Sorbona
Estudiantes en la plaza de la Universidad de la Sorbona, París. (Gee Pena/Flickr)

Una de las especialidades tradicionalmente más demandadas en el campo de las relaciones internacionales y que lleva décadas atrayendo a estudiantes de toda Europa es la de los estudios europeos. He aquí una radiografía de estos estudios en España. 

Bruselas, centro neurálgico de la Unión Europea y vivero de oportunidades laborales, encabeza las listas de lugares donde los estudiantes con vocación europea buscan iniciar sus carreras profesionales en las instituciones de la UE, en las consultoras, en las agencias de comunicación, en el sector privado o en los centros de investigación o think tanks.

Pero, ¿por qué son importantes los estudios europeos en un momento de cambio y de reflexión en Europa? ¿Cómo se abordan en España? ¿Es la oferta atractiva? ¿Cómo son los programas?

Los inicios: la Comunidad Económica Europea y las universidades españolas

La pertenencia de España a las Comunidades Europeas (hoy Unión Europea) se ha señalado siempre como uno de los mayores logros de nuestra historia más reciente. Desde entonces, el bienestar y el progreso de España han sido evidentes durante estos últimos 30 años.

Dos prestigiosas universidades y un Instituto de Estudios Europeos, vaticinadores del cambio que esto suponía para el mundo académico español, son algunas de las instituciones que incluyeron, desde mediados de los 80, entre sus programas y carreras, la materia europea.

Desde la Universidad CEU San Pablo, conocida por su larga tradición europeísta, Belén Becerril, profesora de Derecho de la Unión Europea de la Facultad de Derecho y subdirectora del Instituto de Estudios Europeos de la misma Universidad, relata que el CEU apostó ya desde la época de la transición (Marcelino Oreja Aguirre, Raimundo Bassols o Iñigo Cavero) por Europa y por la integración de España en las Comunidades Europeas. Además, añade que cuando España se subió al tren europeo, el CEU impulsó para sus alumnos de Derecho, el título Propio Jurídico Comunitario y en Abogacía Internacional (aún en vigor) dirigido a formar juristas especializados en la UE. Por último, resalta que la Universidad tiene un Instituto Universitario de Estudios Europeos- Centro de Excelencia Jean Monnet (cuyo objetivo es albergar foros de debate abiertos a toda la comunidad universitaria y a la sociedad civil para fomentar el análisis y la discusión de cuestiones sobre Europa)- que preside Marcelino Oreja.

Por su parte, la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), “no se quedó atrás” como proclama Josep María de Dios, profesor de Derecho Internacional Privado de la UAB y presidente de la European Law Faculties Association (ELFA). Es más, recalca que la UAB, augurando lo que sería un cambio para la joven democracia española, promovió un máster en Estudios Europeos y se rodeó de profesores extranjeros que acercaron la maquinaria europea tanto a los estudiantes como a los docentes. Versión que corrobora Esther Barbé, investigadora principal en el IBEI y profesora de Relaciones Internacionales en la UAB, añadiendo que, además, “muchos de los profesores de la casa habían pasado por el Colegio de Europa” (la institución de estudios europeos de postgrado más prestigiosa de Europa situada en la ciudad de Brujas, en Bélgica, con otro campus en Natolín, Polonia).

El Real Instituto de Estudios Europeos (en Zaragoza) también se sitúa como una de las primeras instituciones en España en abordar los temas europeos en sus programas de posgrado. El Instituto se fundó en enero de 1986 y dos años después empezó a rodar el Programa Máster, que cubre en profundidad los aspectos jurídicos, económicos y empresariales, sociales, políticos e históricos de la construcción europea, incluyendo también, numerosas sesiones intensivas en Bruselas, Estrasburgo, Madrid, Luxemburgo y Fráncfort.

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Estudios de Unión Europea en España 2018

Actualidad: en España los programas en Estudios Europeos no abundan

Prácticamente, la casi totalidad de las universidades españolas cuentan con estudios de postgrado que integran en sus programas la materia europea, pero no son tantas las que apuestan por estudios específicos de UE. Así lo subrayan tres de las principales universidades españolas (CEU, UAB y UAM- Universidad Autónoma de Madrid) que, además, coinciden y exponen su preocupación afirmando que hoy en día es, prácticamente, imposible entender la economía, la política o el derecho, fuera del contexto europeo.

¿Estamos ante una crisis de los Estudios Europeos?

Esther Barbé considera que estamos atravesando una importante crisis en los Estudios Europeos debido, sobre todo, a la prioridad que dan los alumnos a los programas de Relaciones Internacionales frente a los europeos porque perciben que las salidas laborales son mayores. Sin embargo, en su opinión Belén Becerril considera que los Estudios Europeos no corren peligro alguno a pesar de la escasez de la oferta. Richard Youngs, investigador en Carnegie Europe (Bruselas), profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad de Warwick (Reino Unido), profesor del CEU y profesor invitado en el Colegio de Europa, tampoco cree que los Estudios Europeos estén en crisis, ni siquiera por parte de los estudiantes británicos. Declara que aún es demasiado pronto para confirmar si habrá más o menos personas que se matriculen en universidades británicas para estudiar asuntos europeos.

¿Qué lleva a los estudiantes a elegir los programas de estudios europeos?

“La complejidad del proceso de integración de la Unión Europea, las crisis políticas en las que se halla sumergida, la falta de autonomía estratégica de la que a menudo es criticada, el debilitamiento de las relaciones con Estados Unidos y los movimientos de poder en el tablero de la geopolítica internacional son muchas de las cuestiones que llevan al alumno a elegir estos programas frente a otros”, explica Giovanni Grevi, investigador en el European Policy Centre de Bruselas, profesor invitado en el Colegio de Europa y profesor de Estudios Europeos en Sciences Po de París.

Belén Becerril esboza que a medida que la UE ha ido ampliando sus competencias en materia política, social y económica, “las empresas, las instituciones públicas y los organismos que operan en el mercado interior europeo, necesitan profesionales especializados para desarrollar sus funciones con éxito”. Josep María de Dios comulga con esta idea y añade que “los estudios europeos son transversales e interesan a cualquier perfil profesional porque los tenemos en todos los ámbitos del conocimiento y de nuestras vidas”. Ruth Ferrero, profesora de Ciencia Política en la Universidad Complutense de Madrid (UCM) e investigadora senior en el Instituto Complutense de Estudios Internacionales (ICEI), es de la misma opinión y subraya la importancia de la Política Europea en la cotidianeidad.

Otro argumento que se podría enunciar es que el mundo globalizado en el que vivimos y las magras oportunidades laborales que alberga España en el sector europeo-internacional impulsa a los estudiantes a probar suerte en el extranjero, donde encuentran más variedad. Sin embargo, tal y como señala Josep María de Dios, “los estudios europeos no son una salida en sí pero sí un complemento necesario para cualquier actividad profesional”.

Un aspecto importante, tal y como señalan desde la UAB, CEU, UAM, UCM, el Colegio de Europa y el Instituto de Estudios Europeos de la Universidad de Varsovia, es que los idiomas son cruciales. Muchos de los programas son impartidos en inglés y en español. Además, 2/3 del alumnado (en el caso del máster en Integración Europea de la UAB) y un alto porcentaje de los estudiantes del CEU (han recibido hasta ahora en sus programas estudiantes de más de 40 países) son extranjeros y muchos de los profesores (nacionales y extranjeros) imparten las clases en diferentes idiomas. Lo que resulta altamente positivo, enriquecedor y adaptado a la realidad del siglo XXI.

¿Cuál es la oferta académica en España?

La Universidad Autónoma de Barcelona, ofrece un máster universitario en Integración Europea con una formación multidisciplinar (ciencia política, economía, derecho y relaciones internacionales). El máster se divide en dos módulos: uno común sobre conocimientos básicos de la UE y otro, en el que el alumno deberá elegir entre una de las tres especialidades (Integración Jurídica, Acción Exterior y Gobernanza Económica y Gobernanza Política Europeas). Además, la UAB incentiva los intercambios con otras universidades extranjeras como la Universidad de Toulouse (Francia), la Universidad Ranepa (Rusia) y la Universidad de Renmin (China), lo que permite al alumnado, tal y como comenta Josep de Dios, “ver otras materias y problemáticas y vivir en una sociedad que les permita entender mejor la realidad que les tocará experimentar en el ámbito profesional”. Por último, hay que añadir que las clases magistrales van acompañadas de seminarios adicionales en los que se debaten temas de actualidad como el Brexit, la crisis migratoria, etcétera.

El Instituto de Estudios Europeos de la Universidad de Valladolid cuenta con un máster en Integración Europea cuyo programa se centra esencialmente en el derecho y la economía europeos.

La Universidad del País Vasco (UPV) ofrece una visión global del proceso de la integración político-económica en la Unión Europea mediante su máster universitario en Integración Política y Unión Económica en la Unión Europea. Lo que hace diferente este programa del resto, es que a los contenidos clásicos (instituciones, competencias, sistema de fuentes, etc.) se añaden otros de gran importancia para la UE (libertad, políticas comunitarias, la Constitución económica de la Unión Europea, la Constitución financiera, etc.)

En relación a los estudios de la UE en su sentido más amplio, el Instituto Universitario de Estudios Europeos de la Universidad San Pablo CEU , el Real Instituto de Estudios Europeos de Zaragoza, la Universidad de Salamanca, la UNED y la Universidad de Valencia ofrecen un máster más genérico sobre la Unión Europea. Su máxima: la perspectiva multidisciplinar de sus programas, la doble vertiente profesional e investigadora, las estancias en universidades extranjeras (como es el caso del Instituto Universitario de Estudios Europeos Universidad San Pablo CEU con las universidades de Maastricht en Holanda, Heidelberg en Alemania o Fordham University en Nueva York, Estados Unidos), además de la solvencia lingüística en inglés y español como menciona Belén Becerril.

Desde una perspectiva puramente jurídica y con el objetivo de formar juristas especializados en el asesoramiento y tráfico legal internacional, destacan varias universidades españolas. Entre ellas, podemos mencionar la Universidad Carlos III que ofrece un máster universitario en Derecho de la UE, la Universidad Pontificia de Comillas que imparte el máster Universitario en Derecho Internacional y Europeo de los Negocios, la Universitat Pompeu Fabra con el máster en European and Global Law o la Universidad Católica de Murcia con el máster en European Union Studies and Human Rights.

Con un perfil más técnico y quizás atendiendo a una temática más concreta o, a los intereses más inmediatos de España a nivel geoestratégico, la UAB presenta el máster UE-China: Cultura y Economía, que destaca como el primero de esta categoría en el mundo empresarial hispano-chino y en todo el territorio español.

América Latina también tiene su cuota en la oferta académica española. Destacan: el máster Universitario en Integración Regional: UE-América Latina y el máster Universitario en América Latina y la Unión Europea: una cooperación estratégica, ambos impartidos por la Universidad de Alcalá en Madrid.

El Mediterráneo sigue siendo un tema clave y de gran relevancia para los intereses españoles a nivel geoestratégico y, por ende, europeos. Así, la UCM junto con el Euro-Mediterranean University Institute (EMUI) ofrecen el máster European Union and the Mediterranean: Historical, Cultural, Political, Economic and Social Basis. Se trata de un máster pionero en este ámbito, dirigido a un público amplio (sociólogos, politólogos, juristas, economistas, periodistas, etcétera) y, predominantemente, destinado a la investigación.

Todo ello, puede completarse con los cursos que ofrece la escuela diplomática de Madrid sobre la Unión Europea. El temario comprende cuatro áreas de interés (Evolución de la integración europea; las Instituciones y el Derecho de la Unión Europea; las políticas de la Unión Europea; Relaciones Exteriores de la Unión Europea; España en la Unión Europea) y combina el conocimiento teórico con una visión práctica tal y como reza la página web del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación. Tiene una duración de tres meses.

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Estudios Europeos en la UE 2018.

Si comparamos la oferta académica española con la de nuestros países vecinos, no dista mucho de lo que ocurre en España. Los programas son muy parejos: máster en Estudios Europeos, máster en marketing empresarial China-Europa, máster sobre Derecho Comunitario, etcétera. Destaca también, como comentan fuentes del Instituto de Estudios Europeos de la Universidad de Varsovia, la escasez de programas de Estudios Europeos en Polonia. Afirman que son “más bien estudios de postgrado sobre Derecho Comunitario”. Con todo, merece especial mención el máster que ofrece la institución de estudios europeos de postgrado del Colegio de Europa de Brujas (con campus en Natolín, Polonia). En este centro de excelencia, parada obligatoria para aquellos que deseen desarrollar su carrera profesional en el corazón de Europa, se imparten varios programas que menciona Luis Bouza, profesor y ayudante Doctor de la Universidad Autónoma de Madrid y profesor invitado en el Colegio de Europa: máster en Arts in European Political and Administrative Studies, máster en Arts in European Economic Studies, máster en European Law (LL M), máster en European International Relations and Diplomacy Studies y máster de Arts in European Interdisciplinary Studies. Su bolsa de trabajo es bien conocida entre los funcionarios de las instituciones europeas.

¿Por qué la oferta académica en Estudios Europeos podría resultar ser escasa en España?

Entre los motivos que podrían explicar la oferta tan magra en España, localizamos dos más evidentes. El primero es que los estudios de Relaciones Internacionales siguen siendo los más populares y elegidos entre los estudiantes de grado y de postgrado por su visión más amplia del panorama internacional. El segundo motivo corresponde a que, tradicionalmente, los estudios sobre la UE se han venido centrando más en el Derecho Comunitario o en la Política Exterior de la UE obviando otros aspectos como la política energética o migratoria como arguye la profesora Ruth Ferrero. En España, continúa, “existen pocos estudios de postgrado que realicen un enfoque holístico en relación con la UE y sus políticas”. Esther Barbé, por su parte, entiende que la adaptación de los programas a la universidad depende siempre de los recursos económicos con los que cuente la institución. Argumento que valida Luis Bouza esgrimiendo que la universidad española está muy burocratizada y que en numerosas ocasiones “le cuesta reaccionar ante los programas nuevos”.

Aun así, hay que destacar que todo lo mencionado en las líneas anteriores no ha supuesto obstáculo alguno para que estos programas tengan un gran prestigio fuera y dentro de España. Todos ellos destacan por su profesionalidad, por un alumnado y profesorado internacional, por la oficialidad del programa, por su vertiente pluridisciplinar y, sobre todo, porque muchos de los programas son impartidos en inglés y en español.

España: país euro entusiasta

Para España, Europa importa (el Eurobarómetro Standard de otoño de 2017, confirma a España como uno de los países más europeístas de la UE). España apuesta por la UE, por su integración, su construcción y, desde la capital europea, se hace todo lo posible por proyectar el “más España en Europa”. Esto queda patente con la presencia de numerosos españoles en puestos clave de las instituciones y agencias europeas, en organismos como las consultoras, los grupos de presión, los despachos de abogados o las empresas españolas con presencia en Bélgica.

Para llegar hasta ahí, el camino es arduo, pero no imposible. Si el interesado busca unas prácticas relacionadas con el entramado europeo, las alternativas son varias:

La primera elección del recién graduado siempre son las instituciones europeas como señalan desde distintas universidades españolas (UAB, CEU y UAM): Comisión Europea (también hay una Representación en España), Parlamento Europeo, Banco Central Europeo, Banco Europeo de Inversiones, Tribunal de Justicia de la UE, Consejo Europeo de la UE, Servicio Europeo de Acción Exterior, Tribunal de Cuentas, etc. y organismos europeos: Comité Económico y Social, Comité de las Regiones.

Otra opción igualmente conocida, son los programas de prácticas en las delegaciones de las distintas Comunidades Autónomas en Bruselas, en la Representación Permanente de España ante la UE, en la Embajada de España en Bélgica, en el Consulado de España en Bélgica, en los Centros de investigación y Think tanks (tanto españoles como extranjeros), en las agencias europeas (de Derechos Fundamentales de la UE, de Control de Pesca, de Medio Ambiente, de Seguridad Aérea o FRONTEX, de Defensa, etcétera), en los organismos internacionales como UNRIC, la OSCE o la OTAN (Bruselas, Mons (Bélgica) o la Haya (Países Bajos), en las organizaciones no gubernamentales, en el sector privado (despachos de abogados, empresas, bancos, consultoras), en la sección de internacional y de temas europeos de los medios de comunicación (prensa, radio, televisión e Internet), en la red de oficinas económicas y comerciales de España en el exterior o en la Cámara Oficial de Comercio de España en Bélgica y Luxemburgo, por poner algunos ejemplos.

Igual de interesante y además integra todo lo mencionado en las líneas previas, resulta echar un vistazo a estos dos buscadores de trabajo en Bruselas: EuroBrussels o Euractiv que recogen y publican todas las ofertas de trabajo relacionadas con los organismos internacionales.

No hay que obviar la existencia de becas como las que ofrecen las distintas Comunidades Autónomas y el MAEC-AECID (para poder entrar en el Colegio de Europa, por ejemplo) o la Caixa para estudiar en el extranjero o sin ir más lejos, las Eurobecas cuyo objeto es la subvención de prácticas formativas en el ámbito de la Unión Europea.

Por último, hay que mencionar la opción EPSO (Oficina Europea de Selección de Personal) que equivale al estudio de unas oposiciones, pero à l’Européenne convirtiéndose el egresado en funcionario de la UE.

“A los estudiantes les falta la parte técnica, aunque haya buenas ideas”

“La generación Y, también conocida como la generación del milenio, viene muy preparada y muy consciente de la elevada competitividad que existe a su alrededor”, relata Josep de Dios. Lograr el elemento diferenciador (por ejemplo, ser bilingüe en ruso o en chino) ya no es poco común en España. Las universidades, conscientes de todo ello, preparan de manera muy profesional al alumno: los enseñan a hablar en público, a preparar entrevistas o simulacros de negociación tipo los European Horizons de la Universidad de Yale (y también de la UAB) o la European Law Moot Court (CEU), les imparten seminarios especiales sobre temas actuales como han asegurado desde la UAB y el CEU. Todo ello, con el fin último de aproximarlos lo más cerca posible a la realidad que les espera, cuenta Ruth Ferrero. Un complemento a la labor de la universidad es el factor ‘antiguos alumnos’, el servicio de carreras profesionales (la bolsa de trabajo), pero, sobre todo, las estancias en el extranjero (intercambio) que les permite no solo ver otras materias y otros enfoques sino la inmersión internacional como destaca Josep de Dios (UAB).

Todos los profesores entrevistados coinciden en que el alumnado, en general, tiene espíritu crítico y capacidad creativa, motivados y fomentados en gran medida por las universidades a través de los seminarios, simulaciones y otras actividades complementarias. Sin embargo, también destacan que tienen menos ideas bien fundamentadas para impulsar el proyecto europeo, principalmente, porque se hallan al inicio de su vida profesional.

El mundo está siendo testigo de un terremoto geoestratégico que puede poner patas arriba el tablero de las RRII. Vivimos un momento de cambio político y social en el corazón de Europa. Un tira y afloja entre ‘lo de antes’ y ‘lo de ahora’. A veces, se critica a los europeos por la falta de rumbo, por no tener una voz común y por ser demasiado benévolos. Muchos académicos e investigadores incluso alzan sus voces y preguntan como si se dirigiesen al oráculo de Delfos: ¿dónde estará la UE en los próximos años? ¿Qué papel debería de jugar? Lo cierto es que Europa seguirá pisando fuerte dentro y fuera de este conglomerado de países y regiones. Lo que necesitamos son nuevas generaciones que sigan avanzando en este proyecto, que aporten capacidad crítica y sean capaces de poner sobre la mesa los problemas y preocupaciones del siglo XXI e incluso ir más allá. Ha llegado su momento. Dejémosles espacio.