DESPUÉS DE UNA RUEDA de prensa posterior a  un torneo que gané en 1997 o 1998, me  preguntaron: “¿Qué le falta por hacer en el  mundo del ajedrez?”. Respondí que tenía un hijo,  que había nacido en 1996 y que quería que viese  a su padre ganar un gran torneo. A finales de  2004, jugué el Campeonato Nacional de Rusia.  [Mi hijo] ya tenía 8 años y gané de forma contundente. Obtuve la  medalla de oro y en  la ceremonia de  clausura se la  puse alrededor  del cuello. Eso  es todo [lo que  me faltaba por  hacer].

PARA MUCHOS RUSOS,millones ymillones, el año  1991 fue un desastre. No porque tuvieran alguna  ilusión sobre la Unión Soviética, sino porque querían un  cambio, democracia, libertad, una vidamejor y, en vez  de eso, consiguieron unmontón demierda de caballo.

NO DEBERÍA ESTAR CONFUNDIDO por los  trajes caros, los jets y los yates de lujo. [Putin y los  oligarcas] son diferentes y siempre le odiarán. La  pregunta es si mezclarán este odio con miedo o con  desprecio. Hasta ahora [creo que] esto último.

[LA OPOSICIÓN EN RUSIA] no tiene una estrategia a  largo plazo. Estamos luchando para sobrevivir a diario.

RECUERDO A UNO DE LOS GUARDIAS que me seguía  por la azotea [de la cárcel] por la que estaba paseando,  y me preguntó: “¿Cómo es que un hombre que  consiguió la gloria como usted ha terminado en  prisión?”. Y yo le respondí: “En Rusia, la gente está en  prisión por dos razones: por asesinato o por la verdad”.

Gari Kaspárov, maestro del ajedrez, es activista por la democracia en Rusia.