Tres personas en Oxford Street, Londres, Reino Unido, con bolsas amarillas de Selfridges, el 9 de enero de 2023 (Mike Kemp/Getty Images)

¿Qué podemos hacer para mitigar el cambio climático y estar preparado para hacer frente a las amenazas climáticas? Prepárate para ser un ciudadano o una ciudadana 1,5ºC. 

El objetivo de 1,5ºC al que aspira el Acuerdo de París

Las investigaciones científicas sobre los efectos del cambio climático, los modelos climáticos y las proyecciones sobre emisiones de gases de efecto invernadero muestran que limitar el calentamiento global a 1,5°C por encima de los niveles preindustriales es nuestra mejor posibilidad de mitigar los efectos más graves de la crisis climática. En 2015, 196 gobiernos firmaron el Acuerdo de París, jurídicamente vinculante, que establecía el objetivo de “limitar el calentamiento global a una subida muy inferior a los 2ºC, preferiblemente 1,5ºC”, lo que corresponde a una disminución de las emisiones medias mundiales de consumo por encima del 80%. Ahora, ¿qué significa esto en la práctica? ¿Cómo trasladar estas cifras y estos objetivos a los cambios que necesitamos llevar a cabo en nuestra actividad cotidiana?

A escala mundial, cerca del 72% de las emisiones de gases de efecto invernadero están directamente relacionadas con el estilo de vida (que incluye el consumo de bienes y servicios) según el informe Carbon Footprint of Nations: A Global, Trade-Linked Analysis. Eso implica una drástica transformación de nuestra forma de vivir y de las opciones que nos facilitan o limitan los mercados, las políticas y otros factores determinantes del consumo.

Después del Acuerdo de París, las investigaciones se han centrado cada vez más en comprender cómo sería el consumo en un futuro con 1,5ºC más y cómo hay que transformar las estructuras que lo configuran para que podamos tener un estilo de vida más sostenible. Los resultados son contundentes: si queremos tener alguna posibilidad de mitigar el cambio climático, necesitamos medidas individuales y cambios estructurales. Es decir, para mitigarlo hace falta una acción concertada de consumidores, productores, empresas, responsables políticos y todos los demás actores. No obstante, aquí vamos a prestar atención sobre todo a lo que podemos hacer de manera individual.

Cómo mantener un estilo de vida de 1,5ºC

Un informe reciente del Hot or Cool Institute estudió posibles vías de consumo acordes con el objetivo de 1,5ºC del Acuerdo de París. El informe investigaba, entre otros aspectos, cómo sería posible cambiar la alimentación, la vivienda y el transporte para hacerlos compatibles con ese propósito. Después de examinar varias opciones de estilo de vida, la conclusión fue que las medidas más eficaces que podrían tomar los ciudadanos y los hogares para reducir de forma sustancial la huella de carbono serían reducir el consumo de carne, usar menos vuelos internacionales y automóviles privados, pasarse a fuentes de energía renovables y mudarse a una vivienda más pequeña.

Inundaciones en Rabade, Lugo, Galicia, España, por el desbordamiento de un río en la comarca de A Terra Cha, el 19 de enero de 2023 (Carlos Castro/Europa Press/Getty Images)

La carne y los productos lácteos que consumimos son un factor importante que contribuye al cambio climático, por lo que, para seguir una dieta que ayude a alcanzar los objetivos climáticos, hay que disminuir mucho la ingesta de estos alimentos. Un estilo de vida en consonancia con la meta de 1,5ºC es el que también reduce enormemente el uso de medios de transporte privados, en particular los coches de gasolina y diésel, y prefiere otros métodos como el transporte público o el uso compartido de coches y trayectos. El avión es el medio de transporte que emite más carbono, por lo que debe evitarse en la medida de lo posible y sustituirse por medios que emitan menos, como el tren. En este sentido, recientemente ha habido buenas noticias en Francia, donde se han prohibido los vuelos de corta distancia siempre que exista una conexión ferroviaria alternativa de dos horas y media como máximo. Como consecuencia, se está reorientando la planificación de las infraestructuras; un buen ejemplo de cómo las políticas (en este caso, una prohibición) pueden transformar las opciones de consumo y eliminar gradualmente las menos sostenibles.

Proyectos actuales para un estilo de vida sostenible

Hoy hay numerosos proyectos de investigación que recomiendan una lista de acciones cotidianas para ser “ciudadanos de 1,5ºC” y que además estudian la probabilidad de que esos cambios de estilo de vida los adopte gran parte de la población. El proyecto “PSLifestyle”, financiado por la UE, está creando una herramienta digital (una aplicación) que ayuda a seguir la huella de carbono de cada persona y a planear cambios en el consumo para que sea sostenible. El usuario responde a una encuesta y la aplicación, en función de las respuestas que han dado, calcula su huella y recomienda varias medidas que podrían reducir sustancialmente sus emisiones de carbono. Entonces el usuario puede escoger varias de ellas y diseñar un plan para, con el tiempo, reducir la huella de carbono hasta alcanzar el objetivo de 1,5ºC.

Una vaca colocada en un dispositivo móvil en el que puede comer, en Ratshausen, Baden-Württemberg, Alemania. El sacrificio móvil y descentralizado debería, al menos, evitar a los animales los largos y angustiosos trayectos hasta los mataderos (Silas Stein/Getty Images) 

En el proyecto “EU 1.5 Lifestyles” de Horizonte 2020, distintos investigadores de Alemania, Hungría, Letonia, España y Suecia están utilizando un “rompecabezas climático” con el fin de comprender mejor las opiniones de los ciudadanos sobre los cambios de estilo de vida y tener argumentos para sus recomendaciones políticas. En la primera ronda de los "Citizen Thinking Labs" (Laboratorios de reflexión ciudadana) del proyecto participaron más de cien personas a las que se invitó a utilizar el rompecabezas para reflexionar y debatir sobre varias opciones escogidas de estilos de vida bajos en carbono. El equipo de investigadores de la UE está evaluando los resultados de esas discusiones sobre la contribución que pueden hacer los cambios del comportamiento individual y de las condiciones estructurales para conseguir los objetivos climáticos del Acuerdo de París.

Fijar niveles de consumo de suficiencia

La mayoría de las recomendaciones a los consumidores consisten en cambiar a productos o modos de consumo que emitan menos carbono o “sencillamente” evitar el consumo excesivo. Esta segunda idea apela al concepto de “suficiencia”, que consiste en redimensionar el volumen de lo que consumimos y lo que hacemos hasta unos niveles que no rebasen nuestras necesidades. Pero, ¿qué niveles son esos? Recientemente, se planteó el caso de la ropa de vestir en el informe Unfit, unfair, unfashionable (Inadecuado, injusto, anticuado), que calcula que para tener un armario compatible con el objetivo de 1,5ºC bastarían alrededor de 80 prendas. Incluso sin necesidad de otras medidas, como lavar a temperaturas más bajas o reparar las prendas desgastadas, se puede mantener un armario compatible con 1,5ºC comprando no más de cinco prendas nuevas al año. Eso supone, por ejemplo, una reducción de hasta el 80% respecto a los niveles de consumo actuales del 20% que más rentas perciben del Reino Unido, y es más que suficiente para cubrir las necesidades de una persona en ropa de trabajo, de deporte, de vestir y para actividades al aire libre.

También se ha calculado, en diversos modelos de supuestos, qué niveles de consumo de suficiencia cumplen los objetivos climáticos al tiempo que satisfacen las necesidades humanas básicas para todos en otras facetas de consumo. Los supuestos se basan en proyecciones sobre cómo cambiarán la demanda y el consumo de energía en el futuro. La premisa de baja demanda energética (LED) desarrollado en A Low Energy Demand Scenario for Meeting the 1.5°C Target and Sustainable Development Goals without Negative Emission Technologies, es uno de los pocos en los que se calculan niveles de suficiencia y se cumple el objetivo de 1,5º. Por ejemplo, el modelo calcula un nivel de suficiencia de 30 metros cuadrados de superficie habitable per cápita y alrededor de 13.000 kilómetros cuadrados al año como nivel de suficiencia para la movilidad. Otras investigaciones, entre ellas el informe EAT-Lancet, estiman que no necesitamos más de 2.500 kcal al día para cubrir nuestras necesidades nutricionales. Sin embargo, en Europa y Estados Unidos se ingieren por término medio más de 3.500 calorías al día, según la ONU.

Los ricos tienen más responsabilidades

La mayor parte de las cifras presentadas hasta ahora se refieren al ciudadano medio de distintos países y de cada país. Pero estas cifras ocultan unas desigualdades importantes entre los Estados desarrollados y en vías de desarrollo y entre los distintos grupos de renta. Oxfam ha calculado que “las emisiones procedentes del consumo per cápita del 1% más rico del mundo en 2030 serán todavía 30 veces superiores al nivel global per cápita compatible con el objetivo del 1,5º  del Acuerdo de París, mientras que la huella de la mitad más pobre de la población mundial estará varias veces por debajo de ese nivel”. El informe Unfit, unfair, unfashionable estima que, en Italia, Reino Unido y Alemania, las emisiones relacionadas con el consumo de ropa son aproximadamente seis veces mayores en el 20% de rentas más altas que en el 20% de rentas más bajas, mientras que, en China, los grupos de rentas más altas emiten unas 30 veces más carbono que los de rentas más bajas. Otro estudio reciente ha revelado que el 1% de la población mundial fue, por sí solo, responsable de la mitad de las emisiones de la industria mundial de la aviación en 2018.

Las investigaciones mencionadas dejan muy claro que, para que una estrategia de reducción de las emisiones del estilo de vida a niveles compatibles con los objetivos de mitigación del cambio climático sea eficaz, tiene que abordar directamente el consumo en los grupos de rentas más altas. Éstos tienen una responsabilidad mayor por la crisis climática, de manera que son ellos los que deberían cambiar más su estilo de vida, entre otras cosas para que todos puedan alcanzar unos niveles de consumo suficientes.

Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia