El ayatolá Alí Jamenei podría darnos la sorpresa este año de que Irán vuelve a un sistema parlamentario.

 

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Arranca otro año en el que Irán volverá a aparecer por doquier. Empezando por las elecciones presidenciales en Estados Unidos donde el debate sobre qué hacer con Irán y su programa nuclear ocupará grandes espacios y le dará golosinas al régimen de Teherán, que aprovechará la ocasión para seguir impulsando su retórica antiimperialista con la que quiere ser uno de los ganadores, o el Gran ganador, de los movimientos en el mundo árabe. Hasta ahora ha invertido millones en promover encuentros de toda índole relacionados con el “despertar islámico”, que Teherán ha interpretado como una gran victoria que emula la Revolución Islámica iraní de 1979. Sin embargo, la incertidumbre de lo que pueda pasar en Siria sigue siendo un fantasma para el Régimen Islámico que seguirá dando apoyo a Damasco para que logre controlar una situación que hace tiempo se le salió de las manos. Perder el  régimen de Bachar al Assad sería una gran derrota para Teherán que podría intentar apretar tornillos en otros países. Para empezar en Iraq, donde trabajará para consolidar más una influencia que no deja de ser dudosa en varios aspectos. Para empezar las grandes diferencias entre los chiitas de Iraq e Irán.

Pero mientras en Oriente Medio las fichas se mueven, lo más interesante sucederá dentro de casa con la economía en serios problemas. Será aún más llamativo con la aplicación de nuevas sanciones como el posible embargo al petróleo iraní, además de unas elecciones parlamentarias. Éstas nos revelarán si el presidente, Mahmoud Ahmadineyad, y su grupo pueden abrirse un espacio en el nuevo Parlamento a pesar de la batalla que se libra contra ellos desde el campo de los principalistas, que se venden como los verdaderos leales al régimen, los valores islámicos y el Líder Supremo, Alí Jamenei. Quien, por cierto, podría darnos la sorpresa este año de que Irán vuelve a un sistema parlamentario con un primer ministro y no con un presidente elegido por voto popular. Mientras tanto, y como si ya fuera poco, seguiremos teniendo noticias del programa nuclear iraní que según algunos expertos podría entrar en una nueva etapa en 2013. Al mismo tiempo estaremos a la expectativa de ver cuáles son las nuevas batallas de esa supuesta guerra encubierta que se libra contra este programa. ¿Más virus? ¿Nuevas explosiones? ¿Asesinatos? ¿Ataques? Esta última opción sería completamente absurda, lo que no significa que no pueda suceder.

Catalina Gómez Ángel, periodista afincada en Irán.