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El Grexit podría salirle caro tanto a la Unión Europea como a Atenas. A pesar de que tanto la troika como un posible Gobierno del partido Syriza barajan opciones extremas, existe un margen para negociar y llegar un acuerdo.

Grecia va a celebrar elecciones anticipadas el 25 de enero, después de que el Parlamento nacional no haya conseguido elegir a un nuevo presidente con la mayoría necesaria. En la actualidad, Syriza, el partido (o la coalición de partidos) de izquierdas dirigido por Alexis Tsipras, encabeza los sondeos. Dadas sus críticas inequívocas de las políticas económicas y sociales griegas durante los cuatro últimos años, y sus declaraciones a veces hostiles contra la eurozona, algunos temen que el país abandone la moneda única. Esta idea suscita varias preguntas: ¿le interesa a Grecia irse? ¿Qué consecuencias habría para la economía griega y la de la eurozona? ¿El resto de la eurozona está dispuesto a dejar que se vaya? A continuación vamos a intentar responder esas preguntas y predecir lo que va a ocurrir, teniendo en cuenta lo que sabemos hoy sobre la economía y la política de este país y la eurozona.

 

¿'Grexit' tiene algún beneficio para Atenas?

Grecia recuperaría la autonomía de su política monetaria, la herramienta más eficaz para mantener la demanda en una economía. Los bancos centrales influyen en las expectativas de clientes e inversores. En la actualidad, las empresas griegas prevén baja demanda y deflación, y los consumidores, escaso aumento de sus ingresos. Un banco central independiente para el país, si pudiera controlar la inflación, podría mejorar esas perspectivas, y entonces los consumidores y los inversores gastarían e invertirían. El Banco de Grecia también tendría capacidad de garantizar que los tipos de interés reales (es decir, los tipos de interés después de tener en cuenta la inflación) fueran lo bastante bajos como para estimular la inversión y el consumo.

Más aún, la probable pérdida de valor del dracma frente al euro daría la vuelta a la caída de competitividad comercial sufrida por Grecia desde que adoptó la moneda única. Las exportaciones, por supuesto, tardarían en recuperarse, por la caída de las inversiones en el sector comercial del país en los últimos años. Y muchos problemas estructurales que retienen las inversiones todavía no se han abordado. Pero las exportaciones acabarían por crecer con la recuperación de las inversiones. Un sector que sin duda saldría beneficiado sería el del turismo.

Después del inevitable impago de la deuda en euros, se reduciría enormemente la carga deudora del país, y eso le permitiría llevar a cabo una política fiscal más expansiva. El Gobierno podría pedir prestado en su propia moneda en lugar de en euros, y eso permitiría al Banco de Grecia ser un auténtico prestamista de último recurso para el Ejecutivo. A su vez, este podría así respaldar los bancos del país. Por último, Grecia acabaría probablemente incluida en un programa del FMI, para lo cual las autoridades griegas tendrían que persistir con las necesarias reformas estructurales a cambio de la ...