Activistas de Rebelión por la Extinción y Planeta Amazonas organizan una acción para concienciar a la entrada del Congreso Mundial de Energía Hidroeléctrica 2019 en París, Francia. (Samuel Boivin/NurPhoto via Getty Images)

He aquí los avances y retrocesos en los derechos de los pueblos indígenas en una América Latina que ha sufrido múltiples crisis en los últimos años. ¿Cuáles son las principales reclamaciones en la actualidad?¿Los nuevos gobiernos en Brasil, Colombia y Chile podrían traer nuevas oportunidades para estas comunidades?

No es fácil hacer un balance del impacto de los movimientos indígenas en América Latina en un período en el que la centralidad mediática ha sido ocupada por muchos otros temas. En los últimos años la pandemia de la Covid-19, la crisis económica, la polarización y el malestar ciudadano han abierto las páginas de los periódicos, relegando a menudo las demandas de las comunidades indígenas. Sin embargo, y a pesar de todo lo acontecido, las personas pertenecientes a los pueblos indígenas y sus movimientos han seguido interviniendo en política, resistiendo y luchando. Parafraseando (muy libremente) al escritor Augusto Monterroso, cuando despertamos de la pesadilla de la pandemia, los pueblos indígenas y sus reclamaciones todavía estaban allí.

Hace algo más de una década, en mayo de 2010, escribí un artículo en el que se pretendía hacer un balance del llamado Decenio Internacional de las Poblaciones Indígenas del Mundo (que se extendió desde 1995 hasta 2004) que declaró la Asamblea General de Naciones Unidas. En dicho texto se indagaban las razones que dieron visibilidad a las demandas de los pueblos indígenas y, sobre todo, analizaba el impacto político de sus movilizaciones en la región, poniendo un especial énfasis en la conquista de derechos; el control sobre determinados recursos y territorios; y el hecho de alcanzar cargos muy relevantes en algunas instituciones a través de competir electoralmente en formaciones indígenas de (entonces) nuevo cuño.  

Hoy, ya iniciado el 2023, es más complejo hacer un balance de los impactos de los pueblos indígenas en la política latinoamericana durante estos últimos años. Eso es así, en gran medida, por la menor visibilidad que han tenido dichos pueblos en las arenas políticas nacionales (con la excepción de Chile, que ya se mencionará) y por la centralidad que han conquistado otros temas, como el legado de la crisis sanitaria, la desaceleración económica, el incremento de la pobreza y la desigualdad y, sobre todo, por la irrupción fulgurante de figuras (y fuerzas) políticas con un discurso totalmente contrario a la diversidad, la inclusión y el multiculturalismo. La retórica elaborada por el ex presidente brasileño, Jair Bolsonaro, en su mandato ha sido, sin duda, el paradigma de lo ahora señalado. 

En este sentido se puede indicar que a lo largo de la última década ha habido un cierre de las oportunidades políticas que se abrieron, para los movimientos indígenas, a finales del siglo XX. Sin embargo, este fenómeno no quita un elemento crucial para la continua presencia en la política —de una forma u otra— de dichos pueblos en la ...