimas durante los mandatos del anterior jefe de Estado, Mijaíl Saakashvili– siguen siendo complicadas. Formado en EE UU, Saakashvili gobernó a partir de la Revolución de las Rosas en 2003. Su política crecientemente autoritaria y su impaciencia precipitaron los acontecimientos que llevaron a la guerra. Perdió el poder en 2013. Sobre el ex presidente, ahora asesor especial en Ucrania, pesa una orden de captura en su país por abuso de poder.
Tras la guerra Georgia rompió relaciones diplomáticas. A finales de 2013 inició un lento proceso de normalización con su vecino del norte. Las relaciones plenas no se han restaurado.
Pese a los cambios políticos, la integración euro-atlántica sigue siendo el eje principal de la política georgiana. El presidente Giorgi Margvelashvili sigue por el camino de la plena autonomía geopolítica si bien, a diferencia de Saakashvili, intenta en la medida de lo posible ...
Artículo
para suscriptores
Para disfrutar de todos nuestros contenidos suscríbete hoy:
Plan mensual
3,70€/mes
- Asiste a eventos en exclusiva
- Recibe la Newsletter mensual ‘Cambio de foco’ con contenidos de actualidad
- Participa activamente en la elección de los contenidos de esglobal
- Accede a todos los contenidos semanales
- Accede al archivo de artículos desde 2007
- Descarga todos los artículos en PDF
Plan anual
37€/mes
- Asiste a eventos en exclusiva
- Recibe la Newsletter mensual ‘Cambio de foco’ con contenidos de actualidad
- Participa activamente en la elección de los contenidos de esglobal
- Accede a todos los contenidos semanales
- Accede al archivo de artículos desde 2007
- Descarga todos los artículos en PDF