Sin el Islam, el mundo sería el mismo. Sin el Islam, el mundo sería totalmente distinto. En el artículo ‘Un Oriente Medio sin Islam’ (FP edición española, febrero/marzo, 2008), Graham Fuller parece incapaz de decidirse. Al principio, dice: “¿Y si el islam no hubiera existido? En realidad, el mundo no sería tan diferente al que conocemos”. Lo que defiende es una afirmación más general: si se elimina cualquier religión, el mundo seguiría igual. Según su punto de vista, la fe no es más que un epifenómeno, un velo tras el que se ocultan las realidades culturales y económicas más profundas, que constituyen las verdaderas fuerzas de la historia.

Sin embargo, en mitad del ensayo, el autor experimenta un cambio de opinión considerable, y escribe: “En un mundo sin islam, al imperialismo europeo le habría costado mucho menos dividir, conquistar y dominar Oriente Medio y Asia”. Pero, si el islam –como religión– ha impedido que Occidente haga realidad su destino manifiesto de hegemonía mundial, entonces ha desempeñado un papel decisivo e insustituible. El obstáculo a las ambiciones universales del imperialismo occidental, en opinión del autor, es el especial vínculo religioso con el que la fe islámica une a los distintos grupos étnicos de Oriente Medio y Asia en un frente unido. Debido a ese vínculo, Occidente se encuentra ante toda una civilización que se resiste ferozmente a sus intentos de dominación. Es el islam–como religión– el que ha impedido que consumara su anhelado objetivo de alcanzar el fin de la historia. Es el responsable del choque de civilizaciones. En resumen, el autor acaba ofreciendo un poderoso argumento en favor de la tesis que pretende refutar. Las religiones sí importan. Moldean la historia, a menudo de forma más decisiva que las causas sociales y económicas supuestamente más profundas, que han centrado de manera desmesurada la atención de los historiadores modernos.

  •  Lee Harris
    Autor de ‘The Suicide of Reason: Radical Islam’s Threat to theWest’,
    Georgia, EE UU

 

Fuller ofrece un recordatorio muy necesario, para quienes siguen viendo el mundo sin espíritu crítico y reducen la política mundial y el terrorismo al islam, de que las causas fundamentales del enfrentamiento y el terrorismo son las ambiciones políticas y económicas y los sentimientos de agravio, no la religión. Aunque no hubiera existido el islam, Oriente Medio también habría sufrido formas de imperialismo occidental (cristiano) y conflictos derivados de cuestiones relacionadas con la etnia, el nacionalismo y el acceso a los recursos y los mercados, además de por la religión.

La ausencia del islam no habría evitado las guerras de fe, sólo cambiado su naturaleza. Sin él, el cristianismo occidental no se habría convertido en la forma dominante de cristianismo: se habría supeditado al cristianismo ortodoxo oriental. ¿Qué relación tienen las reflexiones de Fuller con la política actual en el mundo y en Oriente Medio? Como élmismo opina y confirman los sondeos mundiales de Gallup de 2005 y 2006, lo fundamental es que las cuestiones de democratización, violencia, terrorismo e igualdad entre sexos dependen de fuerzas políticas, económicas y sociales, y también de la religión. Sin el islam, el Holocausto –con sus firmes raíces en el cristianismo occidental–, el deseo y la necesidad de un Estado judío y, en definitiva, la creación de Israel, también se habrían producido. Las víctimas y los oponentes de la ocupación israelí no habrían sido palestinos musulmanes y cristianos sino, simplemente, palestinos cristianos. Tendemos a olvidar que, desde los primeros siglos de la historia del islam, los cristianos ortodoxos orientales han sido también víctimas del imperialismo occidental y están entre los más feroces adversarios de la ocupación israelí.

  •  John Esposito
    Catedrático de Religión y Asuntos Internacionales, Universidad de Georgetown,
    Washington, EE UU

 

Fuller sugiere que, si se eliminara el islamde la historia, elmundo habría acabado exactamente donde está hoy. Sin embargo, según los libros de historia islámicos, el pueblo árabe antes de la existencia de la fe musulmana gozaba de más tolerancia religiosa que después de su introducción. Cree que la violencia en el mundo islámico es, en parte, una consecuencia de la indignación por la política exterior de Estados Unidos y su relación con Israel, pero no demuestra de qué forma eso ha provocado las brutales matanzas entre los propios musulmanes, como en Argelia e Irak.

Fuller se olvida de que muchos de los grupos separatistas que han llevado a cabo atentados en Europa también eran musulmanes. Y no puede explicar por qué los árabes cristianos cometen muchos menos actos terroristas que los musulmanes, pese a vivir en las mismas circunstancias socioeconómicas y políticas.

Si el islam no existiera, seguramente habríamos tenido un mundo violento de todas formas. Pero su existencia es la causa de que hayamos presenciado la decapitación de inocentes en nombre de Dios, salvajes atentados suicidas casi a diario en nombre de la religión y lapidaciones de mujeres en nuestros tiempos. Está claro que la mayor parte del mundo rechaza hoy esas prácticas brutales, con la excepción de los países islámicos. Lo cierto es que el islam existe y debemos pagar las consecuencias. Realizar el examen hipotético de un mundo sin la fe musulmana es un intento evidente de eximirlo de las atrocidades que siguen produciéndose en su nombre, y es un ejercicio de deshonestidad intelectual y analítica.

  •  Tawfik Hamid
    Autor de ‘Inside Jihad’,
    Washington, EE UU

 

Graham Fuller responde:

Lee Harris se ha apresurado a advertir el elemento de contradicción que contiene mi artículo sobre si el islam ha tenido impacto histórico o no. Me confieso culpable, y en mi ensayo decía que sería absurdo negar su influencia en la historia. Pero cualquier ejercicio hipotético corre ese peligro. Mi propósito era contrarrestar el argumento imperante de que todos los problemas en las relaciones entre Oriente y Occidente son culpa del islam y explicar la influencia de otras fuerzas. Sin embargo, no estoy de acuerdo en que “el islam es el responsable del choque de civilizaciones”, como sugiere Harris, como tampoco lo es el cristianismo. Las responsables del choque de civilizaciones son las civilizaciones.

John Esposito presenta un argumento importante: sin el islam, la Iglesia católica occidental habría tenido un rival mucho más serio en la Iglesia ortodoxa oriental, y las posibilidades de un conflicto religioso prolongado entre las dos habrían sido mucho mayores. Tawfik Hamid tiene razón al decir que se producen asesinatos brutales en Argelia e Irak, pero me pregunto si, en la mayoría de los casos, pueden atribuirse a la religión. No pretendo eximir a los yihadistas radicales, pero dicha violencia, a lo largo de la historia, la han practicado incontables grupos en nombre de la religión, la raza, la ideología laica y la lucha de clases. Los seres humanos siempre han sabido crear diferencias entre sí mismos y los otros y utilizarlas para justificar actos terribles contra los demás.