En el último Índice del Terrorismo, unos cien prestigiosos expertos estadounidenses en política exterior ven un mundo cada vez más peligroso, una estrategia en muy mal estado y una guerra de Irak que ha perdido el rumbo de forma alarmante.

Los estadounidenses piensan más que nunca en la guerra contra el terrorismo. Pero eso no quiere decir que hayan pasado a tener la misma visión en blanco y negro que muchos cargos políticos. Los sangrientos conflictos de Irak y Afganistán, los continuos atentados terroristas desde Gran Bretaña hasta Somalia y unas elecciones presidenciales en las que los candidatos están definiéndose en función de cómo actuarían frente a las amenazas forman un conjunto en el que muchos ven varios matices de gris. Seis años después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, sólo el 29% de los estadounidenses cree que EE UU está ganando la guerra contra el terrorismo, el porcentaje más bajo en todo el tiempo transcurrido desde entonces. Pero, a la vez, se sienten seguros. Seis de cada 10 dicen que no creen que sea inminente otro ataque. Asimismo, más del 60% de los estadounidenses dicen hoy que la decisión de invadir Irak fue un error. Sin embargo, cerca de la mitad apoyaría una acción militar de ese tipo para impedir que Irán obtenga un arma nuclear.

El 91% cree que el mundo se está convirtiendo en un lugar más peligroso

El hecho de que existan esos puntos de vista aparentemente tan incompatibles puede deberse, en parte, a que se nos pide cada vez más que conciliemos una apabullante variedad de amenazas y un enemigo nebuloso que escapa a los convencionalismos. En Irak, por ejemplo, el refuerzo (surge) de las tropas estadounidenses que teóricamente debería pacificar Bagdad sólo sirve para aumentar la violencia en otros lugares del país. En Oriente Medio en general y en el sur de Asia, algunos de los Estados que son los principales aliados de Estados Unidos han servido precisamente de caldo de cultivo de los terroristas a los que se pretende llevar ante la justicia. Tener claras las prioridades ante paradojas tan difíciles puede ser complicado. Por tanto, ¿cómo podemos aclarar si la guerra contra el terrorismo está haciendo que EE UU sea más seguro o más peligroso?

Para averiguarlo, Foreign Policy y el Centro para el Progreso Americano han vuelto a preguntar a la gente que ha dirigido el aparato de seguridad nacional de Estados Unidos durante el último medio siglo. Elaborado con las respuestas de más de un centenar de los mayores expertos estadounidenses en política exterior –tanto republicanos como demócratas–, el Índice del Terrorismo es el único intento exhaustivo y no partidista de descubrir lo que opinan las más altas esferas del aparato de política exterior de EE UU sobre la actuación de este país en la guerra contra el terrorismo. Publicado por primera vez en julio de 2006, y de nuevo el pasado mes de febrero, el tercer Índice pretende sacar conclusiones definitivas sobre las prioridades, las estrategias y la marcha de la guerra. Sus participantes han sido, entre otras cosas, secretarios de Estado, consejeros nacionales de seguridad, asesores del Gabinete del presidente, altos mandos del Ejército estadounidense, miembros veteranos de los servicios de inteligencia y destacados profesores. El 80% ha trabajado en la administración: más de la mitad en el Ejecutivo, un 32% en el Ejército y un 21% en los servicios de espionaje.

El mundo que ven hoy estos especialistas es más amenazador. Nada menos que el 91% dice que es cada vez más peligroso para Estados Unidos y los estadounidenses, 10 puntos más que en febrero. El 84% no cree que la superpotencia esté ganando la guerra contra el terrorismo, lo que representa un aumento de 9 puntos respecto a hace seis meses. Más del 80% cree que habrá un atentado de las dimensiones del 11-S antes de 10 años, un resultado similar al de hace un año.

En el lado positivo, parece que muchos de los organismos encargados de garantizar la seguridad nacional de EE UU han mejorado. Seis de nueve de ellos, incluidos los Departamentos de Estado y de Defensa, obtienen una puntuación por encima de la media en la escala asignada por los expertos, del 0 al 10. Hace un año, sólo uno superaba la media. La Agencia Nacional de Seguridad es la que sale mejor parada, con una nota media de 6,6. Sin embargo, muchas de las políticas que llevan a cabo esos organismos no obtienen tan buenas puntuaciones. Los expertos critican con dureza casi todas las estrategias de política exterior del Gobierno, desde las actividades de vigilancia interior y la detención de presuntos terroristas en Guantánamo, hasta las políticas de energía y los esfuerzos estadounidenses en el proceso de paz de Oriente Medio. Más de 6 de cada 10 expertos, por ejemplo, creen que las políticas energéticas de EE UU están afectando de forma negativa a la seguridad nacional del país. También se muestran muy críticos con el hecho de que la CIA ponga a sospechosos de terrorismo en manos de países donde se sabe que torturan a los presos y la política del Pentágono de juzgar a los detenidos en tribunales militares.

No obstante, ningún otro proyecto del Gobierno estadounidense recibe críticas más duras que la guerra de Irak. Es más, dicho conflicto parece ser la causa fundamental del pesimismo de los expertos sobre el estado de la seguridad de EE UU. Casi todos los especialistas del Índice –92%– dicen que la guerra de Irak tiene repercusiones negativas para la seguridad de la superpotencia, un aumento de 5 puntos respecto al 2006. Las impresiones negativas del conflicto en el país árabe están presentes en todo el espectro político: el 84% de los que se llaman a sí mismos conservadores tiene una visión poco halagüeña de los efectos de la guerra. Más de la mitad de los expertos se opone hoy a la decisión de la Casa Blanca de mandar más tropas a Bagdad como refuerzo, un extraordinario aumento de 22 puntos respecto a hace sólo seis meses. Casi 7 de cada 10 apoyan la retirada.

También parece que, escarmentados por los combates en Irak, los profesionales relacionados con la seguridad estadounidense están deseosos de no cometer los mismos errores en otros lugares. Por ejemplo, aunque la mayoría –83%– no cree que Teherán esté diciendo la verdad cuando afirma que su programa nuclear tiene fines pacíficos y civiles, sólo el 8% está a favor de responder con ataques militares. En cambio, 8 de cada 10 dicen que Estados Unidos debería recurrir a sanciones o negociaciones diplomáticas para intentar que el país persa renuncie a sus ambiciones nucleares. Igualmente, la mayoría de los expertos está a favor de entablar algún tipo de conversaciones con grupos a los que puede calificarse de organizaciones terroristas pero que han obtenido el apoyo popular en las urnas, como Hamás en los territorios palestinos y Hezbolá en Líbano. Es un indicio de que, al cabo de seis años, quizá estemos iniciando un nuevo capítulo en la guerra contra el terrorismo.

 

EL FRACASO DEL REFUERZO
El 53% opina negativamente sobre el impacto del refuerzo de las tropas estadounidenses en Bagdad

Seguramente, el resultado de la guerra de Irak depende a estas alturas, en gran parte, del éxito o el fracaso del llamado surge (refuerzo). Desde el mes de febrero, la Casa Blanca ha enviado 28.000 soldados más a Bagdad para intentar sofocar la violencia. El control de la capital mediante el uso de una fuerza abrumadora es un elemento clave del plan contra la insurgencia elaborado por el general David Petraeus, jefe supremo de las tropas estadounidenses en Irak y el mayor experto del Ejército contrainsurgencia. El despliegue se completó en junio y el número de soldados estadounidenses hoy en Irak es el mayor desde 2005. Ahora bien, ¿está sirviendo para algo el plan? [Por ahora, la Casa Blanca está a la espera de que Petraeus presente en el Congreso, a mediados de septiembre, un informe sobre si se están realizando o no progresos en Irak].

Más de la mitad de los expertos del Índice dice que el refuerzo está teniendo consecuencias negativas para la seguridad de Estados Unidos, un porcentaje que es 22 puntos superior al de hace sólo seis meses. El sentimiento lo comparten personas de los dos partidos; el 64% de los expertos conservadores dicen que el refuerzo tiene un efecto negativo o ningún efecto. Cuando se pide a los especialistas que califiquen al Gobierno de EE UU por su forma de dirigir la guerra de Irak, el resultado es aún peor, puesto que conceden a la campaña en el país árabe, en su conjunto, una nota media de 2,9 en una escala de 10 puntos. La labor de diplomacia pública del Ejecutivo fue la única política que sacó peor nota.

Estas opiniones negativas son quizá el resultado, en parte, de la aparente convicción de los especialistas de que, de aquí a 10 años, el mundo no se habrá recuperado todavía de las consecuencias de la guerra. El 58% de los expertos entrevistados dice que, dentro de 10 años, las tensiones entre suníes y chiíes en Oriente Medio habrán aumentado de modo drástico. El 35% cree que los dictadores árabes habrán decidido no emprender reformas. Por otro lado, sólo el 5% cree que Al Qaeda será más débil, mientras que sólo el 3% cree que Irak será un modelo de democracia en su región. Si todo esto es así, el refuerzo y cualquier otro gran giro táctico que se haya realizado con toda seguridad ha sido demasiado escaso y ha llegado demasiado tarde.

 

UNA PESADILLA PERFECTA

En Pakistán podría estar fraguándose una tormenta terrorista perfecta. Al preguntar qué país les parece el que tiene más probabilidades de ser el próximo bastión de Al Qaeda, más expertos escogen Pakistán que ningún otro Estado, incluido Irak. Según las informaciones, Bin Laden vive escondido en la frontera montañosa de ese país con Afganistán, donde Al Qaeda también está reagrupándose; se dice que los servicios de inteligencia del país colaboran con elementos islamistas radicales, y el futuro del presidente Pervez Musharraf parece cada vez más en peligro. Estos hechos no serían en sí tan preocupantes si los especialistas no dijeran también que Pakistán es el Estado con más probabilidades de transferir tecnología nuclear a terroristas en un plazo de tres a cinco años. Estos dos datos unidos forman una combinación aterradora.

Paises con posibilidades de transferir tecnología nuclear a terrorista

Ahora bien, aunque existe un amplio consenso sobre los peligros que representa Pakistán, hay poco acuerdo sobre qué hacer al respecto. Un número escaso de expertos entrevistados, menos de 1 de cada 3, está en favor de amenazar a este país con sanciones. La misma proporción apoya que Estados Unidos incremente su ayuda a este Estado. Esta respuesta tan confusa pone de relieve el enigma que constituye Pakistán para los responsables políticos estadounidenses. Lo que está claro es que los especialistas no quieren que se siga haciendo lo mismo que hasta ahora: más de la mitad cree que la política actual estadounidense respecto a Pakistán tiene efectos negativos sobre la seguridad de EE UU. Dar con la estrategia acertada puede ser fundamental para que el mundo pueda impedir la formación de los negros nubarrones que se avecinan.

 

NOS SEGUIRÁ EL ENEMIGO CUANDO VOLVAMOS A CASA
El 49% opina poco probable que la retirada de EEUU de Irak conduzca a un ataque terrorista

Éste es quizá el argumento más habitual –y, para muchos, el más convincente– en contra de una rápida salida de Irak: retirar las tropas no haría más que trasladar el frente de las calles de Bagdad a las calles de cualquier ciudad de Estados Unidos. O, como suele decir el presidente George W. Bush, “el enemigo nos seguiría a casa”.

¿De verdad? Es una perspectiva que a los expertos preguntados les parece poco probable. Sólo el 12% cree que habría atentados terroristas en EE UU como consecuencia directa del regreso de las tropas de Irak. El otro 88% dice, o bien que esa perspectiva es poco probable, o que no ve ninguna relación entre la retirada y posibles ataques dentro de Estados Unidos. Es una opinión que comparten miembros de ambos partidos: el 58% de los conservadores afirma que no cree que se produjeran atentados en el país como consecuencia de la salida militar en Irak.

Eso podría explicar por qué una mayoría de expertos de ambos partidos, el 68%, está a favor de sacar a las tropas en los próximos 18 meses. Aunque la mayoría se opone a la retirada inmediata, la situación en Irak se ha deteriorado hasta el punto de que 1 de cada 5 expertos, incluido el 25% de los conservadores, sí está hoy a favor de esa medida. Si la opinión sigue derivando en este sentido, será cada vez más difícil explicar por qué no están volviendo ya las tropas a casa.

 

EL PRÓXIMO FRENTE
El 47% opina que Jordania es el pais vecino de Irak con más posibilidades de contagiarse de la violencia

La violencia desatada en Irak ha suscitado el espectro de que los países vecinos puedan contagiarse de un salvajismo similar. Muchos temen que pueda extenderse a Turquía, que, según las informaciones, ha acumulado tropas en su frontera con Irak, o en Arabia Saudí, que ha sufrido varios atentados recientes de Al Qaeda, entre ellos la bomba que destruyó un complejo residencial en Riad en 2003. Sin embargo, los expertos preguntados temen más por las perspectivas de otro Estado vecino. Casi la mitad dice que Jordania es el que tiene con más probabilidades de contagiarse de la violencia iraquí: casi el doble de entrevistados lo escoge frente a cualquier otro país. El reino hachemí ya ha sido blanco de terroristas que actúan desde su refugio en Irak, como en el caso de las bombas contra hoteles de Ammán en 2005, y en la actualidad alberga al segundo mayor contingente de refugiados iraquíes. Dado lo poroso de las fronteras y que además tiene su propio movimiento islamista local, el resultado es una mezcla volátil que podría estallar en cualquier momento.

Soldados armados en un puesto defensivo

 

DESCIFRAR LAS PALABRAS

La campaña presidencial en Estados Unidos está dominada por los problemas de política exterior. ¿Hasta qué punto coincide la retórica de los candidatos con las opiniones de los expertos en asuntos internacionales más respetados del país? Eche un vistazo

Prominentes políticos norteamericanos

Senadora Hillary Clinton: “Creo que estamos más seguros que antes”.
3 de junio de 2007
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Expertos del Índice del Terrorismo: La inmensa mayoría, 91 %, cree que el mundo es cada vez más peligroso para Estados Unidos y los estadounidenses.

Alcalde Rudy Giuliani: “Apoyo el refuerzo de tropas del presidente. Más importante aún, apoyo el cambio de estrategia…" 10 de junio de 2007.

Expertos del Índice del Terrorismo: La mayoría, 83 %, cree que el refuerzo ha tenido un efecto negativo o ningún efecto sobre la guerra de Irak.

Senador John McCain: “Si perdemos esta guerra y volvemos a casa, nos seguirán". 10 de mayo de 2007.

Expertos del Índice del Terrorismo: Casi 9 de cada 10 dicen que no creen que se produzcan atentados terroristas en territorio de Estados Unidos como consecuencia de la retirada de Irak.

Senador Barack Obama: “Debemos mantener aislado a Hamás”. 2 de marzo de 2007.

Expertos del Índice del Terrorismo: Más del 70% cree que Estados Unidos debe entablar conversaciones con Hamás, y no aislarlo.

Gobernador Mitt Romney: “Éste es el momento… de aumentar nuestro aislamiento diplomático de Irán". 18 de febrero de 2007.

Expertos del Índice del Terrorismo: Ocho de cada 10 apoyan el inicio de un diálogo bilateral con Teherán sobre su programa nuclear.

Senador John Edwards: “[El Congreso] debería rectificar su error y emplear su poder constitucional de financiación para forzar la retirada inmediata de Irak". 10 de julio de 2007.

Expertos del Índice del Terrorismo: Casi el 80% de los expertos se opone a la retirada inmediata de las tropas estadounidenses de Irak.

 

El 34% elige a Rusia como el aliado que menos srive a los intereses nacionales de seguridad de EEUU

MALA RELACIÓN CON RUSIA

Con tantos quebraderos de cabeza actuales en política exterior, a Washington le vendría bien tener unos cuantos amigos en los que apoyarse. Según los expertos preguntados por el Índice, Moscú no es uno de ellos. Al pedirles que escojan cuál de los aliados de EE UU es el menos útil para los intereses estadounidenses, el 34% responde que Rusia, muy por encima de amigos tan complicados como Pakistán y Arabia Saudí. ¿Por qué es Rusia un aliado que casi no merece la pena? El Kremlin habla con frecuencia en contra de la guerra de Irak, denuncia el liderazgo de Estados Unidos en el mundo y se niega a respaldar las sanciones internacionales más estrictas contra Irán. Tampoco ayuda el hecho de que el presidente ruso, Vladímir Putin, juege cada vez más a ser el hombre fuerte, con ataques a la prensa y a cualquier otro grupo que se atreve a poner en tela de juicio su Gobierno. Todo esto es suficiente, sin duda, para que una superpotencia reflexione sobre las compañías que frecuenta.

 

 

 

¿Algo más?
Para ver los resultados completos, la lista de los participantes en el Índice y los detalles de la metodología utilizada en el sondeo, visitar ForeignPolicy.com y AmericanProgress.org.

Centro de Contraterrorismo de EE UU sigue la pista de casos de actividad terrorista en todo el mundo en su informe anual, ‘Informe sobre Acciones Terroristas’, disponible en su web. Lee Hamilton, Bruce Hoffman, Paul Pillar y otros expertos en terrorismo evalúan la marcha de la guerra contra el terrorismo en ‘State of the Struggle: Report on the Battle Against Global Terrorism’ (Council on Global Terrorism, Washington, 2006).

Jessica Mathews propuso un plan para progresar en Irak en su testimonio ante el Comité de Fuerzas Armadas de la Cámara de Representantes, tal como figura en ‘The Situation in Iraq’ (18 de julio de 2007), disponible en la página web del Carnegie Endowment for International Peace. Para ver otros dos puntos de vista sobre cómo arreglar la situación en Irak, véanse ‘The New Strategy in Iraq’, de Frederick W. Kagan y Kimberly Kagan (The Weekly Standard, 9 de julio de2007), y ‘Strategic Reset: Reclaiming Control of U.S. Security in the Middle East’, de Brian Katulis, Lawrence J. Korb y Peter Juul (Center for American Progress, Washington, 2007). La participación de Pakistán en la guerra contra el terrorismo es el tema de la obra de Zahid Hussain Frontline Pakistan: The Struggle with Militant Islam (Columbia University Press, Nueva York, 2007). Para comparar, consulte el Índice del Terrorismo de 2006.

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