
Una vez celebradas las elecciones generales en Italia, y ante el claro triunfo de la coalición de los partidos Hermanos de Italia, Liga, Forza Italia y Nosotros moderados (con mayoría absoluta garantizada en el Parlamento), llega el momento de examinar los principales retos al que se enfrentará el Ejecutivo que sucederá al Gobierno Mario Draghi.
Ciertamente, la tercera economía de la eurozona ha de abordar, como el resto de países miembros de la Unión Europea, las consecuencias de la guerra iniciada el pasado 24 de febrero con la invasión rusa de la República de Ucrania. Entre esas consecuencias destaca con particular fuerza la subida del coste de la vida, que, aunque menor respecto a otros países (por ejemplo, España, que supera los dos dígitos desde el pasado mes de julio), en el caso transalpino está haciendo mucha mella, porque una subida que se estima en un mínimo del 8,5% obliga al Estado a destinar recursos (como el célebre “Decreto sobre ayudas” del Gobierno Draghi de julio pasado) que complican aún más el conocido principal problema de la economía italiana: su abultadísima deuda pública sobre PIB, cifrada en el 152% y que es la mayor de toda la UE.
Y eso que la economía del país salió muy fortalecida de la emergencia sanitaria provocada por el coronavirus, ya que en un solo año (2021), recuperó 6,3 puntos de los 8,9 perdidos en 2020. Es más, dentro del llamado “big four” (Alemania, Francia, Italia y España), es el aparato productivo italiano el que mejor está funcionando, aunque, como reconociera el propio Draghi (ahora Primer Ministro en funciones), se vislumbran “importantes nubes en el horizonte”.
La principal ventaja con la que va a contar este gobierno es que posee una amplia mayoría parlamentaria en un país con una clara tendencia a la fragmentación y en la que además existen no una, sino dos cámaras con igual capacidad legislativa. En ese sentido, para encontrar una mayoría parecida (aunque en este caso incluso superior) resulta necesario remontarse a los tiempos de los gobiernos Matteo Renzi (febrero de 2014-diciembre de 2016) y Paolo Gentiloni (diciembre de 2016-mayo de 2018). Lo cierto es que esta mayoría le dará la posibilidad de afrontar con decisión las principales reformas comprometidas con la UE y de continuar con los dos principales retos marcados por el llamado “Plan de recuperación” en julio de 2020: la transición digital, por un lado, y la transición ecológica, por otro.
En relación con ello, el principal problema de este Ejecutivo es que sus dos partidos con mayor número de parlamentarios (Hermanos de Italia de Giorgina Meloni y Liga de Matteo Salvini) no pertenecen a las principales familias políticas europeas, que ...
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