El país necesita reducir las importaciones para equilibrar su economía.
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AFP/Getty Images |
Vestido con una camisa de oro de tres quilos de peso, con brazaletes en cada una de sus muñecas y un entramado tupido de collares que casi ocultaba su cuello. Así compareció ante los medios Datta Phuge, un empresario indio que a principios de año se ganó el apelativo de hombre de oro. La excentricidad de este moderno rey Midas pone cara a la estadística: India es el primer consumidor mundial del metal dorado y su apetito por él parece difícil de frenar, aunque la economía del país se resienta.
“Apelo a la gente a contener su pasión por el oro”, pedía en mayo el ministro de Finanzas indio, Chidambaram Palaniappan. Y no es la primera vez que lo intenta. La demanda del país sólo puede saciarse con metal importado porque el territorio produce una cantidad ínfima en relación con lo que consume (el año pasado, más de ochocientas cincuenta toneladas). Al mismo tiempo, la crisis económica en Occidente ha reducido el volumen de productos que India exporta, por lo que la balanza comercial se ha desequilibrado: el país vende menos al exterior pero sigue comprando mucho. El resultado, un déficit por cuenta corriente disparado hasta el 6,7% del producto interior bruto en el último trimestre de 2012. Según las estimaciones del Banco Central de India (RBI, en sus siglas inglesas), sobrepasar los tres puntos porcentuales puede entrañar riesgos económicos.
Las importaciones de oro, petróleo y carbón conforman el núcleo duro responsable del desajuste, pero los analistas coinciden en que limitar la adquisición de las dos últimas mercancías frenaría el desarrollo del elefante asiático. Por eso el Gobierno ha iniciado una campaña para mitigar la fiebre dorada y en dieciocho meses ha cuadruplicado las tasas de importación. Asimismo, el RBI ha pedido a los bancos indios que rebajen la oferta de productos relacionados con el metal en sus sucursales.
El oro tiene un arraigo sólido en la sociedad india. Se estima que en los hogares se guardan dieciocho mil toneladas, una parte importante de las cuales está repartida por las zonas rurales, donde millones de personas no tienen cuenta corriente en el banco y usan el oro como alternativa de ahorro. No existen diferencias entre la compra de adornos o de productos de inversión. El metal amarillo en todas sus formas es un activo que se vende en épocas adversas y se adquiere en tiempos prósperos.
Las joyas acaparan más de la mitad de la demanda y las bodas, con un peso social muy importante en India, constituyen el principal momento de compra. El Consejo Mundial del Oro (WGC, en inglés) calcula que entre un 30 y un 50% del presupuesto del enlace se invierte en alhajas, especialmente para la novia. El paquete nupcial básico incluye pendientes, collares y brazaletes, pero las mujeres indias buscan ...
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