La clonación humana puede acabar con la especie, afirma Joel Peck,
biólogo evolutivo de la Universidad de Sussex (Reino Unido). Las sociedades
pobladas por clones serían tan antagónicas, escribe en Proceedings
of the Royal Society: Biological Sciences
, que causarían su propia
extinción.

Muchas especies poseen individuos que se sacrifican por el bien común.
Según Peck, esto podría deberse a la combinación de genes
que crean individuos "altruistas". Igualmente pueden requerirse
varios genes para producir un individuo malo y egoísta. Las
especies asexuales que se reproducen con un único progenitor (como lo
harían los clones humanos) tienden a desaparecer porque crean menos altruistas.
¿Por qué? En las sexuales, los malos emigran a la sociedad
altruista, donde se mezclan con los indígenas. Sus descendientes no heredan
sólo los genes malos, por lo que la sociedad sigue siendo habitable.
Pero si los altruistas y los malos se reproducen asexualmente, los
egoístas emigrarían a la sociedad altruista, se reproducirían
y engendrarían más individuos malos. Al final, su progenie,
más agresiva, dominaría la sociedad. ¿Y si se produjera
un gran desastre ecológico, que requiriera de la solidaridad entre individuos?
En un mundo sexual, los egoístas no colaborarían y se extinguirían;
los altruistas lucharían y se multiplicarían. Pero en uno dominado
por los malos, de reproducción asexual, una degradación
medioambiental masiva, como el calentamiento global, causaría la desaparición
de ambas comunidades. Moraleja: hay que hacer el amor y no clones.

La clonación humana puede acabar con la especie, afirma Joel Peck,
biólogo evolutivo de la Universidad de Sussex (Reino Unido). Las sociedades
pobladas por clones serían tan antagónicas, escribe en Proceedings
of the Royal Society: Biological Sciences
, que causarían su propia
extinción.

Muchas especies poseen individuos que se sacrifican por el bien común.
Según Peck, esto podría deberse a la combinación de genes
que crean individuos "altruistas". Igualmente pueden requerirse
varios genes para producir un individuo malo y egoísta. Las
especies asexuales que se reproducen con un único progenitor (como lo
harían los clones humanos) tienden a desaparecer porque crean menos altruistas.
¿Por qué? En las sexuales, los malos emigran a la sociedad
altruista, donde se mezclan con los indígenas. Sus descendientes no heredan
sólo los genes malos, por lo que la sociedad sigue siendo habitable.
Pero si los altruistas y los malos se reproducen asexualmente, los
egoístas emigrarían a la sociedad altruista, se reproducirían
y engendrarían más individuos malos. Al final, su progenie,
más agresiva, dominaría la sociedad. ¿Y si se produjera
un gran desastre ecológico, que requiriera de la solidaridad entre individuos?
En un mundo sexual, los egoístas no colaborarían y se extinguirían;
los altruistas lucharían y se multiplicarían. Pero en uno dominado
por los malos, de reproducción asexual, una degradación
medioambiental masiva, como el calentamiento global, causaría la desaparición
de ambas comunidades. Moraleja: hay que hacer el amor y no clones.